lunes, 17 de agosto de 2015

Capitulo ciento treinta y cuatro • F I N •

CARINA
Me siento completa, estoy con mi familia y no hay más pesadilla. Mi hija es tan hermosa como simpática, Sebastian me ama como nunca había imaginado que alguien me amara. Estoy contenida y querida ¿que más puede pedir una mujer?.

Estábamos en el comedor, Sol sirvió la torta y se fue ya que tenía cosas que hacer.

Sebastian: ¡el clima esta lindo que le aparece si merendamos en el partió!
Francesca: ¡sii! -dije feliz-
Sebastian: ¡Erika! -llamé- nos ayudas a llevar las cosas al quincho.
Erika: ahora mismo.

Llevamos todo lo que necesitabamos, prepare la chocolatada para mi hija junto dos cafés, merendamos entre risas.
Fran estaba jugando con su papá, hasta que el amenazo que si volvía a tocarlo iba a morir por cosquillas. Claro que mi hija siguió, la curiosidad lo puede todo.
Sebastian corrió todo el jardín con mi hija para  atraparla, la guerra de cosquillas comenzó, me acerque a ellos para jugar, el ambiente era sólo risas, imposible no disfrutar.

Sebastian: ¡eh! No se vale. Son dos contra uno.

Dijo Sebastian riendo por causa de las cosquillas, mi hija me miraba y reía.

Sebastian: bueno, ya!!! Por favor -pedi-
Carina: esta bien, esta bien -Dije cansada-
Sebastian: ¡wuu! Gracias.
Francesca: -reí- ¡gane! -dije alegre-
Sebastian: siempre ganas, porque sos la mejor.

Dijo Sebastian y la trepó en su cuerpo. Yo sólo sonreí agradeciendo la hermosa escena.

Sebastian: ahora que estoy pasando una tarde increíble con mis dos mujeres, quiero proponerles una cosa.
Carina: ¿que? -dije curiosa, pero a vez con miedo, no se porque-
Sebastian: ¿que piensan si nos vamos de viaje?
Francesca: ¡si! -dijo mi pequeña saltando-

No se por que pero temí eso, ¿a donde quedó el viaje a España? Pues, estaba pensando en.... Sebastian me sacó de mis pensamientos.

Sebastian: ei, amor ¿paso algo?
Carina: no -sonrei- Sebastian, con respecto al viaje yo quería preguntarte...
Sebastian: -mire el reloj- el avión esta saliendo justo ahora, y nosotros estamos acá.

Tape mi boca y los abrace, están conmigo.

Carina: gracias.
Sebastian: te amo -bese sus labios- a parte ¡que locura!
Carina: ¿que?
Sebastian: el querer dejarte, ¡a quien se le puede cruzar por la cabeza! Disculpame jefa. ¿Quien iba a cuidar de usted?
Carina: sólo mi guardaespaldas.
Sebastian: interesante sobrenombre.
Carina: interesante historia.
Sebastian: interesante amor.
Carina: interesante ángel.
Sebastian: interesante familia.
Carina: interesante es amarlos.
Sebastian: no lo olvides. -suplicó-
Carina: nunca más -susurré- nunca, nunca más.

                            • FIN

gracias a cada una de ustedes por seguir mis novelas, fue un gusto haber escrito otra historia más.
Esperó que la hayan disfrutado tanto como yo al escribirla, besos. ¡Las quiero!

Capítulo viento treinta y tres

SEBASTIAN
Entrelace nuestras manos y así salimos de la habitación para luego bajar las escaleras, se podía sentir un delicioso olor a torta: Fran y Sol.
Una vez ya en planta baja vimos a nuestra hija con mi querida hermana riendo y preparando las cosas.

Carina sonrei y eso me hace feliz, muy...

Todo estaba siendo tan perfecto.
Sol se percató de nuestra presencia y nos sonrió, Fran nos vio pero de pronto se escondió tras de Sol ¿que?.
Carina se alejó de mi para ponerse frente a Fran en posición de cuclillas.

Carina: ei amor. Soy yo... Mamá -sonrei y extendí los brazos para recibir a mi hija-

De a poco mi hija fue despegándose de Sol para quedar frente a su mamá ¡vamos Fran! Dije por mis adentros, la observó por unos segundo que parecieron ser una eternidad para luego correr hasta los brazos de su mamá. Bien, eso fue demasiado emocionante, Sol y Carina lloraban.

Carina: Mi amor, - sin soltar a mi hija- Te extrañé... Te extrañé muchísimo ¿sabes?
Francesca: yo también mami -bese su mejilla- ¿ya te curaste?
Carina: -asentí y seque mi mejilla-
Francesca: ¿no te vas a ir mas, verdad? -dije jugando con el pelo de mamá como lo hacia antes-
Carina: nunca, nunca más - alce a mi hija- 
Francesca: ¿me lo promete?
Carina: por la garrita -susurré y unimos nuestros dedos-
Francesca: -seque las lágrimas de mamá- ya no llores.
Carina: te amo princesa.

Francesca abrazo fuerte a su mamá y yo me acerque a ellas.

Francesca: ¡papi! Mami volvió -dije festejando-
Sebastian: ¡viste princesa! Yo te dije. Las amos -susurré para luego hundirnos en un gran abrazo-
Sol: ¡Sonrian!

Dijo Sol para luego tomarnos una fotografía.

CARINA
Sebastian había subido hace un largo rato, estaba con Sol y mi hija ¡feliz! Fue un día de tantas emociones que ni siquiera sabía como explicarlo.

Francesca: ¡ya esta!
Sol: ¿vamos a sacar la torta?
Francesca: ¡si! -dije feliz- ¿venis mami?
Carina: voy a buscar a tu papa así comemos la torta ¿si?

Como bien dije subi, pero en ninguna habitación estaba... Segui caminando por ese largo pasillo cuando escuche unas notas musicales, sonrei. Sin pedir permiso entre, ahí estaba el sentado tocando el piano, el alma se me llenó.
Sebastian hundió su mirada con la mía para luego empezar a tararear.

¡Ya se lo que va a hacer y me encanta!

Mirrors -Justin Timberlake 🎶

¿No eres algo para admirar?
Porque tu brillo es así como un espejo
Y no puedo dejar de notar
Te reflejas en mi corazón
Si alguna vez te sientes sola y
Tu resplandor me hace difícil encontrarte
Solo sé que siempre estoy
Mirando afuera en el otro lado

Porque tu mano en mi mano, y un bolsillo lleno de alma
Puedo decirte que no hay lugar donde no podamos ir
Solo pon tu mano en el pasado
Estoy aquí intentando salir adelante
Solo tienes que ser fuerte

Deja el piano sin dejar de cantar para pararse frente mío toma mis manos y me hace dar una vuelta.

Porque no quiero perderte ahora
Estoy buscando justo al otro lado de mí
La escena más grande se encuentra en mi corazón
Hay un espacio, pero ahora estás en casa
Enséñame como luchar por ahora
Y te diré nena que fue fácil
Vuelvo a ti una vez que lo he descubierto
Estuviste aquí todo el tiempo

Es como si fueras mi espejo
El espejo que me devuelve a lo que soy
No podría ser más grande
Con alguien más a mi lado
Y ahora es claro que esta promesa
Que estamos haciendo son dos reflejos en mí
Porque es como si fueras mi espejo
El espejo que me devuelve a lo que soy
Me devuelve a lo que soy

¿No eres algo como original?
Porque no parece tan fácil
Y no puedo dejar de mirar porque
Veo la verdad en algún lugar de tus ojos
No siempre podré cambiar sin tu ayuda
Tú me reflejas, amo eso de ti
Y si pudiera, me gustaría vernos todo el tiempo

Porque tu mano en mi mano, y un bolsillo lleno de alma
Puedo decirte que no hay lugar donde no podamos ir
Solo pon tu mano en el pasado
Estoy aquí intentando salir adelante
Solo tienes que ser fuerte

Porque no quiero perderte ahora
Estoy buscando justo al otro lado de mí
La escena más grande se encuentra en mi corazón
Hay un espacio, pero ahora estás en casa
Enséñame como luchar por ahora
Y te diré nena que fue fácil
Vuelvo a ti una vez que lo he descubierto
Estuviste aquí todo el tiempo

Es como si fueras mi espejo
El espejo que me devuelve a lo que soy
No podría ser más grande
Con alguien más a mi lado
Y ahora es claro que esta promesa
Que estamos haciendo son dos reflejos en mí
Porque es como si fueras mi espejo
El espejo que me devuelve a lo que soy
Me devuelve a lo que soy

El ayer es historia
El mañana es un misterio
Puedo verte mirándome
Mantén tus ojos en mí
Nena mantén tus ojos en mí

Me fundó en su mirada como me lo esta pidiendo.

