jueves, 30 de julio de 2015

Capítulo ciento diecinueve

Carina: ya esta el desayuno -grite desde la cocina-
Sebastian: ahí vamos

Sebastian y  Fran ya sentados empezaron a desayunar, una vez listo le coloque el delantal de jardín a mi hija, para hacerle las dos colitas en el cabello, agarre su pequeña mochila y se la entregue.

Sebastian: amor ¿vos vas por Fran?
Carina: si, yo la buscó y de ahí venimos a casa.
Sebastian: Bien, ¿vamos? -mire a mi hija-
Francesca: ¡si! -dije contenta-
Carina: salgo con ustedes -busque mi cartera y la llave de mi auto, salimos y cerré la puerta de casa- adiós -dije mirando a mis amores-
Francesca: chau ma, te amo
Carina: -baje para quedar en su estatura- chau princesa, cuidate, nos vemos al mediodía mucha suerte en el jardin, divertite mucho ¿si? ¡Te amo mucho, mucho más! -bese su mejilla y respondí su abrazo-
Sebastian: chau amor, suerte en el trabajo. Nos vemos para almorzar cuidate y avisame cuando llegues a la oficina.
Carina: okey -sonrei- vos también cuidate y suerte -bese su labio- te amo
Sebastian: te amo

Una vez después de la despedida cada uno partió a su destino, Sebastian llevó a Fran al colegio para luego ir a si trabajo y yo parti a mi oficina, tal como lo dije le mande el mensaje a Sebastian.
Fue un día bastante cansador, amaba mi trabajo pero llegaba un momento que me saturaba, mire el reloj 12;00hs en veinte minutos salía Fran, tome mis cosas y fui al estacionamiento, me despedí de mi secretaria para ir en busca de mi hija.

- ¡ALTO! -

dijo una voz antes de entrar en mi auto, la conocía... ¡Claro que si! Un miedo círculo por mi cuerpo dejándome sin oxígeno y literalmente dura por unos segundos, los cuales parecían una eternidad

- Dije que pronto volveríamos a encontrarnos Carina

¿Cual es la salida? ¡ayuda! Gritaba por mis adentros, gire delicadamente para encontrarme con él, esta tan distinto a la última vez que lo vi.

Carina: Pablo, ¿que querés?
Pablo: eh, ya de por si me tratas mal, fueron unos largos cinco años ¿o te olvidas? ¿Donde ibas?
Carina: no me molestes, ¡no tengo que dar explicación de lo que hago o dejó de hacer y menos a vos.
Pablo: ¡error! -rei- pero bueno, como digas... Aún que lamento comunicarte que dudó que encontres a esa nena -rei triunfador al ver la cara de Carina- ¿Faustina? ¿Francisca? O ¿Fracesca? Si... Francesca Estévanez Zampini, muy hermosa por cierto... Tu hija, mejor sonaría un "nuestra hija" ¿no?
Carina: - ¿que estaba diciendo? A que se refería con eso- ¿que hiciste Pablo? -dije con un nudo en la garganta-. ¡Que sabes de hija!
Pablo: tranquila, ella esta bien... Pero para volver a encontrar a su mamá -reí- tendrías que venir conmigo.
Carina: ¿donde esta? -grite- ¡estas loco!
Pablo: ¿venis conmigo o te olvidas de tu hija? -fueron mis últimas palabras para dirigirme a mi auto-

¡Mi hija! No puede ser, una nueva pesadilla, mis lágrimas no tardaron en caer, tenía miedo no sabía que era capas de hacerle, corri tras el y me metí en su auto, necesita encontrar a mi hija, ¡urgente!.

CONTINUARA...

Capítulo ciento dieciocho

Sebastian: te amo --susurré- te amo como nunca ame a nadie.
Carina: también te amo mi amor -uní nuestros labios-

Sebastian quitó mi remera dejándola caer en el piso, me observó por un minuto para atacar mi cuello, sabía que esa era una de mis máximas debilidades. Empezó a caminar hasta el living sin dejarme caer al suelo, me reposo sobre el sillón, para empezar una noche distinta, nuestra reconciliación. Quitó todas mis prendas hasta dejarme completamente desnuda, me observó con lujuria y amor en sus ojos, sólo el me hacia sentir tranquila y dejar la vergüenza de lado en esos momentos, quite su ropa y nos unidos en alma y cuerpo, dejando que nuestro amor y deseo fluya, sintiéndonos, en cada segundo.
Era tan satisfactorio sentirlo dentro mío.

Sebastian: creó que me voy a pelear más seguido -reí-
Carina: -abrí los ojos de par en par-
Sebastian: no te asustes, digo... Por más reconciliaciones como esta.
Carina: -Morfi mi labio- creó que no va a ser necesario pelear para tener una noche así, somos nosotros... juntos, el fuego que hay acá, el amor, eso es lo que nos lleva a esto.
Sebastian: hermosa
Carina: hermoso
Sebastian: estaba pensando una cosa
Carina: ¿que?
Sebastian: estaría bueno regalarle un hermanito a Francesca ¿no crees?
Carina: estas queriendo decir...
Sebastian: agrandar la familia
Carina: -sonrei- me encantaría
Sebastian: te amo.

Luego de esa hermosa charla nos quedamos dormidos, Sebastian me amaba de verdad, quería tener otro hijo conmigo, quería seguir sosteniendo esta familia, por siempre.
El timbre sonó, haciendo que despertara, estábamos en el sofa los dos juntos y ¡desnudos! ¿Quien se atreve a molestar a esta hora de la mañana? Mire el reloj 10:00am bueno, no era tan temprano. 

Carina: amor, Sebastian -llamé-
Sebastian: mmm... Un ratito más
Carina: -rei y bese sus labios- el timbre. Tenemos que ir a cambiarnos
Sebastian: no abras -susurré-

Hice el intento pero volvió a sonar por un rato más largo ¡mierda!

Carina: ¡va! -grite- dale amor, vamos a cambiarnos.
Sebastian: ¡que molesto!

Así fue, sin ganas nos cambiamos y fui hasta la puerta ¡valla sorpresa me lleve!.

Carina: ¡ei! ¿Que hacen ustedes por acá?
Sol: perdón Cari -entregue a Francesca a sus brazos- Fran se despertó y no quería saber nada de estar en casa, sólo quería estar con ustedes.
Carina: ei amor -mire a Fran- ¿que paso? No hay problema Sol ¿queres tomar algo?
Sol: ¡no, no! Esta bien, muchas gracias, me tengo que ir, chau.

Nos despedímos de sol y entramos a casa, Fran seguía en mis brazos.

Carina: ¿que paso amor?
Francesca: quería estar acá, con vos.
Carina: -sonrei- mamitis aguda -bese su mejilla-
Sebastian: ¿quien era? -baje las escaleras y me encontre con Fran- ¡princesa!
Francesca: papi -sonrei-
Carina: estamos con extrañitis aguda por acá.
Sebastian: -alce a Francesca- así que nos andas extrañando -bese su mejilla-

Con la llegada de Fran a casa pasamos un domingo muy familiar, sólo nos encargamos de nuestra hija, jugamos, vimos sus películas de princesas hasta que la noche llegó, prepare fideos con manteca para comer, sinceramente no tenía ganas de cocinar, luego bañe a Fran para acostarnos a dormir.

CONTINUARA...

martes, 28 de julio de 2015

Capítulo ciento diecisiete

Francesca: ¿vamos a ir a lo de la abuela?
Sebastian: si princesa
Francesca: ¡si! -festeje-
Carina: pero primero tenemos que ir casa a bañarnos.
Francesca: no quiero -dije cruzando los brazos-
Carina: ¿como es eso? Vas a ser una nena sucia y nadie se va a acercar a saludarte por que vas a tener un olor tan pero tan feo.
Francesca: -mire a mamá con miedo- ¿en serio?
Sebastian: si, mamá tiene razón.
Francesca: primera para bañarme -levante los brazos-
Sebastian: así me gusta -reí-

CARINA
Fuimos a casa, separe la ropa de Fran y así la lleve a bañarse, jugamos un rato en el agua hasta que decidió salir, ayude a que se cambiará para luego peinarla, una vez lista le puse perfume y quedó en su habitación viendo dibujitos hasta que sea la hora de irnos a lo de su abuela. 
Me conduci hasta mi habitación donde encontre a Sebastian, la mire con pena, bueno sinceramente sabia que las cosas no estaban bien pero, ¡mierda! Los extraño tanto.

Sebastian: ¿Fran esta lista?
Carina: si, quedó en su habitación viendo tele.
Sebastian: bien -sonrei- Carina -suspire-
Carina: - ahora si se arma, pensé- ¿si? -dije dudosa-
Sebastian: -me levante de la cama para ponerme frente de ella, estaba nerviosa, lo podía notar- creo que tenemos  que hablar.
Carina: yo.. -suspire- no creó que sea el momento me tengo que bañar, vos igual, arreglar y tenemos que ir... -no termine de completar la oración ya que los labios de Sebastian se posaron en los míos, comenzando un juego de lengua entre los dos, lo necesitaba tanto, lo amaba tanto, agarre su rostro con mis manos dejándome llevar en ese beso lleno de lujuria-
Sebastian: mmm... -corte el beso- lo necesitaba -sonrei-
Carina: -sonrei- yo también -suspire- esto...
Sebastian: ¿esto?
Carina: digo, ¿esto significa que estamos bien?
Sebastian: nuestro periodo de reconciliación esta empezando.
Carina: -Sonreí- perdón, por todo.
Sebastian: el que tiene que pedir perdón soy yo, pues yo estuve mal, al abandonar a mis mujeres.
Carina: ¡ei! No nos abandonaste, sólo te distanciaste.
Sebastian: bueno, me distancia por imbécil. Te amo -le dije penetrándola con la mirada-
Carina: también te amo.

Sin más Sebastian volvió a posar sus labios en los míos, encontrandonos una vez más en ese juego, una pequeña "tos" interrumpió el momento, nos despegamos y miramos a la puerta: Francesca.

Carina: ui ui que fue esa tos -reí-
Sebastian: alguien nos esta interrumpiendo.
Francesca: -rei y corri hasta mis padres- ¿cuando nos vamos?
Sebastian: cuando mamá este lista.
Carina: mala mía -dije levantando los brazos- me baño y vamos ¿si?
Francesca: ¡si! Pa ¿vemos dibujitos?
Sebastian: -alce a mi hija- a las una.. A las dos.. Y a las tres -revolee a mi hija hasta la cama y ella río a carcajadas-
Carina: ¡Sebastian! Por favor, me vas a matar de un infarto. -dije con el corazón en la boca al ver a mi hija por el aire-
Francesca: ¡otra vez, otra otra!
Sebastian: -reí- no, mama se enoja... Veamos dibus hasta que mama este lista.
Francesca: Oh -dije apenada- bueno.

Así fue, me bañe, me aliste y una vez todo en orden partimos a la casa de mis suegros, pasamos por una repostería y compramos una deliciosa torta, era una ¡bomba!.

Mónica: ¡princesa!
Francesca: ¡abu! -corri a sus brazos-
Mónica: hola, ¿como están?
Sebastian: muy bien mamá, dejó la torta en la heladera.
Carina: muy buen Moni, ¿ustedes?
Mónica: bien, esperándolos. ¿Pasamos a cenar?
Carina: claro -dije dejando mi cartera sobre el sillón-

Cenamos todos juntos, Quique, Mónica, Sol y mi familia. Fue una comida cálida y divertida, la familia de Sebastian era tan sencilla, eso era lo que más me gustaba de él.
Sol invitó a Francesca a dormir, imposible decirle no a su madrina, al rato optamos por regresar a casa, el cansancio nos ganó, necesitábamos descansar.

