jueves, 6 de agosto de 2015

Capitulo ciento veintidós

SEBASTIAN
Nunca un recorrido se me había hecho tan largo, fue eterno, Gabriel estacionó el auto y entramos corriendo a al hospital

"recepción"

ahí fuimos.

Sebastian: disculpame, ¿sabes donde puedo encontrar a la paciente Carina Zampini?
Recepcionista: ¿Zampini? -dije dudosa-
Sebastian: si -dije ya impaciente- entró hace unas horas, un accidente.
Recepcionista: ¡Ah! Si, si... Se encuentra en terapia intensiva.
Sebastian: -senti pánico al escuchas eso, pues ¿acaso iba a repetir la historia hace años? Mi hermano... Mi abuela... ¡No! - ¿que es lo que tiene?
Recepcionista: disculpe no puedo dar esa información, tendrá que hablar con los médicos. Terapia esta en segundo piso, pasillo "B" al fondo, mano derecha.
Sebastian: gracias.

Para luego correr hasta ahí junto con Gabriel, necesitaba verla, saber que estaba bien y que todavía estaba entre nosotros, no podía dejarme, ni podía dejarnos, Fran era una nena y necesitaba de su mamá.
En frente de terapia la puerta se abrió, salió un médico de estatura baja, algo rellenito, de bigotes y canoso.

Sebastian: disculpe.
Médico: Si, digame.
Sebastian: Sebastian Estévanez -me presente- esposo de Carina Zampini, ¿sabe algo?
Médico: Oh si, que tal. Miguel Venegas -estreche mi mano- me acompaña a mi consultorio.
Sebastian: ¿paso algo malo?
Miguel: sigame por favor.
Sebastian: bien -gire al ver a Gabriel y el me hizo una seña para que continúe-

Segui a Miguel ¿es su nombre no? Llegamos a su consultorio me invitó a pasar, era blanco y acogedor, me senté y el se colocó en frente mío, buscó unos papeles y los puso sobre el escritorio, me miró fijo, temí.

Miguel: Su mujer iba en el auto acompañado por un hombre ¿no es cierto?
Sebastian: si -dije con odio ¡juro que mataré a Pablo si algo le pasa a Carina!-
Miguel: bien, lamento informar que el señor falleció.
Sebastian: -¿que? Pues yo no lo decía en verdad sobre el querer "matarlo" me había dejado en shock esta noticia, nunca nos llevamos bien pero en un principio parecía ser una buena persona, Carina lo quería, era su ¡mejor amigo! Pobre chico, ¡que le paso! De un día al otro cambio y se volvió totalmente loco, aunque se haya ganado mi odio, ojala ahora descanse en paz y pueda buscar la felicidad en otro lado- Oh -fue lo único que me salió en ese instante-
Miguel: si -susurré- el señor que conducía el vehículo salió despedido por el parabrisas y en el impacto falleció. Carina se ah salvado de milagro -note la sonrisa de el señor que se encontraba frente mío- pero lamento informale que la paciente se encuentra en un estado crítico.
Sebastian: -¿que me estaba intentado decir? ¿Que aún no se sabía si ella podría vivir?- ¿como, a que se refiere?
Miguel: es así, la señorita Zampini se ah salvado gracias al cinturón de seguridad, lo cual permitió que no saliera despedida del vehículo, pero el impacto del choque golpeó su cabeza, según los análisis que hemos realizado  -abrí el sobre y le mostre unas radiografías las cuales representaban la parte del cerebro de mi paciente- mire -mostre- aca se puede notar una lesión, provocando un traumatismo cráneoencéfalico que puede causar graves problemas en la condición de Carina.
Sebastian: ¿como? ¡A que se refiere! -dije con temor, nunca había escuchado esa palabra ¿a caso era muy grave?-
Miguel: bien, lo veo perdido. Quiero decir que  es la alteración en la función neurológica u otra evidencia de patología cerebral a causa de una fuerza traumática externa que ocasione un daño físico en el encéfalo, debemos operar señor Estévanez, y para eso necesitamos de su autorización.

Cerré mis ojos y oculte mi cabeza con mis manos. Estaba aturdido todo esto me tenía así, es el medio estaba mi hija y Carina era la protagonista de todo. Nunca permitiría que nos dejara, pero ¿que podría pasar en la operación o que podría pasar si no operan? ¡MIERDA! ¿que se supone que debo hacer en estos casos? No me siento preparado para tomar semejante decisión, siento que en estas ocasiones el líder es el miedo.
No puedo.

CONTINUARA...

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