Porque no quiero perderte ahora
Estoy buscando justo al otro lado de mí
La escena más grande se encuentra en mi corazón
Hay un espacio, pero ahora estás en casa
Enséñame como luchar por ahora
Y te diré nena que fue fácil
Vuelvo a ti una vez que lo he descubierto
Estuviste aquí todo el tiempo

Es como si fueras mi espejo
El espejo que me devuelve a lo que soy
No podría ser más grande
Con alguien más a mi lado
Y ahora es claro que esta promesa
Que estamos haciendo son dos reflejos en mí
Porque es como si fueras mi espejo
El espejo que me devuelve a lo que soy
Me devuelve a lo que soy

Eres, eres el amor de mi vida.

Se acerca a mi, creó que me va a besar pero no lo hace.

Sebastian: me eh enamorado cientos de veces, siempre de ti.

Creó desmayarme ¿no es hermoso? Lo amo y se que es un amor verdadero, que lo que sentimos el uno al otro es fuerte, que se puede caer el mundo sobre nosotros pero vamos a salir adelantes.
Le sonrei para luego atrapar mis labios con los de él.

CONTINUARA...

Capitulo ciento treinta y dos

CARINA
Me senti diferente, no temí. Esa voz ya la había escuchado antes, la recordaba... Ahora sabía quien era la pequeña que había ido a visitarme al hospital, una lágrima cayó por mi mejilla, Sebastian seguía en frente mío, sin hacer ni decir nada, el lugar estaba tenso y en shock. Tenía que tener coraje, era lo que tanto quise hasta hoy ¿no? ¡Vamos Carina!.
De a poco fui girando hasta quedar en frente de la puerta. Ahí estaba una mujer morocha, pelo castaño hasta los hombros y totalmente desconcentrada ¡Sol! No había cambiado nada, mi vista bajo y ahí estaba mi pequeña, llore, mis piernas temblaron, era ella. Quería abrazarla y pedirle perdón.

Carina: Fran -sonrei-
Francesca: ¡¡¡Mama!!! -corri hasta los brazos de mi mama, la extrañaba horrores-

Cuando mi cuerpo se encontró con el de mi hija de inmediato se recordaron, se sintieron, sin soltarla bese su mejilla, la olí para intentar recordar su aroma, era tan pequeña que temía romperla.
De pronto sentí un mareó, por mi cabeza pasaba un camión sin dejar de hacer ruido, ¡aturde! ¡Duele!. Me separe de mi hija y me arrodille en el piso, tapando mi rostro -aah- me queje, dolía... Dolía mucho.

Sebastian: Sol lleva a Fran
Francesca: papito, papi ¿que le pasa a mama? -presente angustiada-
Sebastian: no pasa nada amor, anda con Sol un momento.

SEBASTIAN
Cuando Fran junto a su tía salieron de la habitación, alce a Carina y la lleve hasta mi cama.

Sebastian: ¿estas mejor?

Ella no me respondió, seguía con sus ojos cerrados, presionando su cabeza con sus manos y gimiendo de dolor. ¡mierda! No me había recibido de médico, ¿que se supone que se debe hacer? Por instinto busque un trapo lo moje y lo apoye sobre su frente, empezó a calmarse, tal vez necesitaba frío. Por sus ojos empezaron a caer lágrimas sin césar, me asuste ¿que sentía? ¿Cuanto le dolía? Tantas preguntas y preocupaciónes y ella... Ella no decía nada.
Sus gestos fueron aflojando, su ceño ya no estaba marcado y no mostraba dolor, estaba volviendo. Mire sus labios estaban entreabiertos sólo quería besarlos pero sabía que no era el momento, bese su mejilla y ahí me di cuenta el porque vale esta historia, por que estoy con ella... Por que cada vez que estoy con Carina hace que todo tenga sentido, me siento fuerte.
Cuando tomé una distancia entre nosotros ella abrió los ojos de a poco.

Carina: Es una nena

Susurro, siento el corazón parar, ¿la a recordado? ¿Ah recordado a Francesca? Es inevitable que mis lágrimas sigan ocultas, las dejó salir. Senti una gran emoción pero a la vez quería estar calmo, no quería ilusionarme con algo que, no era seguro. Tal vez, sólo fue un reflejo de su pérdida de memoria.
No puedo evitar mirarla, se veía tranquila, posesiva, como si nada lo atormentaba.
Carina hunde su mirada en la mía. Están siendo los minutos más intensos en mi vida, pero su sonrisa aparece y mi cuerpo tiembla, se sienta con cuidado y toca mi mejilla limpiando una lágrima, su sonrisa esta intacta y eso me da fuerzas.

Carina: Hola amor... -susurré-

La vida entra a mi cuerpo, mis ojos dan con los suyos y lo se, recuerda... Carina volvió a recordar todo.

Carina: no me dejaron... No se fueron...

Trató de decir algo pero no puedo, me siento un mariquitas, las lágrimas saltan de mis ojos, me siento débil, cansado pero feliz.
Carina volvió y siento que es lo único que importa en este momento, sólo ella, su felicidad y mi hija.
Ella seca mis lágrimas y logró calmarme, sonrió, esta  conmigo.

Carina:  recordé.
Sebastian: yo lo sabía. -susurré-
Carina: perdón.
Sebastian: ¡no! Perdoname vos a mí -carina empieza a llorar ¡no! Seco sus lágrimas de inmediato- no llores, estamos juntos de nuevo... Ya no hay pesadillas, estas conmigo no va a pasar nada. No llores ya.

CARINA
Su rostro baja y hace lo que tanto eh deseado desde que llegue a esta casa, besa mis labios y siento que todo vuelve a su orden, que lo negro vuelve a brillar.
Sus labios dejan los míos suavemente pero su mirada sigue intacta, tan penetrante como él.

Sebastian: te amo.
Carina: también te amo.
Sebastian: ¿lista?
Carina: -lo mire confundida-

SEBASTIAN
Levante a Carina de nuestra cama para ponernos de pie y así ir a ver a nuestra pequeña.

Sebastian: ¿vamos a afrontar la situación?
Carina: no vamos a afrontar ninguna situación esta vez, sólo vamos a ir a malcriar a nuestra hija hasta nuestro último día.
Sebastian: la pesadilla término.
Carina: término.

CONTINUARA...

domingo, 16 de agosto de 2015

Capitulo ciento treinta y uno

CARINA

Gabriel: ¡Carina! -grite al verla llorando sobre el sillón-
Carina: dejame -dije en un susurro-
Gabriel: ¡mierda Carina! Deja que te ayudemos de una vez.
Carina: se van a ir -susurré con el poco aire que tenía-
Gabriel: no va a pasar eso.
Carina: ¡si! -grite- se van a ir... Lejos. Me lo dijo, se la va a llevar.
Gabriel: tranquila.
Carina: ¿por que? ¡Por qué, no la recuerdo!
Gabriel: tenes que darle tiempo.
Carina: ya no hay tiempo Gabriel, mi tiempo se acabó.