Sebastian: -entramos a casa- ¿a que se debe tanta felicidad?
Carina: nada, sólo me siento bien. Me gusta juntarme con tu familia son ¡divertidos!
Sebastian: también es tu familia, y también me gusta que pasamos tiempo todos juntos. -sonrei- me gusta verte feliz a vos, a Fran... Me hacen más feliz a mí -sonreí-
Carina: -arruge la nariz, aclare mi voz- y usted cree Señor Estévanez que tal vez podríamos ser un poco más felices? Digo... -mire la casa- estamos solos... No hay nadie al rededor y sinceramente tengo miedo y necesito que mi guardaespaldas me cuide y acompañe a todos lados, ¿no?  -dije divertida-
Sebastian: -reí- al parecer me leyó la mente señorita Zampini, por supuesto que no la voy a dejar sola, aparte tenemos un temita pendiente jefa -reí-
Carina: ¿a si? Y digame... ¿Cual seria ese temita?
Sebastian: ¿me permite? -me acerque a ella-
Carina: por supuesto.

Sebastian no tardó en besarme, beso que se convirtió en una pasión sin límite, subi arriba de el entrelazando mis piernas sobre su cintura, me encontraba entre la pared y él sin despegar nuestros labios por un segundo.... Creó que el "necesitábamos descansar" quedó y quedara pendiente, nos espera una noche distinta como hace un tiempo... Sólo Sebastian y Yo.

CONTINUARA...

sábado, 25 de julio de 2015

Capitulo ciento dieciséis

CARINA
Me desperté cerca de las 9:30am la luz que entraba por el gran ventanal interrumpió mis sueños obligándo a abrir mis ojos, gire y me encontre con la sorpresa de la ausencia de Sebastian, me coloque mi bata y baje, no estaba, fui a su escritorio y tampoco, sobre la mesa del comedor había una pequeña nota, me acerque y la leí.

"Carina, me fui a comprar para el almuerzo. Erika."

¿Y Sebastian? ¿Se puede saber donde se metió mi marido? Respire profundo, no iba a llamarlo, demasiado molesta estaba, en fin es libre ¿no?.
Preferí dejar ese tema por un lado o bueno, hice el intento, en algún momento iba a aparecer.
Subi a despertar a mi hija para desayunar, bajamos juntas y prepare su leche, puse agua para tomar un café, necesitaba despejarme y el mismo me iba a ayudar, "ja" como diría mi amiga Ana: es todo psicologico.
Serví el desayuno en la mesa y escuche la puerta, pensé que era Erika pero valla sorpresa, Sebastian.

Sebastian: ¿como están las mujeres más hermosas del mundo?
Francesca: ¡papi! -grite y el me alzó-
Sebastian: hola princesa, ¿como dormiste?
Francesca: re bien, ¿donde estabas?
Sebastian: fui a hacer unos trámites -dije a mi hija sobre el piso- Hola mi amor -me acerque a Carina para besar sus labios pero de inmediato me puso su mejilla, estaba peor de lo que pensé-
Carina: Hola -dije aún molesta- ¿desayunas ahora o ya desayunaste?
Sebastian: ¡ahora! Acá traje medialunas -apolle la bolsa sobre la mesa- tus preferidas -mire a Carina-
Carina: bien, ¿cafe? -tenía que hacerme la difícil no me iba a rendir fácilmente-
Sebastian: si, -mire a mi hija- hoy tengo una día planeado hermoso.
Francesca: ¿que? -dije ansiosa-
Sebastian: sorpresa.

Desayunemos los tres juntos, luego llegó Erika, me dedique a la cocina mientras Fran jugaba y reía con su papá, me llenaba el alma saber que estaban juntos,  decidí ir a espiar lo que hacían.

Sebastian: ¡yo te dije!

Le repetía a mi hija mientras ella reía a carcajadas con las cosquillas de su padre, los ojos se me llenaron de lágrimas, ese era el Sebastian que quería y extrañaba.

Francesca: ¡basta papa! -repetía mientras reía- ¡mama! -llame a mi socorro-
Sebastian: mamá no te va a salvar de esto -rei mientras le hacia cosquillas-

No estaba mal de participar en la escena, me acerque sin hacer mucho ruido y me coloque atrás de Sebastian, mis manos empezaron a atacar su cuerpo a cosquillas.

Carina: te la vez con mi hija y te la vez conmigo, ¡dale Fran ayudame!
Francesca: ¡si! Cosquillas a papá.

Las dos empezamos a atacar a Sebastian mientras el no paraba de reír y suplicaba que lo dejáramos. Pasamos un hermoso mediodía, aunque por dentro seguía algo molesta almorzamos y luego Sebastian dijo de ir al parque los tres, Francesca estaba tan feliz que sin duda nos llenaba de felicidad a nosotros.

Francesca: pa, ¡helado! - dije apenas vi al heladero-
Sebastian: ¿querés un helado? -le pregunte a Carina-
Carina: granizado -sonrei-

Sebastian al ratito volvió junto a Fran con los helados, parecía que mi hija se lo había volcado sobre su remera y todo su rostro, reí al verla.

Carina: ¡Gracias! -dije al agarrar el helado- ¡Fran mira como te ensuciaste!
Francesca: ¡perdon! -dije apenada-
Carina: esta bien amor.

La tarde se terminó con Fran sobre los brazos de Sebastian, dormida totalmente cansada, ¡esto era lo que quería y tanto necesitaba!

Carina: gracias por este día.
Sebastian: gracias a vos por hacerme saber mis errores, te amo... Las amo, y no permitiría perderlas -susurré-
Francesca: nosotras también te amamos papi.
Carina: ¿no dormías vos? -le hice cosquillas en la panza-
Sebastian: buena actriz nuestra hija -rei pero mi teléfono interrumpió el momento-

LLAMADA TELEFÓNICA
Sebastian: Hola
Mónica: ¡Hijo! ¿Como están?
Sebastian: bien ma, ¿ustedes?
Mónica: todo bien, llamaba para invitarlos a cenar a casa.
Sebastian: ¿hoy?
Mónica: si -dije de inmediato-
Sebastian: haber, esperame... -mire a Carina- Mi mama nos invita a cenar-
Francesca: ¡siiiii! Con la abuela -dije feliz-
Carina: -sonrei- Fran ya respondió.
Sebastian: bien -volvi a la llamada- Ma, a las 21:00hs estamos ahí, llevó el prostre.
Mónica: ¡los esperó! Besos.

FIN LLAMADA TELEFÓNICA

CONTINUARA...

jueves, 23 de julio de 2015

Capítulo ciento quince

Sebastian: -deje un momento lo que estaba haciendo y mire fijo a Carina, tenía razón- es mi trabajo Carina, lo hago para poder vivir bien.
Carina: también es mi trabajo y sin ir más lejos tengo tiempo para mi familia, mi casa y más
Sebastian: es distinto.
Carina: no, sabes que no es así. Hoy Fran quería pintar con vos pero no estabas, cada vez te siento más lejos, de fran, de casa... De mí -suspire- no siento tu presencia, no estoy acompañada -mis ojos se cristalizaron- ya no te tomas un tiempo para hablar, esta juntos... -sin más, deje caer mis lágrimas-
Sebastian: yo te amo Carina -fui hasta ella- no llores -intente secar sus lágrimas pero me lo impidió- esto lo hago por nosotros, por vos, por Fran. No me hagas esto.
Carina: ¿hacerte que?
Sebastian: no pongas distancia entre nosotros dos.
Carina: la distancia la pusiste vos sólo Sebastian.
Sebastian: sabes que no es así.
Carina: ¿no? -pregunte indignada- ¿acaso soy yo la que nunca esta en casa, la que no ve a Fran, la que no esta acá con vos para poder hablar? A caso yo me pase todo el día sentada en esa silla sin saber si mi familia estaba bien ahí -señale la puerta- afuera.
Sebastian: no -dije firme- pero yo soy el que esta en esa silla para que mi familia que esta afuera pueda vivir bien y no les falte nada -grite al final-
Carina: no estoy diciendo que no trabajes ¡por favor! -eleve mi voz- sólo intenta acomodar tus tiempos y pasar tiempo con nosotras, o con Fran por lo menos.

Un chillido se escuchó: Fran. Sin decir más fulmine Sebastian con la mirada y fui hasta mi hija.

Carina: eu amor, ¿que pasó?
Francesca: mamá -dije tirando mis brazos a ella- no te vallas.
Carina: -alce a mi hija- no me voy, acá estoy. Sólo estaba abajo hablando con papá, ¿si?. -calme a mi hija- ¿vamos a preparar la cena?
Francesca: ¡si! -dije sin dejar de abrazar a mamá-

No volví a hablar de tema con Sebastian en lo que quedaba de la tarde noche, el tampoco salió de su oficina, básicamente era lo mismo haber hablado. Me dedique a cocinar con mi hija, tarta de verdura.

Carina: y ahora, al horno
Francesca: ¡si! Mami, ¿a que hora va a estar?
Carina: ¿estas con hambre?
Francesca: ¡mucha hambre! -toque mi panza-
Carina: en unos 15 minutos comemos amor. Mientras tanto pongamos la mesa, ¿te parece?
Francesca: yo pongo el mantel sola
Carina: bueno, yo voy a decirle una cosa a papá.
Francesca: mandale besos y abrazos de oso.
Carina: -reí- bueno.

Camine hasta el escritorio y toque la puerta "pasa" se escuchó, respire profundo <no discutas Carina, calma> dijo la voz.

Carina: permiso, en 15 minutos esta la cena ¿vas a comer?
Sebastian: -mire a Carina, esta bien que no haya merendado pero ¡joder! Siempre cene con mis mujeres- claro
Carina: bien, -abrí la puerta para retirarme, pero algo me detenio- ah, antes que lo olvide -gire a verlo- Fran te manda, besos y abrazos de oso. -ni si quiera me detuve a ver su rostro, ni recibir una respuesta, sólo salí de la habitación-

Así como dije, en 15 minutos estaba la cena servida, corte la tarta en porciones, mi hija estaba a mi lado mirando detalladamente mi acción.

Carina: Fran, vas a buscar a tu papa y le decís que la cena esta lista.
Francesca: ¡si, si!
Sebastian: no va a ser falta, ya estoy acá -alce a mi hija- ¡epa!
Francesca: ¡papi, papi! Mira lo que cocinamos con mamá.
Sebastian: pero que rico, haber vamos a probar. -senté a mi hija en su silla, y cuando fui al mío pase por el lado de Carina, sin que ella se diera cuenta la abrace por detrás y susurré en su oído- te amo más de lo que te imaginas - bese su mejilla-
Carina: -no llores, no llores, ¡esta tu hija!- bien, ¿quien va a comer?

Dije para evitar el tema, Francesca y Sebastian levantaron la mano, les serví y la cena comenzó, Fran le contó a su papa cuantas cosas hicimos en su ausencia, bueno... En realidad estaba presente pero encerrado en su escritorio, da igual. El sólo me miraba fijo, sin decirme nada.
Levante los platos, y Sebastian me acompaño a dejar a Fran a su dormitorio, esto lo hacíamos todas las noches, por lo menos eso no había cambiado.
Me dirigí a mi habitación, me coloque mi camisón y sin decir más me acosté, apague el velador y esperar un nuevo día.

CONTINUARA...

Capitulo ciento catorce

Carina: ¿quieren que tomemos el té?
Francesca: ¡si! -dijo mi hija repleta de felicidad con su muñeca en brazos-
Sebastian: -estaba en el computador pasando unos datos del trabajo- eh no, yo no.

Me dirigí a la cocina y me prepare un café con una leche tibia para Francesca, puse la mesa con distintas galletas y masitas. Una vez todo listo nos sentamos a merendar, Sebastian se había ido al estudio, así que me dedique a hablar con mi hija de su jardín.

Francesca: Mami ¿queres jugar?
Carina: bueno
Francesca: vos sos la abuela de mi bebé.
Carina: ¿tan temprano me querés hacer abuela? -rei-
Francesca: Oh. -dije pensando- es sólo un juego.
Carina: ¡esta bien, esta bien! No digo nada.

