Carina: ya esta el desayuno -grite desde la cocina-
Sebastian: ahí vamos
Sebastian y Fran ya sentados empezaron a desayunar, una vez listo le coloque el delantal de jardín a mi hija, para hacerle las dos colitas en el cabello, agarre su pequeña mochila y se la entregue.
Sebastian: amor ¿vos vas por Fran?
Carina: si, yo la buscó y de ahí venimos a casa.
Sebastian: Bien, ¿vamos? -mire a mi hija-
Francesca: ¡si! -dije contenta-
Carina: salgo con ustedes -busque mi cartera y la llave de mi auto, salimos y cerré la puerta de casa- adiós -dije mirando a mis amores-
Francesca: chau ma, te amo
Carina: -baje para quedar en su estatura- chau princesa, cuidate, nos vemos al mediodía mucha suerte en el jardin, divertite mucho ¿si? ¡Te amo mucho, mucho más! -bese su mejilla y respondí su abrazo-
Sebastian: chau amor, suerte en el trabajo. Nos vemos para almorzar cuidate y avisame cuando llegues a la oficina.
Carina: okey -sonrei- vos también cuidate y suerte -bese su labio- te amo
Sebastian: te amo
Una vez después de la despedida cada uno partió a su destino, Sebastian llevó a Fran al colegio para luego ir a si trabajo y yo parti a mi oficina, tal como lo dije le mande el mensaje a Sebastian.
Fue un día bastante cansador, amaba mi trabajo pero llegaba un momento que me saturaba, mire el reloj 12;00hs en veinte minutos salía Fran, tome mis cosas y fui al estacionamiento, me despedí de mi secretaria para ir en busca de mi hija.
- ¡ALTO! -
dijo una voz antes de entrar en mi auto, la conocía... ¡Claro que si! Un miedo círculo por mi cuerpo dejándome sin oxígeno y literalmente dura por unos segundos, los cuales parecían una eternidad
- Dije que pronto volveríamos a encontrarnos Carina
¿Cual es la salida? ¡ayuda! Gritaba por mis adentros, gire delicadamente para encontrarme con él, esta tan distinto a la última vez que lo vi.
Carina: Pablo, ¿que querés?
Pablo: eh, ya de por si me tratas mal, fueron unos largos cinco años ¿o te olvidas? ¿Donde ibas?
Carina: no me molestes, ¡no tengo que dar explicación de lo que hago o dejó de hacer y menos a vos.
Pablo: ¡error! -rei- pero bueno, como digas... Aún que lamento comunicarte que dudó que encontres a esa nena -rei triunfador al ver la cara de Carina- ¿Faustina? ¿Francisca? O ¿Fracesca? Si... Francesca Estévanez Zampini, muy hermosa por cierto... Tu hija, mejor sonaría un "nuestra hija" ¿no?
Carina: - ¿que estaba diciendo? A que se refería con eso- ¿que hiciste Pablo? -dije con un nudo en la garganta-. ¡Que sabes de hija!
Pablo: tranquila, ella esta bien... Pero para volver a encontrar a su mamá -reí- tendrías que venir conmigo.
Carina: ¿donde esta? -grite- ¡estas loco!
Pablo: ¿venis conmigo o te olvidas de tu hija? -fueron mis últimas palabras para dirigirme a mi auto-
¡Mi hija! No puede ser, una nueva pesadilla, mis lágrimas no tardaron en caer, tenía miedo no sabía que era capas de hacerle, corri tras el y me metí en su auto, necesita encontrar a mi hija, ¡urgente!.
CONTINUARA...