Me levante de golpe, no lo iba a permitir, no podía permitirme perderlos, a ninguno de los dos. Tome mi campera ya que hacia frío.

Gabriel: ¿donde vas a ir?
Carina: a recuperar mi familia, tengo que afrontar la situación, antes... Antes que sea demasiado tarde -seque mis lágrimas-
Gabriel: voy con vos.
Carina: ¡no! Es algo que tengo que hacerlo sola, por favor.

Gabriel sólo asintió y yo me pedí por la puerta trasera, sabía donde quedaba la casa de Sebastian, tome un taxi y me dirigí hasta allí.
No sabía si era correcto lo que iba a hacer pero, ¡mierda, soy impulsiva! Pero a la vez inconsciente, si me hija esta ahí yo... ¿Que hago?.

SEBASTIAN

Sol: tenes que estar calmo, deberías pensarlo Sebastian, sabes que nosotros te seguimos a donde quieras pero... Pensalo.
Sebastian: no puedo, no puedo irme... La amo demasiado y se que la lastime, no quise hacerlo. Ya ni yo me entiendo, siento que estoy en un pozo sin salida, yo... No puedo alejarme de ella Sol.
Sol: ¡lo sabía! -sonrei- ¿entonces?
Sebastian: tal vez sea un error, tal vez me arrepienta.
Sol: o sólo, tal vez estas escuchando a tu corazón y pronto volverá a ser todo como antes
Sebastian: tal vez Sol, sólo tal vez.
Sol: ¡ah desempacar se ah dicho! -festeje-
Francesca: -entre a la habitación de papá con mi muñeca- madrina -la llame-
Sol: princesa ¿que pasa?
Francesca: quiero chocolate -dije caprichosa-
Sebastian: hace mal tanto chocolate amor, ayer ya comiste tu kinder.
Francesca: ¡por favor! -pedí con mi carita angelical-
Sebastian: -con Sol reimos, mi hija podía comprarme sólo con un mínimo gesto- esta bien, uno pequeño. -escuche festejar-
Sol: vamos a comprar con Fran, enseguida volvemos -bese la mejilla de mi hermano para luego dejar que Fran abrace a Sebastian-

Me levante de la cama y me dirigí al baño, ¿estaba bien lo que iba a hacer?

CARINA

Llegué, pague al chofer y camine hasta la puerta, lo pensé dos veces esta vez pero sólo mis nudillos tocaron la puerta. Espere y no había respuestas ¿ya se habían ido? Temí, toque la puerta una vez más, fuerte. Se abrió y me dejó ver a una mujer, ella me sonrio ¡claro que la reconocía!

Carina: ¡Erika!

La mujer se largo a llorar ¿que? Sólo atinó a abrazarme, se lo respondí.

Erika: Carina, -dije feliz- sabía que iba a volver.
Carina: es... ¿Es demasiado tarde?
Erika: -sonrei- no -pude ver la felicidad de Carina en sus ojos- pasa -le dije sin fin- Sebastian esta arriba ¿quiere que la acompañe?
Carina: no, gracias. Recuerdo el lugar -susurré-

Camine lento, muy lento... Estaba en frente del living, sonrei al recordar, en frente mío había un porta retrato ¡era una bebé! Francesca.
Camine a él, tenía que verlo, no me di cuenta y tropecé con algo en el piso, baje la vista y era una barbie, la alce para poder verla, seguí cominando hasta el porta retrato, deje la muñeca sobre la mesa para tomar la foto. Sonreí, era tan pequeña, tal vez en esta imagen tenía tan sólo meses, el vidrio se mojo con una de mis lágrimas, la limpie de inmediato, no despegue la vista de esa imagen, una puntada en mi cabeza hizo marearme, deje el porta retrató sobre la cómoda, con una mano presione mi cabeza y con la otra sobre la mesa apoye mi cuerpo para no caer, dolía... Era fuerte, muy fuerte. Presione mis ojos para tratar de calmar el dolor y un recuerdo paso por mi, ¡era ella! Mi chiquita...

FLASH BACK

Carina: dale Fran, MA...MA
Sebastian: PA...PA
Carina: va a decir mama -mire a Sebastian canchera-
Sebastian: PA...PA -Mire a mi hija- Decí PA...PA -sonrei-
Erika: la comida esta lista -dijo Erika-
Sebastian: vamos a comer, ¿vamos Fran? -ella extendió los brazos para mi- eso princesa.
Carina: ¿esta el babero ahí?
Sebastian: ¡si! Acá en su silla.

Sebastian sentó a Fran y yo le coloque su babero, Erika me paso su puré de zapallo.

Carina: grande grande esa boca -le dije a Fran para darle de comer-
Francesa: Ma..mama.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y abrace a Fran para luego llenarla de besos, mi felicidad era inexplicable.

Carina: ¡dijo mamá!

FIN FLASH BACK

Mi hija, era ella, tan pequeña. El dolor seso ¡la recordé de pequeña, era ella! Camine hasta la escalera, ahora menos que menos se podía ir, no podía permitirlo.
Fui hasta la habitación de Sebastian y el estaba ahí de espaldas, sobre la cama habían una valija.

Carina: no se vallan por favor -susurré-
Sebastian: -gire- ¿Carina?
Carina: -camine hasta el- no se vallan, no me dejen... No me alejes de Francesca por favor Sebastian.

Sol: ¡con cuidado! - le dije a Fran para luego seguirla-
Francesca: papi, papito ¡volvimos! Te traje uno para vos. -corri hasta su habitación-

SEBASTIAN
Oi a mi hija gritar, ¿y ahora? Cuando quise reaccionar ella ya estaba en frente mío, detrás de Carina, parada en la puerta viendo a la mujer que tenía a mi frente... A su mamá.
Carina me miró pérdida, aturdida, pues ninguno de los dos nos lo esperábamos, por detrás apareció Sol la cual abrió sus ojos par en par y tapo su boca, ahora si debíamos afrontar la situación.

Francesca: ¿mami? ¡Mama!

CONTINUARA...

sábado, 15 de agosto de 2015

Capítulo ciento treinta

CARINA
Me habían dado el alta unos días después, todo seguía igual, no había cambios, los dolores de cabeza cesaron, pero el olvido de mi hija seguía tan intacto como imposible. Sebastian me acompaño cada segundo, confiaba en mi y que pronto iba a recordar a Francesca, pero al pasar los días senti traicionarlo, no podía recordarla.
Él se puso de acuerdo con mi padre y por eso estoy acá, en mi habitación, viviendo junto con mi padre y Bety, Sebastian viene de vez es cuando, se que es difícil el repartiese, su trabajo, sus actividades, Fran y luego esta la carga... Yo.
Hace unos dos días atrás me entere de la muerte de Pablo, todo me había dejado un vacío horrible, el era mí mejor amigo, mi confidente y yo sólo quería recordarlo así, no como la bestia que me arruinó la vida haciendo olvidar a mi hija, no así.

Soy como una niña que estaba aprendiendo a caminar nuevamente, el accidente y la operación dejaron algunas secuelas en mi cuerpo como en mi cabeza, tenía que hacer rehabilitación por un mes, segundo Miguel, mi médico. Pero todo dependería de mis avances.
Anabel viene a visitarme cuando puede, dice que vio poco a Sebastian, y que me extraña.
Sofia y Gabriel se hacen siempre presentes acá, en casa. Me mantienen al tanto de todo e intentan ayudar a recordar las cosas que se me olvidaron.
Papá, dice que tengo pesadillas por las noches, que grito y al final término llorando... Dice que me abraza por las noches me susurra cosas lindas y así me calmó.
Estaba en el living escuchando un poco de música, la puerta sonó y fui por ella, ya que Bety estaba de compras y papá en reuniones.