Por un largo momento jugué con Francesca, Sebastian estaba en su escritorio, no habíamos tenido una charla sobre el día, ya que tenia su cabeza muy ocupada en el trabajo. Hace ya un tiempo me había recibido pero lograba acomodar mis tiempos, estar con mi hija, mi trabajo, mi casa y mi esposo, aunque últimamente eso no estaba funcionando.

Francesca: ¿y papa?
Carina: en el escritorio trabajando amor.
Francesca: ¡oh! Yo quería pintar.
Carina: bueno, pintamos juntas.
Francesca: no, quería con papa.
Carina: esta ocupado amor, ya va a salir y va a poder pintar ¿si?
Francesca: bueno -dije sonriente-
Carina: -mi hija era tan hermosa- querés que vamos a ver algo de dibujitos.
Francesca: ¡si! -grite feliz, extendí mis manos para que mama me suba en sus brazos- ¿puede ser en tu cama?
Carina: por supuesto.

Subimos a mi dormitorio, acomodamos los almohadones y nos tiramos en la cama, programación: disney. 
En una hora mire a mi hija, que estaba a mi derecha, se había dormido, era tan hermosa, tenía tanto de mí como de Sebastian, rubia con una sonrisa torcida, mi nariz y sin duda la mirada de su padre, era delgada y con una felicidad radiante.
Cada momento que detengo a verla recuerdo cuando la tuve en brazos por primera vez, tan pequeña, tan inofensiva.

FLASHBAK
Carina: Sebastian -dije sosteniendo mi veinte- rompí bolsa.
Sebastian: ¿como?
Carina: Fran esta en camino.
Sebastian: eh eh -dije nervioso- vamos al hospital.

Recogimos todó lo necesario para luego partir al hospital, me atendieron increíble, a los pocos minutos ya estaba en mi habitación esperando a que me llevaran a la sala de parto, Sebastian se colocó el atuendo y juntos fuimos a esperar y recibir a nuestra hija.

Doctor: ¿estas lista Carina?
Carina: si -dije respirando con dificultad-
Doctor: bien, vamos. Voy a necesitar que hagas todo lo que te pida
Carina: bien. -aprete la mano de Sebastian-
Sebastian: todo va a estar bien amor -bese sus labios- te amo
Doctor: aquí vamos. A las cuenta de tres pujas, ¿bien? Uno... Dos... Tres...

Y así comenzó, perdí la cuenta de las veces que puje, pero creó que en un momento llegó a ser un infierno, sentía que mi hija no salía mas y yo me iba a morir en ese momento, ya no tenía Fuerzas pero todo cambio cuando escuche un pequeño chillido, era ella... Ya estaba acá, conmigo, con Sebastian, juntos los tres.
El médico le hizo entrega de mi hija a Sebastian y el la acercó a mí, no paraba de llorar, la tome en mis brazos y de inmediato se calmo, tan  pequeña, tan hermosa y era mía.

Sebastian: se calmo, es hermosa. Hola Fran.
Carina: Hola mi amor, acá estamos mamá y papá, para cuidarte y hacerte muy feliz.
Sebastian: te amamos, mucho. Gracias -dije mirando a Carina- soy el hombre más feliz del mundo con ustedes dos, las amo.

FIN FLASHBAK

"Soy el hombre más feliz del mundo con ustedes dos, las amo" volvió a repetirse en mi cabeza, yo también sentía lo mismo y lo siento desde luego, pero nuestra relación estan tan... No se como explicarlo, tape a mi hija con una manta y fui hasta el escritorio de Sebastian, entre con cuidado y ni siquiera notó mi presencia, aclare mi garganta.

Sebastian: -levante mi mirada- ei -dije al ver a Carina- ¿todo bien?
Carina: mjj - mentí- ¿tenes para mucho?
Sebastian: sólo cinco minutos más
Carina: siempre igual -suspire cansada-
Sebastian: ¿como?
Carina: eso, esto ya no parece una familia. Nunca estamos juntos, nosotros dos... -suspire- ya no se si existe un nosotros dos, tu trabajo siempre esta en el medio Sebastian, no se si te diste cuenta, pero hoy no cruzamos una palabra en todo el día.

CONTINUARA...

martes, 21 de julio de 2015

Capítulo ciento trece

CARINA
Estaba limpiando un estante, me encontraba sola en casa, era viernes 16:30hs aproximadamente. Me llamó la atención un álbum de fotos, lo tomé y lo abrí, mira la primer foto y sonreí al recordar ese hermoso momento, baje de la silla donde estaba con el álbum de fotos y me dirigí al living.

FLASHBAK

Sol: ¡Ah! Cari, estas hermosa.
Carina: gracias Sol, creó que voy a morir de los nervios.
Sol: tranquila va a salir todo bien -me acerque a la ventana- ¡estan todos los invitados!
Carina: ¿y Sebastian?
Sol: feliz.
Ronald: -entre a la habitación- hija ¿ya estas?
Carina: eso creó -dije sonriendo-
Sol: nos vemos dentro de un ratito. ¡Exitos!
Carina: gracias Sol.
Ronald: estas hermosa -dije feliz y abrazando a mi hija- perdón, no quiero arrugarte -dije sonriendo-
Carina: no pasa nada Pa, gracias. Ei... No me vas a querer llorar ahora.
Ronald: estoy viejo y me emocionó rápido. Ahora te veo así y me acuerdo cuando eras una nena y te tenía en mis brazos.
Carina: ya pa, vamos a salir llorando los dos de acá -rei emocionada-
Ronald: tenes razón. Mejor vamos
Carina: mejor -sonreí- listos
Ronald: eso te tengo que preguntar yo, ¿lista?
Carina: lista.

Salimos hasta la gran alfombra roja, estaba lleno de amigos, familiares y en el fondo esta Sebastian con su traje negro y una sonrisa radiante, al igual que la mía.
La ceremonia era en la casa de mi papá, con el inmenso patio decorado como yo quería. Me tome del brazo de mi papa y el me agarró fuerte.

Ronald: ¿vamos?
Carina: vamos -sonrei-

Caminamos lentamente hasta llegar a Sebastian, en el camino muchos me saludaron y piropearon.

Sebastian: estas hermosa -susurré-
Carina: vos también amor.
Sebastian: ¿lista?
Carina: al lado tuyo siempre.

Caminos los pocos pasos hasta quedar enfrentados con el padre. La ceremonia transcurrió como lo había pensado, estaba rodeada de gente que que quería y viceversa, la felicidad tanto mía como de Sebastian se nos hacia presente.

Padre: Sebastian Estévanez, ¿quieres recibir a Carina Zampini como esposa, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarla y respetarla todos los días de tu vida?.
Sebastian: -mire a Carina y con una gran sonrisa respondi- Sí, quiero.
Padre: Carina Zampini, ¿quieres recibir a Sebastian Estevanez como esposo, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?.
Carina: Sí, quiero. -sonrei sin despegar mi vista de la suya-
Padre: El Señor, que hizo nacer entre vosotros el amor, confirme este consentimiento mutuo, que habéis manifestado ante la iglesia. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. El Señor bendiga estos anillos que vais a entregaros uno al otro en señal de amor y de fidelida.
Sebastian: Carina recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti. -coloque el anillo en su dedo-
Sebastian: Sebastian, recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti. -repetí la acción de Sebastian-
Padre: ahora si, los declaró Marido y Mujer. El novio puede besar a la novia.

En final se escucharon gritos de alegría, Sebastian tomó mi rostro y antes de besar mis labios susurro "te amo".

Sebastian: ¡Llegamos!

Ese pequeño grito invadió mis pensamientos, limpie mis mejillas las cuales estaban mojadas por la emoción al recordar esa escena. Cerré el álbum lo coloque sobre la mesa que se encontraba frente a mí, me pare y dirigí a la entrada de casa.

Francesca: ¡Mami! -grite emocionada y corri a los brazos de mamá-
Carina: Hola mi amor, ¿como te fue en la casa del tío? -alce a mi hija en brazos-
Francesca: re lindo, el tío me dio chocolate -moje mi boca al pasar la lengua, mamá río- y jugué con Benja.
Carina: ¡la pasaste increíble entonces amor! -bese su mejilla- que alegría. Te amo.
Francesca: yo también mucho, mucho -dije para luego abrazar fuerte a mamá-
Carina: abrazo de oso.
Sebastian: -fui a donde estaba Carina junto con Fran- ¡que hermoso abrazo!
Francesca: ¡veni pa! -lo llame-

Así nos fundimos los tres en un hermoso abrazo de oso.

Sebastian: te amo -bese los labios de Carina-
Carina: también te amo.
Francesca: ¿y yo?
Sebastian: ¡que celosa mi princesa! A vos te amo mucho mucho más -le hice cosquillas-
Carina: muchísimo más.

Acompañe a Sebastian con las cosquillas, no había sonido más hermoso que la risa de mi hija, Francesca era todo en mi vida al igual que en la de Sebastian. Hace 5 años es ella quien nos llena de felicidad y alegría nuestros corazones.

CONTINUARA...

Cualquier pregunta o lo que fuera a @Zampinitalento besos!!!

Capítulo ciento doce

CARINA
Llegamos tan rápido como podimos al hospital, allí encontramos a mi padre, bety y familia de Sofia.

Carina: ¿y?
Ronald: hija, Sebastian...-salude- Esta naciendo, Gabriel esta adentro también.
Carina: ¡tranquilo Pa! Todo va a estar bien, no estes nervioso.
Ronald: si, a ustedes ¿como les fue en el médico?
Carina: ¡genial! -agarre la mano de mi papa y la apoye en mi panza- mira Fran el es tu abuelo.
Ronald: una nena -reí- que felicidad hija -la abrace- te felicitó Sebastian, va a ser una hermosa mujercita -lo abrace-
Sebastian: muchas gracias.
Carina: gracias pa, estamos muy felices.

La puerta se abrió, y allí salió Gabriel con su hijo es brazos, fue una escena emocionante, todos los acercamos a conocer al nuevo miembro de la familia.

Carina: hola bebé -dije sonriendo- es hermoso, te felicitó hermanito.
Gabriel: gracias, mira Benja ahí esta tu madrina
Carina: que lindo -sonrei- ¿puedo?
Gabriel: claro -entregue a mi hijo a Carina-
Sebastian: ¡es hermoso! Muy Zampini -sonrei- te felicitó -abrace a Gabriel-
Gabriel: gracias cuñado yo a ustedes por Fran.

Todos nos detenimos a mirar a Benjamín, era muy chiquito, no se podía ver bien a quien se parecía ya que estaba hinchado. Luego se lo llevaron unas enfermeras, en unas horas después fuimos a la habitación, felicitamos a Sofi, se la veía cansada. No eran para  menos, claro.
Abrieron los regalos, todo eran tan chiquitos que me daban ternura, nos quedamos un rato en el hospital para ir a casa, estaba cansada necesitaba acostarme y descansar.

Carina: viste de hermoso que es
Sebastian: muy lindo, ya tenemos cuida.
Carina: ¿ah?
Sebastian: claro, el va a cuidar a su primita ¿o no?
Carina: -reí- pero que papá más celoso.
Sebastian: cuidó lo que me corresponde.
Carina: y a mí ¿me cuidas?
Sebastian: por favor, Señorita Zampini esta hablando con su guardaespaldas, ¿o se olvido?
Carina: uii si, mi guardaespaldas, futuro marido y padre de mi hija.
Sebastian: una de tantas.
Carina: ¿como?
Sebastian: claro, Fran es uno de tantos hijos que vamos a tener.
Carina: -rei- ¿cuantos hijos pensas tener?
Sebastian: diez, me gustan las familias grandes.
Carina: ¡estas loco!
Sebastian: ¿por qué? Bueno, con cuatro me confirmó.
Carina: dos, la parejita.
Sebastian: tres.
Carina: trató, tres. -reí- ¡que lindo esto!,
Sebastian: ¿que cosa amor?
Carina: esto, proyectar un futuro, juntos.
Sebastian: en mi futuro sos la primera, quiero todo si es a tu lado.
Carina: sos tan lindo -dije con lágrimas en los ojos-
Sebastian: ¡ei! ¿Por qué lloras?
Carina: me emocionó, sólo eso. El embarazo me pone sensible -rei-
Sebastian: te amo.
Carina: también te amo, mucho. No lo olvides.
Sebastian: nunca.