Carina: ¿quien?
Sebastian: soy yo... Sebastian -susurro-
Carina: ¡Hola! -dije con una inmensa sonrisa-
Sebastian: ¿puedo pasar?
Carina: claro -él estaba raro, frío, distante-

SEBASTIAN
El clima en casa de los Zampini era cálido, contenedor pero todo eso resbalaba en mi presencia, estaba decidido a decile a Carina lo que pensé en estos días, creó no poder soportarlo más. Había música sonando.

Carina: ¿estas bien?
Sebastian: Carina -tome el poco coraje que me quedaba- necesitamos hablar.
Carina: ¿paso algo?
Sebastian: me voy.
Carina: ¿como? -¿de que hablaba? No comprendía que estaba pasando ¿a donde se iba?-
Sebastian: me vuelvo a Europa. Con mi familia y con Fran.
Carina: ¿como? -pregunte aturdida- no podes hacer esto, no me podes hacer esto Sebastian. -dije con lágrimas en mis ojos-
Sebastian: ¿que no puedo? Y vos ¿sos consciente de como me siento, como estuve remando toda esta situación sin respuestas?
Carina: no podes alejarme de mi hija...
Sebastian: ¿que hija? Ni siquiera la recuerdas.
Carina: -eso me dolió, y más aún saliendo de la boca de Sebastian- no es mi culpa -grite- no puedes hacerme esto ¡por favor! Sólo necesito tiempo, confiaste en mí, dijiste que podría recordarla, sólo tenía que tener fe. Y si estoy acá es sólo por nuestra hija y por vos.
Sebastian: perdón pero... Ya no puedo sostener esto.

No quería llorar delante de Carina y tampoco quería verla llorar, esta situación era más fuerte que yo y... Ya no podía.

Sebastian: estarás bien... Estaremos bien.

Fue lo último que dije para desaparece por la puerta delantera, no podía seguir con esto, tal vez el destino lo quiso así, tal vez esta situación ya no merecía seguir y había que buscar un camino de salida, podía encargarme de mi hija, mi familia iría a ayudarme.
Tal vez la distancia mejores las cosas, tal vez decir adiós era lo mejor.

CARINA
No podía entender lo que acaba de pasar, estaba en frío, no reaccionada ¿a caso se iba a llevar a mi hija sin dejar ni siquiera conocerla o recordarla? Todo esto me tiene desconsentrada, él no era Sebastian, no era el Sebastian que me enamoró y prometió cuidarme siempre.
Estaba sobre el sillón del living en posición bolita, tapando mi rostro con mis rodillas, no podía permitir que se llevase a mi hija, pero... Tal vez era lo mejor, para Sebastian, para ella, para mí...
La música invadió el ambiente, solo se escuchaba ella acompañada de mis sollozos y la tortura de mis pensamientos.

SEBASTIAN
Llegue a mi casa no había nadie, por suerte. No quería que me vieran en este estado, estaba perdido, ya nada tenía sentido ya le había comentado a Carina mi decisión, ojala sea lo mejor.
Subi a mi habitación pero el largo pasillo me llevó hasta esa puerta, la abrí ¡no se por qué! Todo seguía igual, ahí esta el gran piano, csmine a el y lo acaricie ni se en que momento paso esto pero ya estaban mis manos jugando con sus hermosas y frías teclas.

What do i do - Jisun 🎶

Me preguntas cómo fue mi dia, si diariamente es igual 
digo que estoy bien, pero tu realmente no sabes cómo me siento 
¿Crees que estoy bien sin ti? 
¿Tu estás bien sin mí? 
El mundo sin ti es tan dificil, que me culpo a mi misma por seguir respirando 
¿Qué debo hacer?, Incluso ahora, 
Vivo cada día dolorosamente a causa de tus palabras 
Dime si estoy haciendo algo malo 
¿Estás viviendo cada día con dolor como yo? 
¿Es demasiado tarde para nosotros? ¿No tenemos alguna oportunidad? 
Todavía pienso en ti y tu tenias que saberlo 
¿Al final esto es todo? 
¿Vamos a terminar así? 
¿Está bien para ti? 
No creo que pueda hacerlo. 
El amor que encuentre contigo, no lo encontrare en otro lado, incluso si yo muero 
¿Qué debo hacer? Si no hay nadie más que puede sostener mi corazón 
Por favor, abrázame. 
Y sabes que a pesar de que todo el mundo entero trate, nadie podra borrar tus recuerdos. 
Así que por favor abrazame 
¿Qué debo hacer? Incluso ahora, vivo cada día dolorosamente a causa de tus palabras 
Dime si estoy haciendo algo malo 
¿Estás viviendo cada día con dolor como yo? 
¿Es demasiado tarde? ¿No tenemos una oportunidad? 
Pero yo, sigo pensando en ti, y tu tenias que saberlo.

No puedo soportarlo, bajo la tapa del piano y desaparecí de esa habitación, camine hasta mi dormitorio pero la misma me invadió de recuerdos, son con ella con Carina, con mi amor.
Siento que el aire me falta, necesito salir pero no puedo, caigo de rodillas al piso y lloró, dejo liberar esta angustia que me consume poco a poco, dejó ahogarme por mis propios recuerdos, dejó mis lágrimas caer con permiso y con deseó que esta tormenta termine pronto, muy pronto.

CONTINUARA...

jueves, 13 de agosto de 2015

Capítulo ciento veintinueve

CARINA
Estaba sola en esta habitación bañada de blanco, mi padre y hermano habían pasado la tarde conmigo, Sofia también vino un momento a verme, hoy fue un día bastante duro, mi hija y Benjamín... Si, mi sobrino y ahijado ¿loco no? No recordar a  dos personitas que seguramente antes de que pasará lo que paso hayan hecho feliz mis días.
La puerta se abrió, eso me sacó de mis pensamientos, ahí estaba él... Sebastian, senti miedo pero a la vez ganas de abrazarlo y pedirle que no se aleje nunca de mi lado, me miró detenidamente y entró con calma, se acercó quedando frente de mí.

Carina: pensé que no ibas a venir -susurré-
Sebastian: perdón, se que no mereces mi comportamiento pero...
Carina: entiendo, yo me siento igual. -el silenció invadió el lugar- ¿como está?
Sebastian: -la mire sin entender, bueno eso insinúe, sabía que se refería a nuestra hija pero quería que ella lo diga-
Carina: Francesca... Nuestra hija -susurré-
Sebastian: -sonrei- te manda muchos besos, ah -dije recordando su dibujo- casi lo olvido, me pidió que te entregue esto.

Un dibujo más, lo abrí en este sólo estábamos nosotras dos de la mano, debo reconocer que mi hija con tan sólo 5 años era demasiado prolija, sonrei al imaginarmela dibujando, ¿como era? ¿A quien se parecía? Tantas dudas y pocas respuestas.

Carina: ¡es hermoso!
Sebastian: sin duda -sonrei-

Su teléfono sonó, el atendió de inmediato, cuando dijo "princesa" mi corazón se detuvo por completo, estaba pasmada, alucinada, ver los ojos de Sebastian sobre mi, era inolvidable era una mezcla de amor y a la ve de dolor, un gran dolor que no podria ser disimulado, estaba hablando con nuestra pequeña hija, "si amor, se lo deje a mamá, seguro le va a encantar" ¡oh por dios! Senti mi corazón romperse en mil pedazos, ¿por que no puedo recordarla? ¿Por que justo a ella? Mis sentidos ya no estaban conmigo, empezaron a divagar por toda la habitación, ni siquiera podía tomar la presencia de Sebastian, poco a poco un líquido en mis ojos se fue acumulado para luego empezar a derramarse en grande cantidades, tape mi rostro con mis manos, volví a enfocar mi vista a Sebastian el cual posaba sus ojos en los míos sin dejar de hablar con Fran, una sonrisa destrozada, hipócrita y llena de tristeza se pudo notar en mi rostro, el corto la comunicación y camino hacia mí, tomó mis manos y la apretó, con sus ojos rojos me miró apenado, sorbo su nariz y suspiro tan profundo que pudo.

Carina: quiero recordarla. -susurré-
Sebastian: lo harás, se que lo harás.
Carina: quiero verla, por favor.
Sebastian: amor -susurré- no es el momento, ella es muy pequeña y... No están preparadas, ninguna de las dos.
Carina: yo -dije en un susurro- siento un vacío horrible acá -señales mi pecho- siento que... Ya no puedo.
Sebastian: tranquila, todo va a estar bien, hay que confiar ¿si?
Carina: abrazarme por favor -susurré para luego recibir ese calor que tanto necesitaba, el consuelo de él, de Sebastian de mi SEBASTIAN-
Sebastian: todo va a estar bien -susurré una vez más besando su frente-

Sebastian no se había alejado ni un segundo de mí, lo necesitaba, sabía que estaba conmigo, pero a la vez lo sentía tan distante, podía notar un rechazo por su parte o solo son cosas mías pero ¡tan difícil iba a ser sostener esta situación!

Carina: ¿como es?
Sebastian: hermosa -sonrei al imaginar a mi hija en mi cabeza- tan hermosa como vos. Es más, son muy parecidas.
Carina: -sonrei- mi vida.

La puerta se abrió, entró la enfermera.

Eugenia: disculpen, pero el horario de visitas término.
Sebastian: bien, enseguida voy. 

Eugenia salió de la habitación dejandome nuevamente a solas con Sebastian.

Sebastian: bueno, mañana estaré de nuevo acá. -sonrei y agarre mí campera-
Carina: -asentí- esta bien, hasta mañana -susurré-
Sebastian: hasta mañana -salude con la mano para luego caminar hasta la puerta-
Carina: sebastian -llamé-
Sebastian: -gire al escuchar su voz- ¿si?
Carina: besos para Francesca...para Nuestra hija -dije en un susurro, casi al borde del llanto-

SEBASTIAN
"nuestra hija" senti mi pecho inflarse, las piernas me temblaron y la emoción se hizo presente, camine hasta ella y no dude un segundo en unir nuestro labios, la extrañaba, la extrañé, la amaba y juró amarla toda la vida, confiaba en Carina sabía que iba a recordarla pronto, muy pronto, y nuestra familia iba a volver a ser tan feliz como antes.
Nuestras lenguas bailaron al compás, se unieron y se reencontraron como sólo ellas sabían hacerlo, nos amábamos y de eso no había duda, nuestro amor seguía intacto y juntos íbamos a acabar con esta pesadilla, por nuestra hija y la felicidad de la misma.

Sebastian: te amo -susurré-
Carina: también te amo.

Bese por último los labios de Carina para luego irme de la habitación, estaba feliz, pronto todo iba a volver a ser como antes, muy pronto.

CONTINUARA...

Capitulo ciento veintiocho

CARINA
Me desperté al sentir la presencia de alguien en la habitación.

Ronald: ¡Hija!
Carina: papa -dije en un susurro-
Ronald: oh mi chiquita -la abrase de inmediato- todo va a estar bien.
Carina: no la recuerdo, no se quien es, no la conozco ¿por qué?
Ronald: tranquila, necesitas tiempo.
Carina: ¿tiempo? ¿Tiempo para recordar a la persona que lleve 9 meses en mi vientre? Es insólito.
Ronald: lo entiendo, te entiendo... Pero, no podemos hacer nada.
Carina: no quiero -dije secando mis lágrimas, gire mi cabeza a un costado y ahí había un ramo de flores, no había percatado su presencia - ¿y eso?
Ronald: lo trajo Sebastian, hace unos días.
Carina: Sebastian -susurre- ¿me odia?
Ronald: ¡como se te ocurre!
Carina: ¿me lo alcanzas?
Ronald: claro. -tome el ramo y se lo entregue a mi hija-
Carina: puedes... -mire a mi padre-
Ronald: claro. Estaré afuera, te amo.
Carina: y yo a ti.

Mire detenidamente el ramo, era hermoso, aún no se habían marchitado las rosas, las olí y su aroma inundó mis fosas nasales. Había una pequeña carta, me llamó la atención, no estaba abriera pero decía "mamá" no, ¡por que! La abrí de inmediato, una hoja doblada dentro del sobre no dude un segundo en sacarlo y abrirlo, la piel se erizó, era un hermoso dibujo lo había hecho mi hija ¿francesca? Así la había llamado Sebastian, en el mismo había una hermosa familia, "mamá" "papá" "Fran". Una fuerte ola de calor invadió mi cuerpo, aquella agua salada que bajaba por mis ojos invadió mis mejillas, tape mi boca con mi manó dando un pequeño grito ahogado, mis ojos miraban aquel hermoso dibujo, lleno de amor y dedicación, a un costado resaltaba un:

" mami te amamos mucho, curate rápido que con papá te estamos esperando "

¿Como se hace? ¿Como hago para seguir viviendo esta injusticia? Que a la vez no tan sólo era mía, si no, de Sebastian y sobre todo de mi pequeña hija, necesito verla y tal vez así pueda reconocerla.
Mire una vez más aquel hermoso dibujo y lo apoye en mi corazón, mire a mi alrededor y lo vacío que se encontraba la habitación no se comparaba con el gran vacío que sentía en mis adentro, esta mujer no era yo, no me reconocía, la angustia se estaba apoderando nuevamente de mi, podría soportar y perdonar cualquier cosa pero nunca podría soportar el olvidar a mi hija, nunca.

SEBASTIAN
Ya nada era igual, sentía que nada tenía sentido, estaba sufriendo... Por mi hija, por mi pequeña, tantas fuerzas y esperanzas para que su madre despierte y de repente es un olvido completo, el corazón me duele, siento que podría caminar la vida pero este dolor no cesa, llegue a la casa de mis padres, abrí la puerta... Tendría que demostrar que todo estaba bien, que estaba contento y no podía debilitarme, no delante de mi pequeña.

Francesca: ¡papi! ¡Llego papá! -grite al escuchar el ruido de la puerta, corri a la entrada y ahí estaba él, mi super héroe-
Sebastian: ¡princesa! -abrí mis brazos para fundirme en un abrazo fuerte y lleno de amor verdadero- pequeña -susurré- te amo.
Francesca: yo también, te extrañé mucho mucho ¿viste a mama? -pregunte curiosa-
Sebastian: - ¡no! MIERDA, fue mayor de lo que pensaba, la angustia ganó esta batalla logrado que mis lágrimas saltaran sin permiso-
Francesca: eu -dije asustada al ver a papa llorando- no llores -seque sus lágrimas- ella va a ponerse bien ¿sabes? Yo hable con jesús y rece mucho.
Sebastian: oh mi princesa -la abrace tan fuerte que pude pero sin hacerle daño- ¡claro que se va a poner bien!
Francesca: mira -tome su mano y lo lleve hasta el living- le hice un dibujito, ¿cuando vamos a ir a verla así se lo doy?
Sebastian: no creó que podamos ir en estos días, pero si querés se lo dejó yo ¿si?
Francesca: ¡si! -dije contenta- ¡bubu! -grite llamando a mi abuela- llegó papá.

Pasamos la tarde jugando con mi hija, ella era tan inofensiva, no merecía vivir esto... Le comente a mis padres lo que estaba ocurriendo, se alegraron al saber que Carina había despertado pero a la vez "no era ella", compartieron mi opinión, claro... No podíamos darle semejante noticia a Fran, era muy pequeña.
Cerca de las 19:30hs decidí ir a ver a Carina al hospital, me sentía más tranquilo y de alguna manera tenía que afrontar la situación junto a ella, pues sigue siendo el amor de mi vida ¿no?