CONTINUARA...

domingo, 19 de julio de 2015

Capitulo ciento once

CARINA
Dos meses es mucho tiempo, de verás. Pasaron tantas cosas que ni yo logró completar, nuestro bebé estaba muy bien por suerte, hoy Miercoles nos tocaba una nueva  ecografía, Sebastian no dejó de pedir y hablar con nuestro hijo para que se deje ver, pues aún no sabíamos su sexo, con el tema del casamiento, todo iba en marcha dentro de unas semanas nos casábamos, no crean que es apresurado, dijimos de hacerlo antes que nazca nuestro hijo y que mi panza se notara, bueno era obvio que estaba esperando un hijo, me refiero al estar de 7 meses, ¡wuou! Muero por conocer esa panza. Mis estudios iban bien, Ana y Sebastian me servían de ayuda.

Sebastian: ¿lista?

La voz de Sebastian me sacó de mi mundo, lo mire y sonrei.

Carina: ¡lista!

Dije para luego levantarme, tomar mi cartera y salir al hospital.

Doctor: ¡Carina Zampini!
Sebastian: nuestro turno. Te vas a dejar ver hoy eh -dije hablando a nuestra panza-
Carina: hola doctor, ¿como esta?
Doctor: muy bien, ¿ustedes?
Carina: también.
Sebastian: ansiosos, con ganas de ver a nuestro hijo.
Doctor: veamos si hoy tenemos suerte. ¿Saben los nombres?
Sebastian: -mire a Carina- si.
Carina: si es nena Francesca y si es nene  Baltasar.
Doctor: perfecto, pasa a la camilla Carina, por favor

Hice lo que me pidió para luego pasar el gel por mi panza.

Sebastian: ¿y?
Doctor: bien -señaló con el mouse al computador- ahí esta, ¿lo ven? La cabeza, este es el cuerpito, y... Haber... -dije moviendo el aparato- ¡bien! -sonrei-
Carina: ¿que?
Doctor: les presentó a Francesca.
Carina: ¡una nena! -dije emocionada-
Sebastian: una mujercita -sonrei- Fran -susurré-
Doctor: ¡asi es! Todo esta bien chicos, no hay que preocuparse y es una hermosa niña.
Carina: ¡que emoción!

Era una nena, nuestra bebé, nuestra niña, nuestra mujercita. Moría de las ganas de tenerla en mis brazos, pues ¿a quien se va a parecer? A Sebastian con sus ojos oscuros, su sonrisa brillante, su alegría o a mí, más calma.
Me emocionaba tanto el hecho que sea una nena, y más notar la felicidad de Sebastian, pues va a ser su princesa, su malcriada ¡que más puedo pedir! Cuanta felicidad.
Salimos del hospital y para celebrar esta noticia fuimos a almorzar afuera.

Sebastian: ¡que loco!
Carina:. Una locura hermosa
Sebastian: una hija, va a ser tan hermosa como vos.
Carina: ojala tenga tu alegría, tu sonrisa
Sebastian: va a ser hermosa y te juró que voy a hacer que sea la personita más feliz de todas, te amo -sonrei- las amo.
Carina: nosotras a vos mi amor, vas a ser el mejor papa de todos.

Mi teléfono interrumpió la conversación, atendí.

LLAMADA TELEFÓNICA.
Carina: ¡Gaby! ¿Como estas?
Gabriel: Cari, bien y vos...
Carina: bien, feliz, hace un ratito salimos del médico y nos dijeron que es nena.
Gabriel: ¡Francesca! Que hermoso hermana, bueno te aviso que Francesca esta por tener a su primo, Benjamín esta en camino. -reí-
Carina: -tape mi boca- ¡como! No lo puedo creer -dije emocionada- ya vamos al hospital.
Gabriel: ¡los esperó!

FIN LLAMADA TELEFÓNICA

Sebastian: ¿que pasó?
Carina: ¡Benja! Sofia y Gabriel están por ser papás.
Sebastian: ¡que hermoso! Vamos.
Carina: por favor

CONTINUARA...

Feliz día del amigo!!! A disfrutar, besos💋

sábado, 18 de julio de 2015

Capítulo ciento diez

CARINA
La familia se quedó unas horas más, el tema de charla claramente era nuestro bebé y la boda, había que empezar con los preparativos, vestido, salón, iglesia, sobre todo fecha. Estaba claro que queríamos casarnos antes de la llegada de nuestro bebé. Mónica, Sol, Sofi y Ana se ofrecieron a ayudarme con los preparativos, un peso menos o eso creó. De a poco empezaron a retirarse hasta quedar sólo Sebastian y yo.
Pase por la cocina, me preocupaba el hecho de no poder parar de comer, pero sinceramente la torta que trajo Mónica era una delicia, me corte un pedazo bastante poderoso.

Sebastian: ¿hambre?
Carina: -gire al verlo mientras tragaba- antojos diría yo. Parece que a nuestro bebé le gusto la torta de la abuela -reimos-
Sebastian: a mi me gusta vos -bese sus labios-
Carina: te deje todo dulce -rei-
Sebastian: -limpie mis labios con mi lengua- rico, ¿subimos?
Carina: si, pero ayudame. ¿Queres tomar algo?
Sebastian: no, ¿que te llevó?
Carina: ese vaso, yo llevó mi torta.

Subimos hasta la habitación, deje el plato sobre la mesada al igual que el vaso, nos pusimos el pijama y entramos a la cama.

Carina: ¿vemos una película?
Sebastian: ¡si! ¿Cual?
Carina: una que me dejó Ana, "viviendo bajo el mismo techo" se llama.
Sebastian: oka.

La película comenzó y así término mi porción de torta.

Sebastian: la protagonista es igual a vos.
Carina: ¿vos decís?
Sebastian: claro que vos sos más linda.
Carina: hay pero cuantas cosas lindas.
Sebastian: -baje a su vientre- ¿o no que mama es más linda que todas las mujeres en el mundo?... Si papi -imite la voz de un bebe-
Carina: -largue una carcajada- y papa es el más lindos de todos ¿o no? -toque mi vientre- ¡claro que si!
Sebastian: -bese la panza de Carina y subi hasta chocar nuestros labios- amor, estaba pensando y... Tenemos que ver el nombre de nuestra hija o hijo.
Carina: ¡tenes razón! ¿Como te gustaría que se llame?
Sebastian: si es varón Baltasar o Bautista y mujer -pense- Juana ¿a vos?
Carina: Bautista me gusta mucho, Bautista Estévanez Zampini -sonrei al imaginarlo- y mujer me gusta Francesca.
Sebastian: Francesca Estévanez Zampini, ¡hermoso!
Carina: te amo.
Sebastian: yo un poco más.
Carina: ¿solo un poco?
Sebastian: un poco muchísimo -reí-

Nos acomodamos para seguir viendo la película, me coloque sobre su pecho u me acurruque en él.

Sebastian: te pusiste mimosa -dije abrazándola fuerte- 
Carina: tengo miedo -susurré-
Sebastian: ¿miedo? -dije preocupado-
Carina: si, miedo a que todo esto sea un sueño.
Sebastian: ei -levante tu rostro para cruzar miradas- ¡todo va a estar bien! Este es nuestro sueño y nunca pero nunca va a cambiar, estamos juntos, los tres -toque su vientre- para toda la vida
Carina: -seque mi mejilla la cual estaba invadida por una que otra lagrima- para toda la vida -susurré-
Sebastian: juntos, para toda la vida mi amor. -bese sus labios- ¡te amo!

CONTINUARA...

Capítulo ciento nueve

Sebastian: buen día -dije al ver a mi mujer a mi lado observándome-
Carina: buen día -sonrei-
Sebastian: ¿que hacías?
Carina: veía a mi futuro marido, padre de mis hijos y al Amor de mi vida dormir.
Sebastian: es lo más lindo que me han dicho en la vida.
Carina: y vos sos lo más lindo que me paso en la vida -arrugue la nariz-
Sebastian: me encanta cuando me decís tantas cosas lindas -bese sus labios- hoy tengo una propuesta.
Carina: mmm... Suena interesante, a ver...
Sebastian: nos levantamos, nos vamos a desayunar y de ahí vamos al médico ¿te parece?
Carina: que lindo salir a desayunar, me parece genial. Así que, manos a la obra -intente levantarme de la cama pero el me agarró llevándome a su lado-
Sebastian: después de esta hermosa propuesta, ¿no merezco un beso?
Carina: - reí y bese sus labios- ¿ahora puedo?
Sebastian: te voy a extrañar.
Carina: ¡ay amor! Me baño y nos vemos -bese sus labios-
Sebastian: te amo

CARINA
Arrugue mi nariz y partí a alistarme.
Una vez ya todo listo, Sebastian bañado al igual que yo partimos a desayunar.
Cuando se hizo la hora fuimos al médico, por suerte no esperamos mucho, el doctor me saludo feliz, estaba de más decir que se dio cuenta que Sebastian ya sabía la noticia y nosotros estábamos bien. Pase a la camilla colocó en mi vientre un gel bastante frío y nos mostró a nuestro hijo, el sexo aún no se podía ver pero contentos al saber que todo marchaba en orden, se podía sentir su corazón, era muy emocionante la escena Sebastian sostenía mi mano y su vista penetraba la pantalla donde nos mostraban a nuestro hijo.

Doctor: todo esta perfecto, los felicitó.
Carina: que alivió.
Sebastian: y cuando podremos saber si es nena o varón.
Doctor: tal vez en la próxima ecografía tengamos suerte.
Carina: muchas gracias

Salimos de la mano, con los papeles de la ecografía de nuestro hijo... Desde lejos se podía notar nuestra felicidad.
En la tarde llamamos a nuestra familia para darle la noticia, bueno las dos noticias. Compramos carne ya que Sebastian dijo de hacer un asado.
Cerca de las 21:00hs empezaron a llegar los invitados, todos contentos nos sentamos en la mesa la cual estaba servida.

Mónica: bueno, ¿a que de debe esta invitación?
Sebastian: ¿estas ansiosa ma?
Sol: todos lo estamos.
Ronald: después de comer un delicioso asado por cierto -mire a Sebastian- creó que merecemos saber la noticia.
Carina: son dos noticias -reí-
Anabel: por una estamos como estamos y ahora al saber que son dos, ya ¡hablen!
Carina: bien -sonrei y nos levantamos con Sebastian-
Sebastian: como saben todos, con Carina estamos muy felices de estar juntos. Y por esto...
Carina: estamos comprometido -dije en fin, todos saltaron de la emoción- y nos vamos a casar, pronto. -mire a Sebastian-
Sebastian: muy pronto.
Enrique: ¡que felicidad!
Carina: pero falta una más.
Sebastian: ¿se la decís vos?
Carina: los dos.
Sol: ¡delen!
Carina - Sebastian: ¡estamos esperando un hijo!

Es inexplicable lo que paso en ese momento, todos saltaron de la emoción, Ana, Sofi, Sol, Monica, Quique, papá y mi hermano corrieron a abrazarnos y felicitarnos, mis ojos se llenaron de lágrimas. No podía pedir nada más ¡estaba feliz! Mi familia estaba conmigo, me respetaban y apoyaban en las decisiones, la familia de mi futuro marido me quería, Sebastian tomó de mi rostro y selló este hermoso momento con un beso, lleno de amor.

CONTINUARA...

viernes, 17 de julio de 2015

Capítulo ciento ocho

CARINA
Mientras Sebastian tocaba esa dulce melodía yo sólo me quede parada frente a él, la letra hablaba más de lo que debía ¿me estaba pidiendo matrimonio? Pues, me sentía un tanto confundida ya que últimamente Sebastian me decia todo lo que sentía a través de música.
Cuando vi como se acercaba hasta mí y dijo "sólo di si aceptó" senti que las piernas se me vencían, la pera me temblaba y mis lágrimas estaba a punto de partir parar mojar mi rostro, mira atentamente todos sus movimientos, de su bolsillo en su hermoso y elegante saco quitó una pequeña cajita color roja, se arrodilló frente mio y penetró su mirada con la mía.

Oh no, lo va a hacer.

Tome aire o creó que no podía hacer ni eso, me sentía un adolescente por dar su primer examen.

Sebastian: ¿,Querés ser mi esposa?
Carina: claro, -rei- ¡claro que quiero! Si, aceptó.

Me sentía tan nerviosa, pero a la vez bañada de  felicidad, iba a casarme, iba a ser la esposa de Sebastian, iba a concretar mi familia, todo estaba de mi lado, todo estaba servido para ser feliz.
Para que con mi familia seamos felices.
Sebastian tomó mi mano izquierda y colocó el anillo, era ¡hermoso! Bañado en oro, tomo sonriente de mi cintura y me alzó, me hizo dar una que otra vuelta mientras reíamos a carcajadas y me dedicaba uno que otro "¡TE AMO!" me sentía tan amada y querida que... Sinceramente no podía pedir más.
Me bajo, pude tocar el piso para luego encontrarme con mi futuro marido en frente, los dos nos inundamos en una sonrisas.

Sebastian: gracias, te amo.
Carina: nada que agradecer, te amo aún más. Me haces la mujer más feliz del mundo.
Sebastian: y a mi el hombre más feliz, dichoso y amado del mundo.
Carina: - arrugue la nariz- te amo, te amo, te amo.

No dudamos un segundo en juntar nuestros labios, nos besamos tanto como bis deseábamos, el beso no llegó a mayores ya que una hermosa y delicada cena nos esperaba.

Sebastian: ¿cenamos?
Carina: por favor -reimos-

Pues, en la cena nos pasamos hablando cosas del casamiento, y nuestro hijo o hija, todo era tan perfecto que a la ver sentía miedo.
Con Sebastian decidimos casarnos antes que nazca el bebé, pero a la vez que yo no tenga tanta panza, iba a ser un casamiento sencillo, con familia amigos un fiesta pero sencillo.
Decidimos mañana hacer una cena juntando ambas familias para contarles ambas noticias, tanto el casamiento como el nuevo o nueva heredero que venía en camino. También, mañana Sebastian me acompañarían al médico, si tendríamos suerte tal vez conoceríamos el sexo de nuestro bebé.

Sebastian: ¿estuvo rico?
Carina: delicioso, y ahora...
Sebastian: ¿ahora?
Carina: si, yo digo señor Estévanez que luego de esta hermosa ceremonia, podríamos terminar la el día algo... -le guiñe el ojo-
Sebastian: no juegues con fuego...
Carina: y... ¿Que pasa si juego con juego? Me imaginó que -me levante de la silla- mi marido va a rescatarme ¿no? -dije para desaparecer de la habitación donde estábamos y dirigirme a la nuestra-
Sebastian: Carina -reí-

Así fue como terminamos nuestra hermosa noche de declaración, con Sebastian nos unimos en alma y cuerpo, nos amamos como una pareja comprometida, a punto de casarse.
Por que eso éramos, "futuros maridos y mujer"

CONTINUARA...

martes, 14 de julio de 2015

Capítulo ciento siete

Anabel: Me pareció  bien, lo harias todo por internet y sólo te presentarías a rendir.
Carina: si, pero lo veo difícil. El tema de no ir a clases y estudiar yo sola.
Anabel: tranquila, yo te puedo ayudar y aparte Sebastian también.
Carina: ¡es verdad!
Anabel: entonces tenes que entrar a esta página -señale el papel- y ahí mandar tus datos
Carina: Ana, también estuve con esa
mujer, escuche todo.
Anabel: esta bien, ahora ¿que hacemos?
Carina: ahora muero del hambre
Anabel: hay nena vos vivis con hambre
Carina: ...y... -dije un tanto obvia-
Anabel: esta bien -me defendí con mis manos- tenemos que ir a buscar a Sofi y de ahí vamos a comer algo ¿te parece?
Carina: me parece genial -dije, antes de ver el carrito ¡papas! Esa bolsa de papa me había tentado mucho, corri a comprarla para luego hacer lo que quedamos con Ana- ¿queres?
Anabel: no, gracias. ¿Ahora si podemos ir?
Carina: claro.

Fuimos por Sofi para partir a comer algo, ya que las dos moríamos de hambre, en un momento me sentía tan incómoda, Sofia me miraba demasiado ¿Que tengo?
Y ¿si se dio cuenta? Hay no.

Anabel: y ¿que quieren hacer?

Gracias querida mejor amiga.

Carina: lo que ustedes quieran
Sofia: eso, a mi me da igual. Antes quiero que me cuenten una cosa.

Oh oh.

Sofia: no, en realidad es sólo Cari -me miro- ¿cuanto tiempo más vas a ocultarlo?

Tierra tragame.

Carina: -la mire sin entender- ¿que hablas?
Sofia: es verdad entonces.
Carina: esta bien -asenti- pero no se lo digas a nadie por favor.
Sofia: Cari, esto es una noticia hermosa. ¿Cuando pensabas decirlo?
Carina: la próxima semana tenemos que ir al médico y ahí juntaríamos su familia con la mía para dar la noticia.
Sofia: -atiné a abrazarla- felicitaciones
Carina: muchas gracias, ¡vamos a ser tías!
Anabel: todas embarazadas menos yo ¿que estoy habiendo mal?
Carina - Sofia: ¡Ana!
Anabel: esta bien. ,-reimos-

El día fue un tanto agotador, mis piernas no respondían ni un segundo más, entre a casa a eso de las nueve menos cuarto.

Carina: ¡llegue!

Grite, no recibí respuestas de nadie, Camine y de fondo se podía sentir una hermosa melodía, ¿Sebastian? Empecé a seguirla, subi al piso de arriba y al fondo había una puerta cerrada, esa puerta vivía cerrada, nunca pregunte que había ahí, siempre me imagine como "un depósito" en fin no estamos hablando sobre la puerta o que pensé que había en ese cuarto, ahora ahí mismo esta Sebastian y tengo que descubrir mi sorpresa.
Atiné a abrir la puerta para encontrarme una imagen increíble, la piel se erizó, nunca nadie había hecho tanto por mí, sólo por mí. El estaba con un jeans una camisa y arriba de ella un sacó negro, tocaba el piano como nunca, me miró y sonrió, el cuarto era grande, tenía un juego de sillones, el gran piano y una mesa quien estaba lista para dos ¡era un cena! Creó que antes de poder decir o hacer algo iba a derretirme, hice unos pasos más adentro pude notar mejor la hermosa sala, a mi costado había una cómoda con fotos, eran fotos de Sebastian, Mónica, Sol, Quique... Y luego había un chico mas ¡Nicolás! Oh, era igual a Sebastian, en otra estaba su abuela tocando el piano y a su alrededor estaban los tres hermanos, esas fotos eran muy lindas.
Gire para volver a ver a Sebastian quien callo un momento para volver a empezar, ¡una canción! Lo mire detenidamente para empezar a escuchar.

SEBASTIAN

Bruno Mars - Marry You

Es una noche hermosa, 
Estamos buscando algo tonto que hacer. 
Hey nena, 
Creo que quiero casarme contigo. 

¿Es la mirada de tus ojos, 
¿O acaso es el jugo del baile? 
A quién le importa nena, 
Creo que quiero casarme contigo. 

Conozco una pequeña capilla en el paseo donde podemos ir... 
Nadie se enterará, vamos chica. 
A quién le importa si tenemos 
los bolsillos llenos de dinero 
que podemos derrochar, 
una foto típica, y ya está, chica. 

No digas que no, no, no, no-no; 
Solo dí sí, sí, sí, sí-sí
Y nos vamos, vamos, vamos, vamos-vamos
Si estas preparada como yo estoy preparado. 

Porque es una noche hermosa, 
Estamos buscando algo tonto que hacer. 
Hey nena, 
Creo que quiero casarme contigo. 

¿Es la mirada de tus ojos, 
¿O acaso es el jugo del baile? 
A quién le importa nena, 
Creo que quiero casarme contigo. 

Voy a buscar un anillo, 
deja que las campanas del coro suenen como oooooh

Así que ¿Qué quieres hacer? 
Solamente hay que hacerlo, nena. 

Si nos despertamos y quieres romper, está bien. 
No, yo no te culpo; 
Fue divertido, nena. 

No digas que no, no, no, no-no
Solo sí, sí, sí, sí-sí
Y nos vamos, vamos, vamos, vamos-vamos
Si estas preparada como yo estoy preparado. 

Es una noche hermosa, 
Estamos buscando algo tonto que hacer. 
Hey nena, 
Creo que quiero casarme contigo. 

¿Es la mirada de tus ojos, 
¿O acaso es el jugo del baile? 
A quién le importa nena, 
Creo que quiero casarme contigo. 

Solo acepto 
Dime ahora mismo nena, 
Dime ahora mismo nena. 

Deje de tocar para levantarme de la silla un momento y caminar hacia ella.

Sebastian: Solo acepto, Dime ahora mismo nena, Dime ahora mismo nena. 

CONTINUARA...

domingo, 12 de julio de 2015

Capítulo ciento seis

CARINA
Un día nuevo comenzó, no tan sólo era un día nuevo, era el comienzo de una vida, junto a Sebastian. Sabíamos que esto iba a ser para siempre, o eso intentaríamos.
Nos amamos, estamos por formar una familia, juntos.
Me desperté antes que él, era tan hermoso... Me coloque mi bata y bajé, me encontre con Erika quien me miró sorprendida.

Erika: señorita Carina, que alegría verla por acá.
Carina: Erika, sólo llámame Carina o Cari, y tuteame así esta mejor.
Erika: como digas Cari. ¿Queres tomar algo?
Carina: ¿la verdad? me desperté con mucho hambre. -reimos-
Erika: por eso no te preocupes, ahora preparó un rico desayuno para Sebastian y vos.

Antes de responder, sentí que alguien me abrazo por detrás y beso cuello.

Sebastian: buenos días a mis mujeres mañaneras
Erika: buenos días Seba ¿como dormiste?
Sebastian: imposible dormir mal con mi nueva compañera
Erika: eso quiere decir que ustedes...
Sebastian: exacto, hay nueva dueña de casa -reimos-
Erika: -tape mi boca sorprendida- que hermoso, que alegría. Esto sin duda merece un delicioso desayuno.
Sebastian: que rico
Carina: delicioso -reimos-

Erika se encargó de nosotros, nos alistó la mesa del comedor en la cual nos encontrábamos.

Carina: amor... Estaba pensando en que tengo que retomar mi carrera, no me queda mucho para terminar.
Sebastian: si, me parece bien. Pero ahora también hay que pensar en el bebé. Yo trabajo con eso no hay problema.
Carina: si, pero... -me interrumpió-
Sebastian: podrías terminar tus estudios a distancia, eso no impediría que veas a nuestro hijo como también a mí -reimos-
Carina: es verdad, sólo tendría que presentarme a rendir. Tendré que hacerme un lugar para estudiar
Sebastian: eso dejamelo a mi, yo me encargó
Carina: como diga señor Estévanez -reimos- voy a hablar con Ana, así me acompaña a la universidad.
Sebastian: me parece perfecto

Pasamos una día muy calmo, juntos. Descansamos, reimos, nos amamos, comimos... En fin, fue hermoso.
Al otro día Sebastian tuvo que irse temprano, ya que trabajaba, estaba sola en casa, un tanto aburrida... Puse una película, y luego baje para picotear algo mientras hablaba con Erika.