CONTINUARA...

Capítulo ciento veintisiete

SEBASTIAN
Mis ojos se abrieron de par en par y mi corazón se rompió a pedazos ¡como podía sea que no recuerde a su hija, nuestra hija!
Y de un momento a otro te das cuenta que las cosas pueden cambiar en un sólo segundo, en una sola palabra, que en tu interior existen sólo dos estaciones... del veranos pasas al invierno, de la felicidad al ver a Carina con nosotros, de la sonrisa y emoción a un dolor infinito. Que la vida puede ser un ayer, un hoy o un mañana o simplemente no existir... No existir para el amor de tu vida.
Estaba perdido Carina me miraba confundida, yo no podía decir nada, sus palabra me habían desconcentrado por completo, note el movimiento en la habitación, médicos adentros revisando a Carina, estaba perdido mirando un punto, la oscuridad  y el dolor hacían lugar para entrar en mi vida, ¡Carina había perdido la memoria! Sabía que esto podía ocurrir, Miguel me lo había hecho saber, pero trate de no darle importancia, no podía ser que Carina no recuerde a nuestra hija ¿ahora? ¡Como se afronta esta situación! ¿Que le diré a mi hija? - mamá no te recuerda - esto debería ser una maldita broma. Pero no, sabía que no era así.

Miguel: ¡Sebastian!

Me llamó Miguel con un pequeño grito, eso hizo volver a la realidad, lo mire ¡estaba destruido, me sentía destruido!

Miguel: necesito revisar a Carina ¿nos dejas?
Sebastian: -mire a Carina, la amaba pero me había llenado de dolor, sabía que no era su culpa pero... ¡MIERDA! creó que mejor sería irme a despejar un rato- yo... Yo me voy a ir un momento.

CARINA
Mire a Sebastian irse, ¿que era todo esto? El había mencionado que teníamos una hija pero... Eso era insólito como se ocurre tener una hija y no recordarla. Esto era una broma de mal gusto, estaba mareada y el dolor en mi cabeza era aún más fuerte ¿donde estaba? ¡Que era todo esto! Médicos y enfermeras a mi alrededor, siento que paso la vida a mi lado y no me enteré.

Miguel: Hola
Carina: Mi cabeza -me queje- duele.
Miguel: tranquila, ahora vamos a inyectarte para que ese dolor calme. ¿Te sientes mareada verdad?
Carina: si -susurré- no entiendo que esta pasando.
Miguel: bien, ahora te voy a hacer unas preguntas ¿si? -ella me asintió- ¿cual es tu nombre?
Carina: Carina Zampini
Miguel: ¿recuerdas que paso?
Carina: no, no se que estoy haciendo acá. No entiendo que me pasa -dije con lágrimas en los ojos- ¿tengo una hija? ¡Como puede ser posible que tenga una hija y no la recuerde! ¿Quien es? ¿Donde estoy? ¿Que me paso? ¿Hace cuanto que estoy acá? ¡Por favor, no entiendo nada!
Miguel: tranquila Carina, ¡necesito que estes calma! Debes descansar cuando estes mejor hablaremos ¿si?
Carina: no, no quiero... -dije en un susurro- una hija... Mi hija... Con Sebastian... No... -termine de decir con dificultad ya que la inyección empezó a hacer efecto, lo negro volvió a invadir mi vista, para perderme en mis sueños-

SEBASTIAN
Estaba en las afueras del hospital sentado en el cordón, no era de hacer esto, es más odiaba a la gente que tenían este vicio, pero lo senti necesario, así estaba...con un Cigarrillo en la mano mirando los autos pasar, la escena que había vivido hace unos minutos me tenía atontado, las lágrimas salieron de mis ojos sin permiso alguno, no me había percatado que los ojos se me había aguado, las seque de inmediato, me pare y camine... La irá me ganó, el odio del momento se me hizo tan presente como pudo, frente mío había un tachó de basura lo pateé, no era su culpa pero necesitaba descargar mi ira en algo, grite, y volví a golpear el tachó, una mano me detuvo me gire y era Miguel, me dio un abrazo consolador, se lo agradecí de alguna forma.

Miguel: Sebastian, vengó a contarte lo de Carina, te estuve buscando y... Por fin te encontré.

No quería escuchar, no me sentía preparado, no quería saber lo que ya sabía.

Miguel: paso lo que temíamos, paso lo que no debería haber pasado. Carina perdió la memoria... Pero tranquilo, es temporal.
Sebastian: ¿a que se refiere con temporal?
Miguel: No recuerda lo que paso los últimos años...
Sebastian: y ¿puede recordarlo?
Miguel: es lo más seguro, ella esta en shock, asustada, no comprende algunas cosas como, -tome aire- la hermosa hija que tienen juntos.
Sebastian: -no, no voy a llorar... Vamos Sebastian deja de ser tan marica- ¿va a volver a recordarla, verdad? ¿Va a recordar a nuestra hija? ¿cuando?
Miguel: no lo sabemos, tal vez sea pronto... Hay que esperar -no escuche respuestas de él, lo sentía desorientado- ¿Sebastian?
Sebastian: estoy bien -susurré e intente hacer una pequeña sonrisa, ni yo la había creído- ¿ella esta sola?
Miguel: si, le dimos una medicación para calmar el dolor y pudiera dormir. -el asintió- bien, te dejaré... creó que tienes que asimilar todo esto, te avisaré cualquier cosa.
Sebastian: por favor.

CONTINUARA...

martes, 11 de agosto de 2015

Capitulo ciento veintiséis

CARINA

-¡Mi cabeza!- me quejé, fue inútil nadie me escucha, duele mi cabeza duele como si estuvieran martillando sin descanso, la luz me molesta, quiero despertar, pero no puedo. Vuelvo a cerrar los ojos, todo está negro, quiero salir de acá, quiero saber que esta pasando, no entiendo nada... nada.
Me siento prisionera de mi misma,y no tengo otra salida. Siento la puerta abrirse.

Sebastian: Buen día amor, ¿como dormiste? Acá te traje un ramo de flores y un dibujito que hizo Fran.

¿Sebastian? El esta acá conmigo... Nunca me dejó, lo siento, lo amó.

Sebastian: perdón, si yo hubiese estado con vos nada de esto hubiera pasado, pero él esta cumpliendo su condena.

¿Perdon? ¿Culpa? ¿El? ¿Condena?

¿Que es lo que esta pasando? ¡Que esta hablando Sebastian!. ¡Ah, mi cabeza! -volví a quejarme, era demasiado inútil, nadie escuchaba.

Eugenia: buen día -sonrei- ¿como estan?
Sebastian: ¡Euge! Muy bien ¿vos?
Eugenia: bien -sonrei- parece que hoy Carina esta con suerte, allí afuera tiene una pequeña sorpresa. -dije inyectándole-

Sebastian: ¿vino con Sol?
Eugenia: no, con tu madre. Fueron por un café ya deben estar por... -antes de terminar la conversacion la puerta se abrió-
Francesca: -corri a abrazar a mi papa, el me hizo "upa" y pude ver a mi mamá, estaba linda, bese su mejilla con la ayuda de papá- esta muy bonita ¿verdad? -dije casi en un susurro, ya que papa me había dicho que no podía hablar fuerte-
Sebastian: ¿viste que si?
Francesca: ¿cuando va a despertar?

Podía escuchar todo lo que pasaba a mi alrededor, entró alguien, su voz era tan dulce que me llenaba el alma, pude sentir su beso sobre mi mejilla, estoy segura que eso me dio las fuerzas que necesitaba era ella, pequeña... senti que la metformina empezó a hacer su trabajo, para hundirme en un profundo sueño.
No se cuento tiempo abra pasado pero los continuos murmullos retumbaba en mi oído - silencio por favor - intentaba decir, claro... Una vez más falle.