Erika: ¿Cari, puedo hacerte una pregunta?
Carina: claro
Erika: no quiero que te ofensas... Pero
Carina: pero...
Erika: vos y Sebastian... Digo vos, ¿estas...? -no podía terminar la frase, no quería estar equivocada y que Carina se ofenda-
Carina: ¿embarazada?
Erika: -¡bingo! No fue tan difícil como pensé, asentí-
Carina: creó que Sebastian tendría que contártelo, pero si -sonrei- estamos esperando nuestro primer hijo.
Erika: Oh, cuentan alegría me da escuchar esa hermosa noticia -atiné a abrazarla-
Carina: gracias -sonrei- igual, hagamos un trató -ella me miró confundida- si Sebastian decide contarte, hacete la sorprendida, por favor
Erika: -largue una carcajada- esta bien, ai ai ai que hermoso, como vamos a malcriar a esta niña.
Carina: o niño -dije de inmediato-
Erika: estot segura que va a ser una nena.
Carina: que hermoso, una mujer -sonrei al imaginarla-
Sebastian: hola hola -dije entrando a casa- ¿como están mis mujeres?
Erika: Seba nosotras muy bien, hablando de la vida -sonrei-
Carina: amor, bien a vos ¿como te fue en el trabajo?
Sebastian: muy muy bien.

Luego de esa charla almorzamos, y optamos por dormir una linda siesta.

Carina: mi amor, mañana voy con Ana a la Universidad
Sebastian: esta bien ¿a que hora volves?
Carina: no lo se, creó que voy a acompañarla para ir de compras, tal vez va Sofi también.
Sebastian: esta bien amor, cualquier cosa me avisas ¿si?
Carina: claro -sonrei-
Sebastian: ah... Otra cosa, antes que me olvide. ¡Tenes que estar acá a la hora de la cena, tengo una sorpresa para vos!
Carina: ¿que?
Sebastian: ¡sorpresa!
Carina: vamos Sebastian, sabes que odio las sorpresas
Sebastian: faltan sólo horas -bese sus labios- Te amo.
Carina: sos malo eh

CONTINUARA...

sábado, 11 de julio de 2015

Capitulo ciento cinco

CARINA
En el momento en el que Sebastian tocaba el piano, nadie habló y hacían intento de hacer el menor ruido al respirar, no voy a decir que no tocaba bien porque mentiría, pero sinceramente no comprendo la cara de los Estévanez, sólo esta tocando un piano ¿que tiene?

Mónica: hijo, eso fue hermoso.
Sebastian: -levante la mirada- Oh no los vi
Sol: ¿por que hiciste eso? -pregunte emocionada-
Sebastian: no lo se, sólo pase por acá vi el piano y lo hice.
Quique: esa melodía -dijo con un nudo en la garganta-
Sebastian: lo siento papá, yo.... -suspire-
Quique: fue hermosa, me trajo tantos recuerdos
Mónica: -seque mis lágrimas- hermosos recuerdos.
Sol: -mire a Carina- fuiste vos.
Carina: ¿como? -dije ¿asustada?-
Sol: si, -la abrace de golpe- gracias
Carina: no entiendo Sol
Sol: me devolviste a mi hermano, a ese Sebastian que se perdió hace años.

¿Alguien me podía explicar que estaba pasando?.
Pasadas las 6:30pm decidimos por irnos, nos despedímos de la familia Estévanez para ir a nuestra casa... Si, nuestra casa.

Carina: amor
Sebastian: ¿si?
Carina: no podrías regalarme un kilo de helado, sólo granizado.
Sebastian: -largue una carcajada- ¿y me convidarias? ¿Un poquito?
Carina: mmm... -pensé- un poquito asi mostre con mis dedos- puede ser.
Sebastian: te amo.
Carina: yo también.

Antes de llegar por casa pasamos por una heladería, compramos el helado y luego por fin; ¡hogar dulce hogar!. Sebastian bajo mi equipaje, yo entre a casa y lo primero que hice fue buscar las dos cucharas de la cocina para empezar a devorar este delicioso helado. Nos sentamos en el gran sillón del living.

Carina: ¿amor?
Sebastian: ¿si?
Carina: ¿que paso hoy?
Sebastian: ¿con que?
Carina: digo, cuando tocaste el piano, tu familia quedó impactada y Sol me agradeció, me dijo que le había devuelto a su hermano.
Sebastian : Oh -reí- hace más de 7 años no eh vuelto a tocar el piano, y menos a cantar.
Carina: ¿por que? -Sebastian se tensó- esta bien. Si no quieres contarme, no lo hagas.
Sebastian: hace siete años mi vida era distinta, Nicolás sólo tenía 23 años -suspire- hoy tendría 30. Era el mayor, el que cuidaba de mí y de Sol cuando nuestros padres se iban, era fanático del piano... Amaba tocarlo, y el me enseñó, juntos en los cumpleaños, grandes fiestas, o en almuerzos cantábamos una canción. Pero, no sólo fue él... Mi abuela también iba en ese avión...

¿Estaba bien lo que había preguntado? ¿Queria escuchar esta verdad? ¿Queria ver a Sebastian mal, triste? Mi piel se erizo mientras contaba su historia

Sebastian: ...Ella era mí segunda mamá, me decia "bicho" -rei al recordarlo- también fue ella parte de la música, era una amante del piano, de la música como la que toque hoy, ella... Ella era todo lo que estaba bien acá, me entendía cuando tenía mis problemas, me consolaba cuando lo necesitaba, me malcriaba siempre, y nunca voy a olvidar un día que estábamos tomando un café con leche fuera de casa... Cuando me dijo, el día que te cases yo tocare esa canción...

Fue imposible soportarlo, una lágrima derramó en mi mejilla.

Sebastian: ...él, él sólo decia que nunca me iba a poder casar si seguía con esa mujer, se refería a Ivana, que ella no era para mi que sólo quería de mi plata, los extraño tanto, estoy seguro que ellos tw mandaron a mi -mire a Carina- perdí a mi hermano mayor y a mi abuela en un malditos avión... ¿Por que ellos? ¿Por que? Se los llevó, para no volver jamás... Nunca más -una lágrima resbaló en mis ojos- nunca - susurré-

No aguante más, seque mis lágrimas para tirarme a él, lo abrace tan fuerte que pude, ¿cuando había vivido todo esto? Oh Sebastian.... ¿Por que no me lo contaste antes? Hace siete años atrás había perdido dos personas muy importantes, sus compañeros de vida. ¿Por que el no viajó? ¿A donde iban?

Sebastian: si me invitaron a ese vuelo.

Me sorprendi al escucharlo, pues es como si hubiera leído mi menté.

Sebastian: iban a Miami para ver una orquesta, moría de ganas por ir pero tenía parciales, aveces siento que si yo hubiera ido todo sería mejor.
Carina: ¡no! No vuelvas a decir nunca más eso.
Sebastian: -sonrei- Sol tiene razón
Carina: ¿con que?
Sebastian: que gracias a vos, hoy volví a ser el Sebastian de hace más de 7 años atras, sin ellos -mire hacia arriba-
Carina: pero ellos están acá -puse mi mano en su corazón- siempre lo van a estar. Son tus ángeles, tus compañeros hasta tu último día, hasta que dios te elija, para tener un nuevo reencuentro con ellos.
Sebastian: te amo
Carina: también te amo.

CONTINUARA...

miércoles, 8 de julio de 2015

Capitulo ciento cuatro

CARINA
Agarre una tostada le unte un poco de Dulce de leche y mordí la misma.

Carina: mmm... Esto es riquisimo
Sebastian: -reí- estabas con hambre.
Carina: ahora como por dos.
Sebastian: me encanta -sonrei-
Carina: mi amor, vos me podrías llevar a casa, necesito darme un baño y cambiar mi ropa.
Sebastian: ¿como?
Carina: que si podrías llevar a casa...-me interrumpió-
Sebastian: no, eso si entendí. Lo anterior
Carina: -mire sin entender-
Sebastian: mi amor, eso -rei- decimelo de nuevo.
Carina: mi amor.
Sebastian: si, mi amor... Que lindo suena.
Carina: mi amor, mi amor, mi amor -repeti-
Sebastian: -fui hasta ella y bese sus labios- hermosa.
Carina: hermoso
Sebastian: bueno, si seguimos así no vamos a desayunar nunca -reimos- terminamos de desayunar y luego vamos a buscar tu ropa.
Carina: ¿mi ropa?
Sebastian: a partir de hoy vamos s vivir juntos.
Carina: ai pero que lindo suena eso, juntos...
Sebastian: siempre -mordi mi tostada-

Terminamos de desayunar, lleve la bandeja a la cocina mientras Sebastian se daba una ducha, nos alistamos y salimos hasta mi casa. Guarde las cosas en un bolso y luego hablamos con mi papá, pensé que se lo iba a tomar mal, pero todo lo contrario se puso feliz. No dijimos nada sobre nuestro bebé, no era el momento... Salimos de la mansión para regresar a nuestra casa, pero el camino fue otro, ¿donde íbamos?.

Carina: ¿a donde vamos?
Sebastian: te estoy secuestrando
Carina: -largue una carcajada-
Sebastian: ¿no tenes miedo?
Carina: si estoy a tu lado nunca tengo miedo
Sebastian: -rei- hermosa.

El camino se hizo un tanto largo, Sebastian no me decia a donde me llevaba y eso me ponía histérica.
Cuando el estacionó el auto reconocí la casa, si... Sus padres.

Sebastian: bajamos
Carina: eh... Yo...
Sebastian: no me vas a decir que tenes vergüenza.
Carina: claro que no -dije de inmediato, era verdad pero... Algo sentía dentro mio, creería que la familia Estévanez me odiaba- bien, vamos -dije sin otra opción.-
El timbre se escuchó desde afuera, la puerta se abrió, nos atendió una mujer que no conocía, "Maria" o así la llamó Sebastian, la salude y segui tras él, tomó de mi mano y caminamos al comedor, ahí estaba Quique leyendo su diario y Mónica cociendo, era una linda escena.

Sebastian: ¡Hola Familia! -dije feliz-

La cara de los padres de Sebastian se iluminaros, Mónica salto a los brazos de su hijo, Quique se paro de inmediato para hacer lo mismo.

Quique: sabía que no ibas a irte
Sebastian: estuve a punto
Sol: ¡oh por dios! -dije bajando las escaleras al ver a mi hermano- ¡no lo puedo creer! -con lágrimas en los ojos corri a sus brazos- lo sabía... Lo sabía
Sebastian: acá estoy no me fui a ningún lado.
Sol: gracias -dije mirando a Carina-
Carina: -sonreí- no podía dejar escapar al amor de mi vida. -Sol me abrazo de inmediato-

Contamos porque Sebastian no se había ido, pero sin tocar el tema de nuestro hijo, almorzamos en esa casa y luego cada uno tomó un café. Sebastian desapareció por un momento dejándome sola con su familia, en un momento se empezó a escuchar una melodía hermosa, llena de paz y tranquilidad. Los Estévanez abrieron los ojos como plato ¿que pasaba?

Mónica: ¿Sebastian?

Sin más todos se pararon y fueron hacia el living yo los segui, ahí estaba él fundido en su música, tocando ese piano llenó de alegría.

CONTINUARA...

Capitulo ciento tres

SEBASTIAN
Me trepe sobre ella para darle comienzo a mi juego, quite la almohada de su cara y note escapar una sonrisa, no le di importancia y segui. Bese su mejilla derecha, luego la izquierda, subi a su frente, baje a su nariz para luego encontrarme con sus labios, los cuales esquive un segundo para besar su pera, ahora si tome su rostro y uní nuestros labios, senti que ella abrió su boca dejándome entrar, permitiendo el encuentro de su lengua junto con la mira, tome de sus brazos y los tiré hacia arriba, entrelazando nuestros dedos, apreté ellos y ella hizo lo mismo. Corte el beso de inmediato para alejarme y ver su rostro, si sus ojos estaban abiertos.

Sebastian: ¿no dormías?
Carina: eh...
Sebastian: buenos días amor, ahora si vamos a desayunar.
Carina: pero... ¿Ahora?

Me salí de encima de ella para un costado de la cama, su cara fue repleta de odio, reí ante la imagen.