Miguel: es normal Sebastian, lo importante es que ella esta fuera de peligro.
Sebastian: si, pero ya han pasado aproximadamente dos semanas.
Miguel: esta bien. Para que te sientas más tranquilo voy a volver a revisarla. -cumplí mi palabra- hay un gran avance -le dije a Sebastian- no puedo decirte exacto el día que despierte pero ella, ¡es fuerte! Lo demuestra cada día.
Sebastian: gracias -susurré- es mi guerrera -toque su mano-
Miguel: permiso -dije al retirarme-
Sebastian: ¿escuchaste amor? -susurré- pronto vas a despertar.

Abrí los ojos de golpe, de a poco las imágenes se me hacían nítidas, podía ver a Sebastian ¡esta en shock! Le sonrei, pero a la vez hice un gesto de dolor ¿a caso nadie puede darme una simple pastilla para mi cabeza?

Sebastian: Carina -dije con lágrimas en los ojos- ¡amor! ¡Desperaste!
Carina: ¡mi cabeza Sebastian, me duelo! -me queje-
Sebastian: sh, no hables. ¡Voy a hablar con el médico y a contarle a tu familia!
Carina: ¿que paso?
Sebastian: estas en un hospital -dije confundido- ¡Fran! Fran va a estar muy feliz al verte. - cambie de tema de inmediato, ¡mi hija!-
Carina: ¿,quien? -dije confundida-
Sebastian: Fran... Francesca nuestra hija.
Carina: ¿que hija? ¡Yo no tengo ninguna hija!

CONTINUARA...

lunes, 10 de agosto de 2015

Capítulo ciento veinticinco

Miguel: bien Sebastian. Hoy la operáremos a las 15:00hs.
Sebastian: ¿cuanto puede durar la operación?
Miguel: dos horas. Sabes que no es algo sencillo, vamos a tocar una parte delicada.
Sebastian: ¿no le pasará nada verdad? -dije con miedo-
Miguel: haremos hasta lo imposible para que todo salga bien, no te puedo brindar una respuesta segura.
Sebastian: esta bien.

No me quedaba otra opción, era sólo esta, su única salvación. Salí del consultorio y me dedique a comunicar tanto a su familia como a la mía su operación, mi hija sólo imaginaba que su madre estaba de viaje, eso de algún lugar llegaba a darle calma... Esta pesadilla debería terminar de inmediato, cuanto antes.
Todo paso más rápido de lo que imagine hasta el momento de la operación, pude ver a Carina antes que entre al quirófano, sólo le pedí que fuera fuerte y que acá la estábamos esperando con alegría y amor.
Dos horas, esas dos malditas horas fueron las más eternas que eh vivido, debo haber tomado unos 5 cafe's, estaba acompañado por Ronald, Gabriel, Sofia, mi padre y Anabel. Mi madre y Sol estaba con mi hija y Benjamín, ellas se habían ofrecido a  cuidarlos, no se imaginan cuanto se lo imagine.
La puerta doble se abrió y de ella salió Miguel ¡wou! lo había pensado tanto, digo él hablar con Miguel ese momento de su salida que en este momento me sentía estancado como una piedra sin poder reaccionar, Gabriel me empujó para hablar ¡se lo agradecí!

Sebastian: ¿como está?
Miguel: la operación a salido bien, Carina esta fuera de peligro, se nos complicó en un momento pero es una mujer muy fuerte ¡admirable!
Sebastian: ¿en que momento va a despertar?
Miguel: eso no te lo puedo responder Sebastian, tal vez hoy, mañana o en días. Esto es parte de la misma operación.
Sebastian: pero ella ya no va a... -suspire-
Miguel: No.

Nos quedamos un momento hablando con Miguel pero ya estábamos todos de algún momento tranquilos. Todo estaba bien, o mejor que hace unas horas.

CARINA.

Estaba en auto, pensaba en bajarme ¡no importaba que podría pasarme, sólo quería salir de ahí! Mire al frente y vi el camión, lo vi venir sobre mí en cámara lenta ¡grite! En ese momento por mi cabeza paso mi hija, Sebastian, mi familia... Grite tan fuerte que pude y es ese momento cuando crees que un simple grito va a detener todo, pero no, esta vez no había nada ni nadie para salvarme, el choque fue tan fuerte que me dejó tan aturdida como pudo, mi cuerpo salió despedido del parabrisas causando un golpe con el asfalto.
El dolor de mi cuerpo se hacia tan presente como podía, un líquido bajaba por mi nariz, podía sentirlo. Mi vista se torno nublada y pude ver a un hombre correr hasta mi gritando desesperadamente, no lo conocía, ¡mi cabeza! Intentaba decir, era inútil, todo estaba en cámara lenta, me sentía mal, mi vista se hizo completamente negra y ahí no senti más, todo había desaparecido, el dolor, los gritos, todo.

CONTINUARA...

Capitulo ciento veinticuatro

SEBASTIAN
Seguía en la habitación junto a mi mujer, un "señor" me interrumpió, seque mis lágrimas cuanto ante y sin soltar la mano de Carina giré, era una mujer estatura media, su cabello hasta los hombros, morocha, vestía de enfermera.

Sebastian: si
Eugenia: Hola, buenas tardes. Disculpe pero este no es el horario de visita.
Sebastian: si, perdón. Yo hable con el doctor Miguel, ahora me retiró.
Eugenia: muchas gracias -me retire del box-
Sebastian: -mi mirada volvió a Carina- amor, yo ahora me voy ¿si? Tenes que despertar y volver con nosotros, Fran te manda muchos besos. Te amo -susurré y bese su cien-

Salí de terapia, en la sala de la espera me encontre con Gabriel y Miguel hablando en un costado.

Miguel: Sebastian -sonrei al verlo-
Sebastian: doctor -asentí-
Miguel: bueno chicos, si me disculpan me tengo que retirar -mire a Sebastian- esperó tener una respuesta para mañana. Gabriel: -una vez que el doctor de Carina se había retirado atiné a abrazar a Sebastian, se lo veía destruido- todo va a estar bien
Sebastian: ojala. -susurré- hay que operarla pero tengo miedo
Gabriel: es la única salida que hay -me separe de Sebastian- Tenemos que confiar Sebastian. Mi papá ya lo sabe, y cree que si hay que operarla.
Sebastian: ¿como se entero?
Gabriel: le conté yo, esta en casa le dije que no venga que ya iba a ir yo para hablar.
Sebastian: muchas gracias de verdad.
Gabriel: tenes que ir a despejarte.
Sebastian: No, ¿y Carina?
Gabriel: ella va a estar bien. Tenes que ir a ver a Fran, debe estar preocupada.

Antes de ir por mi hija tome un café, cuando llegue me encontre con mi madre, Sol había llevado a Fran a comprar algo para comer.