Carina: esto ni es junto -dije caprichosa-
Sebastian: -reí- ¿que?
Carina: esto, mira como estoy... Sos malo.
Sebastian: es temprano, es hora de desayunar.
Carina: pero... ¿Que problema hay si empezamos la mañana distinta?
Sebastian: lo dudó.

Amaba hacerla sufrir de ese modo, rei para levantarme de la cama y buscar el desayuno, cuando gire "dormía" ¡Ai ai ai Carina! Volví a dejar la bandeja sobre la cómoda para treparme sobre ella, tome sus manos la tiré hacia atrás y bese sus labios, dando comienzo a una mañana distinta.

En un momento me despegó de ella para observarnos, sus ojos brillaban al igual que los míos, sin aplastarla podía sentir su corazón latir tan fuerte como el mío. Cada segundo me sentía más enamorado de Carina, ella era tan distinta y hermosa.

CARINA
Acaricio mi abdomen y sienti mi piel erizarse, mi panza esta repleta de mariposas que quieren salir de inmediato.
Trato de encontrase... Encontrarme... Y saber que no esta sólo, que soy yo... Estoy con el.

El calor empiezo a aumentar, es placer es mutuo, me sienti a gusto y cuando llegó al orgasmo, el gruñido de Sebastian me hizo saber que el lo hace también.
Cae al costado mío, mientras me recuperó lo observó, se mantiene sereno y callado, su vista esta enfocada en el techo, se acomoda en la cama y me arropa junto a él, acaricia mi hombro en silencio y sin poder habar más me sumerjo en su olor.

Sebastian: te amo.
Carina: también te amo -lo abrazo con fuerzas- gracias por este hermoso comienzo de mañana.
Sebastian: -reí- ahora señorita, me imaginó que va a desayunar.
Carina: por supuesto.

CONTINUARA...

Capítulo ciento dos

Sebastian: llegamos
Carina: así es, ¿bajamos?
Sebastian: espera un segundo.

Baje del auto, abrí la puerta de casa metí mi valija y luego fui en búsqueda de Carina, desabroche su cinturón y la alce como un bebé.

Carina: -rei- ¡Sebastian! No hace falta.
Sebastian: siempre hace falta mimarte -bese su frente-
Carina: sos un lindo -sonrei-

Entramos a casa y cerré la puerta con mi pie derecho, sin bajar a Carina de mis besos.

Sebastian: hogar dulce hogar.

Subimos las escaleras y la deposite sobre mi cama, nuestra cama.

Carina: que galán.
Sebastian: tu galán.

Tome de sus manos, entrelace nuestros dedos y la bese, la bese como si fuera la medicina que perdí por varios dias, la bese como si fuera el oxígeno que necesito para vivir...

Sebastian: te extrañé tanto.
Carina: yo igual mi amor.

De uno beso dulce y necesario pasamos a la pasión y  deseó, deposite besos por todo su cuerpo, dejando una marca... Era mí territorio, sólo mío.
Nos quitamos nuestras prensas y nos unimos en alma y cuerpo, estaba claro la falta que nos hacíamos el uno al otro, nos seguíamos amando como la primera vez... Como el primer día... Como el primer instante.
Estaba con mis ojos cerrados boca arriba, ella estaba sobre mi pecho.

Carina: tengo miedo.
Sebastian: ¿que pasa mi amor?
Carina: tengo miedo que todo esto sea un sueño, miedo a perderte... Miedo por vos, por mí, por nuestro bebé.

Me acomode quitando a Carina de mi pecho y la mire a los ojos, le regale una sonrisa tranquilizadora, bese su mejilla y baje hasta su vientre, lo bese sin dudar.

Sebastian: vamos a estar bien, los tres. Te lo prometo.
Carina: te amo. Nunca dejes.
Sebastian: nunca -susurré-

Que lindo son los sábados, pero este es distinto... Normalmente duermo hasta las una del mediodía, mire el reloj 10:15am. Nada mal, gire y ahí estaba ella, ahogada en sus sueños, con su cara angelical, no quise despertarla sin hacer mucho ruido fui hasta la cocina, prepare un delicioso desayuno, acompañado de una flor.

Sebastian: buenos días.
Carina: mmm... Un ratito más -dije sin abrir mis ojos-
Sebastian: ya es tarde mi amor. Te prepare una sorpresa.
Carina: un ratito más -susurré-

Rei al ver su cara cansada y empecé a darle besos por todo su rostro, observe su sonrisa pero no abría los ojos.

Sebastian: no me obligues.

Tapo su cara con la almohada para seguir durmiendo, me causó gracia.
¿queres jugar Carina Zampini? Vamos a jugar.

CONTINUARA...

Capitulo ciento uno

Sebastian: -gire- ¿Carina?
Milagros: yo sabía que no iba a ser tan idiota para dejarte ir -toque el hombro de Sebastian- vinieron por ti amigo, se feliz, te quiero.
Sebastian: -rei- gracias -dije para luego abrazarla- buen viaje, cuando llegues avisame.
Milagros: por supuesto, esperó que vallas a visitarme.
Sebastian: dalo por seguro -reí- suerte -

SEBASTIAN
Así vi como Milagros desaparecía por la puerta de embarque, mire a Carina quien me miraba penetrante, sonreí, deje mi valija a un costado y corri hasta ella, la abrace como nunca, nuestros cuerpos volvieron a juntarse.

Sebastian: viniste -dije feliz-
Carina: no podía permitirme perderte, porque te amo, te amo como nunca ame a nadie en mi vida, porque somos el uno al otro, porque...
Sebastian: ¿Por que? -dije aún sonriendo-
Carina: porque vamos a ser padres.

¿Padres? Pero... ¿Como? Un hijo, no podía creerlo, la mire confundido.

Carina: si, estoy embarazada
Sebastian: -reí- mi amor -tome su rostro- es la mejor noticia que me dieron en toda la vida, -mi ojos se llenaron de lágrimas, era felicidad, felicidad pura- te amo... Te amo como siempre y más.

Nos hundimos en un beso cálido y contenedor, un beso deseado y esperado, nos extrañábamos y eso lo sabíamos, lo sentíamos, nuestras lenguas bailaban al compás, acerque aún más a Carina, la quería cerca, muy cerca y no soltarla nunca, nunca más. Iba a cuidarla como lo hice siempre pero aún más, ahora estaba esperando algo mío, ella tenía algo mío... Nuestro.

Sebastian: te amo... Te amo... Me haces el hombre más feliz del mundo.
Carina: te amo, siempre.

”El vuelo 33078 acaba de tomar vuelo a destino aeropuerto internacional de España, muchas gracias”

Carina: -sonrei al escuchar eso, el seguía conmigo- no te fuiste, ya no podes irte.
Sebastian: nunca me voy a ir si no es con vos -bese sus labios- ¿vamos a casa?
Carina: ¿A casa? -dije graciosa-
Sebastian: por supuesto, o acaso pensas que voy a tenerte lejos, no puedo estar un segundo sin vos... Quiero dormir todas las noches de mi vida abrazado a vos.
Carina: yo igual -sonrei- te amo.
Sebastian: te amo -susurre y uní nuestros labios-

Salimos del aeropuerto, juntos de la mano con nuestros dedos entrelazados, lo amaba... Me amaba... Nos amábamos...

Sebastian: ¿manejo?
Carina: por supuesto -le entregue la llave a Sebastian-

Estábamos en el auto camino a su casa... Mejor dicho nuestra casa, era tan loco... Esto de sentir tanta felicidad junta, no quite la mirada a Sebastian ni un segundo.

Sebastian: ¿que pasa?
Carina: que estoy feliz y no puedo creer que estes acá conmigo.
Sebastian: -sin sacar mi vista del carril toque la pierna de Carina- pero acá estoy, con vos, con nuestro hijo... Juntos.
Carina: cantame.
Sebastian: ¿como?
Carina: eso, que me cantes... Me gusta como cantas.
Sebastian: Oh... Hace mucho no lo hago.
Carina: mentira, el otro día lo hiciste.
Sebastian: esta bien.

Sebastian pidió que conecte su celular a el estéreo, lo hice y luego me pidió que busque una canción. Pues... No la conocía, le di play para su comienzo.

Love me like you do-Ellie Gouldin

”Eres la luz, eres la noche 
Eres el color de mi sangre 
Eres la cura, eres el dolor 
Eres la única cosa que quiero tocar 
Nunca supe que podía significar tanto, tanto 

Eres el miedo, no me importa 
Porque nunca he estado tan feliz 
Sígueme a la oscuridad 
Déjame llevarte más allá de nuestros satélites 
Puedes ver el mundo que has traído a la vida, a la vida 

Así que ámame como lo haces, ámame como lo haces“

Sebastian: ámame como lo haces -la mire-
Carina: -con lágrimas en los ojos- te amo -susurré-

CONTINUARA...

Ai 😍 no se ustedes pero yo morí de amor mientras lo escribía. ¡Saludos!
((Capítulo dedicado a Giuliana, LA CUENTA))

Capítulo cien

Sofia: y ¿como te sentís Cari?
Carina: bien sonrei, hace días no nos veíamos
Sofia: eso, me tenes que acompañar a ver las cosas para mi bebé y tu sobrina e ahijada -reimos-
Gabriel: o sobrino y ahijado.
Sofia: eso lo sabremos en unos días -reí mirando a Gabriel-
Carina: que lindo es verlos tan felicidad.

Nos sentamos en el comedor, no se si me hacia mejor o peor mirar la panza de sofia, es tán linda y yo ahora también lo estaba, mi panza iba a empezar a crecer, quite ese pensamiento por un momento, fui hasta la cocina en busca de frutillas con crema, juró haberlas deseado, la coloque en la mesa y le di una cuchara a Sofi y otra a Gabriel, para empezar a atacar el postre.

Gabriel: -reí ante la imagen- si las veo así, no se si voy a hacer padre o tío.
Carina: ¿ah?
Gabriel: eso, que comes como si estuvieras embarazada -reí-
Carina: -Oh Oh...- sólo, tengo hambre -sonrei-
Sofia: eso, dejanos en paz.

Así pasamos la tarde, comiendo. Cerca de las 19:30hs el timbre sono... No me di mucha importancia, segui bebiendo mi juego mirando la TV.

Bety: Cari, te buscan.
Carina: ¿a mi? Que raro

Deje mi jugó en la mesada, apague el tv y camine hacia la entrada ¿Sol? ¿Que hacia Sol en mi casa? Era tarde.

Sol: hola -sonrei al verla-
Carina: Sol -la salude- que linda sorpresa, ¿que te trae por acá?
Sol: necesito hablar con vos.
Carina: -senti frío en mi cuerpo- ¿Le paso algo a Sebastian? -dije de inmediato-
Sol: no... Bueno, si...
Carina: ¡Que!
Sol: tranquila, No es nada malo en salud, sólo esta por cometer el peor error de su vida.
Carina: me estas preocupado, veni... Vamos al living ¿queres tomar algo?
Sol: no, esta bien.

Nos acomodamos en el living y le di lugar a que Sol empiece a hablar.

Sol: se esta por ir a España.

Senti que el mundo se detuvo, todo estaba en mi contra, no podría irse, ni debía... No podía dejarme, y tampoco a nuestro hijo ¡claro que no!

Sol: tenes que hacer algo Carina, deterlo... El no puede irse.
Carina: yo... No puedo Sol, aún que me duele en lo más profundo de mi alma no puedo pararlo, me prometió... Nos prometimos alejarnos.
Sol: no hagas algo que te puedas arrepentir.
Carina: Sol... -dije en un susurro de pena-
Sol: es tarde, me tengo que ir -mi reloj marcaba 20:15hs- pensalo, su vuelo sale a las 21:30hs... No dejes escapar a tu amor. Adiós, te quiero.
Carina: igual yo.

Sol desapareció y me dejó en este vacío, camine hasta mi cuarto y me acosté, el lo decidió... Tal vez lo mejor para los dos es que se valla, algún momento podré decirle que tiene un hijo en Argentina, me odiara pero no puedo ir contra lo que buscó.
No podía dejar de pensar en Sebastian y decidí tomar un baño, intentar relajarme y cuando salí vi la hora 21:00hs

no hagas algo que te puedas arrepentir.

no dejes escapar a tu amor.

Eran las palabras que se me repetían una y otra vez, no podía dejarlo ir... No podía vivir sin el, me cambie de inmediato, corri en busca de la llave del auto y salí.

Carina: ¡salgo! -grite, sin esperar respuestas-

Encendí el auto y lo puse en marcha, destino: aeropuerto.

Carina: por favor mi amor esperame... No te vallas, por favor -decía sin parar, mire la hora- 21:20hs ¡mierda! -con una mano empecé s buscar mi celular, no estaba por ningún lado ¡me lo había olvidado!- esperame Sebastian por favor... Esperame.

Fui tan rápido como pude, me baje del auto y empecé a correr.

"Por favor vuelo 33078 presentarse en la puerta de embarque, vuelo 33078 con destino al aeropuerto internacional de España presentarse en la puerta número 8 de embarque, muchas gracias"

¡Bien! Llegué, o sea ¡Sebastian seguía en Buenos Aires! Mira la puerta en la que me encontraba n°3, empecé a correr buscando la n°8.

"Último llamado vuelo 33078, presentarse en la puerta número 8. Vuelo 33078, presentarse en la puerta número 8, muchas gracias"

Milagros: ¿listo?
Sebastian: -mire hacia atrás, suspire y camine hasta la puerta n°8- vamos.
Milagros: todo va a estar bien.
Sebastian: eso esperó.

Carina: ¡Sebastian! -grité- ¡espera!

CONTINUARA...

Aiii 💞 ¡llegó! Bue. Capítulo dedicado a Milo 😘

capítulo noventa y nueve

Carina: no, no puede ser cierto.
Sebastian: ¡Hijo de puta! -susurré entre dientes-
Diego: lo conoces.
Carina: si -dije atontada-
Sebastian: ¿queres que mejor vallamos?
Carina: -seque mis lágrimas de inmediato- no, -mire Diego- puedo... Puedo hablar con el
Diego: él esta incomunicado, pero puedo hacerte un favor... Sólo unos minutos.
Sebastian: no, ¿vos estas loca?
Carina: por favor, necesito hacerlo... Sólo un momento.
Diego: esta bien, seguime
Sebastian: ¡Carina!
Carina: tranquilo, todo va a estar bien.

Diego me conducio hasta el cuarteto que se encontraba Pablo, era seguro que él y Sebastian estarían vigilando por el vidrio, entré acompañada de dos policías, no creí que fuera para tanto.
Pablo al verme se levantó de inmediato, pues estaba sentado en un banquito.

Pablo: ¿Carina?
Carina: ¿Que hiciste? ... ¿Que me hiciste?
Pablo: yo... Yo sólo luche por amor.
Carina: no Pablo, eso no es amor.
Pablo: claro que si lo es... Por supuesto.
Carina: me arruinaste.
Pablo: tenías que aprender
Carina:¿aprender a que?
Pablo: a separarte de Sebastian y... A amarme a mí.
Carina: mierda -dije furiosa- eso sos, una mierda.
Pablo: -reí-
Carina: cínico.
Pablo: pero... Al fin y al cabo gané -dije triunfador-
Carina: basura.
Pablo: no digas cosas que te puedas arrepentir.
Carina: de lo único que me arrepiento es, de haberte querido y valorado como un amigo.
Pablo: esto no es el fin, nos volveremos a encontrar.

Lo mire con odio, asco, repugnacion, y salí de inmediato de ese cuartito, aún me sentía aturdida, camine hasta Sebastian y Diego, me hicieron firmar unas cosas y luego partimos hasta casa, en el auto no habíamos cruzado ni una sola palabra, sólo se escuchaba la canción de fondo..
Esta vez Sebastian no cantó.
Sentía un vacío en mi pecho, ya todo había acabado pero Sebastian igual se iría... Me dejaría... ¡Imbecil que sos Carina! Dejaría a mi hijo sin padre, me dejaría a mí sin él, y le prohibiría a él una familia.
Llegamos, el auto se estacionó, él enfocó su mirada en mí, tome mi cartera, quite mi cinturón para luego mirarlo.

Carina: gracias, por todo.
Sebastian: fue un gusto terminar la última travesura juntos.

¡Oh no!

Carina: me voy.
Sebastian: hasta siempre, Carina.

Lo mire por última vez, una lágrima escapó mojando mi mejilla izquierda, la seque de inmediato.

Carina: hasta siempre, Sebastian.

Salí como un rayo de esa escena, entre a casa, por suerte no había nadie... Corrí hasta mi recámara y lloré, lloré y lloré. Me deshaci de este dolor que me consumía cada segundo, ahora si era un adiós... El último adiós, tiré mis cuadros, libros y más que se encontraban en la comoda, agarre mi panza y en fin, me tiré en mi cama, para seguir llorando.

Sol: ¡Sebastian! -dije feliz, al verlo- ¿que te trae por acá?
Sebastian: sol -sonrei- vengó a despedirme.
Mónica: ¿Cómo?
Sebastian: si mamá, me vuelvo a España.
Quique: pero hijo, ¿por que?
Sebastian: ya no tengo nada que hacer acá.
Mónica: y ¿cuando te vas?
Sebastian: mañana a las 21:30hs sale mi vuelo. Ya lo eh decidido
Sol: ¡no! Pero ¿por que? Acá lo tenes todo.
Sebastian: sabes que no es así Sol, acá lo eh perdido todo.
Quique: esta bien hijo, si crees que es lo mejor, Te apoyo.
Sebastian: gracias papá.
Mónica: ¿Viajas sólo?
Sebastian: no, en estos días estuve hablando con Milagros, y viajamos juntos... Ella también necesita volver allá.
Mónica: esta bien, mañana estaremos ahí, en el aeropuerto con vos.
Sebastian: no mamá, sabes que odio las despedidas. Prefiero que sea ahora.
Quique: entonces, que marche cena familiar.
Sebastian: gracias.

Esa fue mi despedida, cenamos en familia... Iba a extrañarlos, aunque suena hasta gracioso saber que me vine a Argentina para alejarme de ellos, pero Carina logró volver a juntarme, mierda.... La extraño tanto.
Antes de irme a casa, hable con Sol le conté lo que había pasado en estos días, obvio que ni pudo creerlo, fueron muchas cosas en pocas horas.

El timbré no paraba de sonar, abrí mis ojos y me levante, camine hasta la puerta y me encontre con una cartita.

"Seba estoy en el super, ya regreso, Erika"

Definitivamente iba a extrañar estas cosas, el timbré volvió a sonar, camine hasta la puerta y abrí.

Milagros: me lo imaginaba, son casi las 13:00hs y vos seguis durmiendo, seguro ni la valija preparaste.
Sebastian: -reí- así es, pero sabía que ibas a venir a prepararme vos las cosas. Dale, pasa.

Anabel: y ¿entonces?
Carina: nada, paso eso
Anabel: es tu héroe.
Carina: era -dije triste-
Anabel: ¿como "era"?
Carina: eso, ya paso... Ya no nos vamos a ver más, me lo prometió y ayer fue nuestra despedida.
Anabel: pero... ¿Vos estas loca?
Carina: lo se...
Anabel: No lo puedo creer. -Carina empezó a llorar sin control, me asuste. La abrace fuerte- ei... Amiga. ¿Que pasa? Todo va a estar bien, yo te voy a ayudar.
Carina: estoy embarazada.
Anabel: -mis ojos se abrieron como dos platos blancos ¡iba a ser tía! Me despegue de Carina y la mire fijo, de inmediato sonrei y volví a abrazarla, de felicidad- ¡no lo puedo creer! Esto es una increíble noticia. Y ¿hace cuanto? ¿Como fue? Y Sebastian...
Carina: de tres semanas. No lo sabe, no pude decirle.
Anabel: Oh Cari... Tranquila ya vas a poder decirle no te preocupes. ¿Si?
Carina: gracias Ana, por favor... No le digas a nadie.
Anabel: a nadie.

CONTINUARA....

Esperen el 100 es mi preferido 💞

Capítulo noventa y ocho

Carina: gracias, gracias, gracias -dije aún sin soltarlo-

De repente entró Gabriel y mi padre a la habitación donde nosotros estábamos, Oh no... De seguro pensaron de más. Me separe de inmediato.

Ronald: no hacia falta la separación -sonrei pícaro-
Carina: no es lo que pensas papa.
Sebastian: lamentablemente
Gabriel: ¡que lástima! ¿Paso algo?
Sebastian: -sonrei y mire a Carina, quien también lo hacia- lo encontramos ya no hay más peligro.
Gabriel: no -dije cubriendo ni cara con mis manos- ¿de verdad?
Carina: ¡si!

Gabriel corrió a los brazos de su hermana y la abrazó fuerte fuerte.

Gabril: yo sabía, lo sabía.
Carina: ya esta todo bien -sonrei, y lo abrace aún más-

Mi hermano me sólo y dio un dulce beso en mi mejilla, luego miró a Sebastian quiero abrazo también.

Gabriel: gracias, gracias. Sin vos no hubiéramos podido.
Sebastian: no me iba a permitir que le pase algo a Carina, nunca.

Sonrei al escuchar eso, era hermoso. Aveces sentía odiar amarlo tanto.

Ronald: disculpen que interrumpa semejante escena pero alguien me puede explicar que es todo esto.
Carina: papá es una historia larga.
Ronald: bien, los esperó en el living. Bety -llamé
Bety: si señor
Ronald: prepara café para los cuatro.
Bety: como siga señor.
Carina: no, a mi sólo un té.
Bety: esta bien -sonreí-

Pasamos al living y una vez que cada uno tenía de poder de su taza, empezó la charla, bueno... En realidad la única que tenía que hablar era yo, a medida que le contaba a mi padre lo sucedido su cara cada ve se espantaba aún más.

Ronald: pero hija, como no me contaste esto antes ¿sabes lo que podría haber pasado?
Carina: si papá, perdón. Pero ya esta todo bien.
Ronald: si, gracias a Sebastian. Sería una especie de héroe.
Carina: -rei al escucha su comentario- seguro
Sebastian: ¿ah? No, no... Claro que no, sólo hice lo que senti
Ronald: gracias Sebastian, sabía que no ibas a fallarme.
Sebastian: nunca olvide eso -sonrei, para luego unirme en un gran abrazo junto a Ronald-

Luego de admirar esa hermosa escena, fuimos a hacer denunciar, bajamos del auto y sentía nerviosa, las piernas me temblaban, la panza gritaba, mi cuerpo sudaba, simplemente necesitaba salir corriendo de ese lugar lo más ante posible.

Sebastuan: -me posicione tras ella y le susurré en el oido- tranquila todo va a estar buen, confía en mí-

-Siempre- dije en mis adentros, el tomó mi mano entrelazando nuestros dedos y en toda la declaración no la soltó ni por un momento, me sentía preparada o tal vez eso creía, pero no podía morir sin conocer a la mierda que me tenía amenazada. Por eso acepte.

Sebastian: ¿estas segura? Sabes que no es necesario
Carina: lo se, pero si estoy segura.
Sebastian: bien -sonrei-
Diego: Cari, ¿vamos?
Carina: si. -tome valor y camine hasta Diego, de inmediato gire para verlo- ¿Sebastian?
Sebastian: ¿si?
Carina: me acompañas, por favor.

El me sonrió, tomó de mi paño y camino junto a mí.
Diego me había explicado como iba a ser, pues con el detenido no iba a tener ningún tipo de contacto, sólo no miraría tras un vidrio, pero él no a mí.
En el momento que Diego prendió la luz, mi cuerpo se congeló, odié en momento que acepte verlo, mis ojos se cristalizaron tapando mi visión, las lágrimas ni tardaron en caer, en sorpresa tape mi boca con mis manos tapando el pequeño grito ¿El? No podría ser cierto, ¡Era él!

Carina: ¿Pablo?

CONTINUARA....