Mónica: ¡hijo! ¿Que paso? Tu padre me contó lo de Carina.
Sebastian: tengo miedo mamá -dije en un susurro-
Mónica: todo va a salir bien ¿si? Carina es una mujer fuerte y va a salir por Fran, por vos, por ella por que es joven
Sebastian: Fran, mamá esta Fran en el medio sólo tiene cinco años.
Mónica: Sabes que Fran puede estar con nosotros, hasta que Carina mejore.
Sebastian: gracias -la abrace -
Francesca: ¡papi! ¡Papito! -corri hasta Sebastian y el me levantó de inmediato llenando mi cara de besos- ¿mami?
Sebastian: -un balde de agua callo por encima mío- mama...mamá tuvo que hacer un viaje de negocios me dejó muchos besos para vos y que ya va a volver -¡mierda! Odiaba mentirle a mi hija-
Francesca: -me puse triste- mi mami se fue
Mónica: ei princesa, pero ya va a volver ¿sabes? Ella te ama mucho, mucho, mucho.
Francesca: si, yo también la amo mucho -dije con mis brazos- pero no me dijo chau.
Sol: tengo una idea ¿que te parece si vamos a hacer esta torta y si sale rica preparamos una más grande para cuando vuelva mamá?
Francesca: ¡si! -festeje y salí de papá para correr a mi tía Sol-
Sebastian: -le guiñe el ojo a Sol en forma de agradecimiento para luego agachar mi cabeza- no puedo mentirle a Fran mamá.
Mónica: todo va a estar bien ¿si?
Sebastian: ya tome la decisión
Mónica: ¿cual?
Sebastian:. Voy a firmar para que la operen.
Mónica: esta bien hijo, es lo más seguro.
Sebastian: tiene sus pro y contras, pero es lo más recomendado por los médicos, y yo... Yo sólo quiero que se salve y este conmigo mamá.

CONTINUARA...

viernes, 7 de agosto de 2015

Capítulo ciento veintitrés

Miguel: Se que es difícil Sebastian pero si no operamos lo más ante posible puede ocasionar grandes secuelas.
Sebastian: ¿como? -dije mirando a Miguel-
Miguel: las mayoría son causadas por la inflamación del cerebro por el golpe, con un aumento de la presión intracraneal, tengo que sacarla... Antes que reviente y -suspire- ya no podamos hacer nada.

Me levante de inmediato, me estaba sintiendo mal, no podía seguir con todo esto, necesitaba ayuda... Necesitaba que alguien me hablara y me diga que debo hacer, es una respuesta tan difícil, es decir... ¡HAY QUE OPERAR! De eso no hay dudas pero ¿cuales son las consecuencias? ¿Que puede pasar si algo sale mal? ¡Me culparía toda la vida! Más de lo que me estoy culpando por esto, por saber que Carina esta acá, en esta clínica y ¡MIERDA!. Miguel camino hacia a mí.

Miguel: acá están los estudios -le entregue el sobre- se que no es fácil tomar esta decisión pero debes pensarlo cuanto antes, salvar la vida de Carina esta en tus manos Sebastian. -dije sin mas-
Sebastian: -miró los documentos, tengo que salvarnos, digo "salvarnos" por que sin Carina no voy a poder, no voy a aguantar vivir sin ella, tengo que tomar una decisión, antes que sea demasiado tarde- ¿puedo verla?
Miguel: no es hora de visitas y menos si el paciente esta en terapia.
Sebastian: por favor -pedí-
Miguel: esta bien -suspire- unos minutos. Acompañame.

Camine con Miguel hasta terapia, me llamó la atención no ver a Gabriel en la sala de espera pero a la vez no le di mucha importancia, mi cabeza sólo estaba para Carina y esta operación.
Entramos a un box que se encontraba en una de las esquina,  ahí estaba, las piernas se me aflojaron al verla, su rostro estaba totalmente vendado, Miguel me dejó a solas y me acerque a ella, el único sonido que había era el de el respirador y un "pi-pi-pi" que salía por unos cables que conectaban su pecho con una máquina, mostrando las palpitaciones de su corazón.
Tome su mano y una lágrima salió de mi rostro sin permiso, era inevitable no llorar, sentía bronca, odio irá,, hace unas horas me despedí de ella para hacer nuestras actividades y ahora como si nada estamos en un hospital sin saber "que puede pasar" en horas, días o tan sólo ¡minutos!. Seque mis lágrimas y bese su frente con delicadeza.

Sebastian: amor, ¿porque? ¿Porque nos pasa esto a nosotros? No me dejes, no nos dejes, tenes que seguir por mí, por vos, por Fran... Por esta familia hermosa que construimos juntos, a pesar de los malestares que tuvimos. Te necesitamos, no podría seguir sin tenerte a mi lado, me haces falta, tenes que ser fuerte. Por favor. Perdón, perdoname por no cuidarte como debí haberlo hecho, fallé te prometi protegerte siempre y ahora... -suspire- mira como estamos.
Carina, si me estas escuchando por favor no te vallas, lucha... Yo se que vos podes! Sos una mujer fuerte. Te amo -susurré y baje hasta su oído- te amo como nunca ame a nadie, volve con nosotros, Fran te esta esperando. Por favor, lucha como vos sabes, sos mi pequeña guerrera... Te amo.

Era inevitable ocultar mis lágrimas, esta situación me estaba absorbiendo, me estaba golpeando demasiado, no entendía que era lo que habíamos hecho para estar viviendo esto.

CONTINUARA...

Capítulo dedicado a Milo 👧 te quiero mil.

Cualquier pregunta o lo que fuese a @Zampinitalento

jueves, 6 de agosto de 2015

Capitulo ciento veintidós

SEBASTIAN
Nunca un recorrido se me había hecho tan largo, fue eterno, Gabriel estacionó el auto y entramos corriendo a al hospital

"recepción"

ahí fuimos.

Sebastian: disculpame, ¿sabes donde puedo encontrar a la paciente Carina Zampini?
Recepcionista: ¿Zampini? -dije dudosa-
Sebastian: si -dije ya impaciente- entró hace unas horas, un accidente.
Recepcionista: ¡Ah! Si, si... Se encuentra en terapia intensiva.
Sebastian: -senti pánico al escuchas eso, pues ¿acaso iba a repetir la historia hace años? Mi hermano... Mi abuela... ¡No! - ¿que es lo que tiene?
Recepcionista: disculpe no puedo dar esa información, tendrá que hablar con los médicos. Terapia esta en segundo piso, pasillo "B" al fondo, mano derecha.
Sebastian: gracias.

Para luego correr hasta ahí junto con Gabriel, necesitaba verla, saber que estaba bien y que todavía estaba entre nosotros, no podía dejarme, ni podía dejarnos, Fran era una nena y necesitaba de su mamá.
En frente de terapia la puerta se abrió, salió un médico de estatura baja, algo rellenito, de bigotes y canoso.

Sebastian: disculpe.
Médico: Si, digame.
Sebastian: Sebastian Estévanez -me presente- esposo de Carina Zampini, ¿sabe algo?
Médico: Oh si, que tal. Miguel Venegas -estreche mi mano- me acompaña a mi consultorio.
Sebastian: ¿paso algo malo?
Miguel: sigame por favor.
Sebastian: bien -gire al ver a Gabriel y el me hizo una seña para que continúe-

Segui a Miguel ¿es su nombre no? Llegamos a su consultorio me invitó a pasar, era blanco y acogedor, me senté y el se colocó en frente mío, buscó unos papeles y los puso sobre el escritorio, me miró fijo, temí.

Miguel: Su mujer iba en el auto acompañado por un hombre ¿no es cierto?
Sebastian: si -dije con odio ¡juro que mataré a Pablo si algo le pasa a Carina!-
Miguel: bien, lamento informar que el señor falleció.
Sebastian: -¿que? Pues yo no lo decía en verdad sobre el querer "matarlo" me había dejado en shock esta noticia, nunca nos llevamos bien pero en un principio parecía ser una buena persona, Carina lo quería, era su ¡mejor amigo! Pobre chico, ¡que le paso! De un día al otro cambio y se volvió totalmente loco, aunque se haya ganado mi odio, ojala ahora descanse en paz y pueda buscar la felicidad en otro lado- Oh -fue lo único que me salió en ese instante-
Miguel: si -susurré- el señor que conducía el vehículo salió despedido por el parabrisas y en el impacto falleció. Carina se ah salvado de milagro -note la sonrisa de el señor que se encontraba frente mío- pero lamento informale que la paciente se encuentra en un estado crítico.
Sebastian: -¿que me estaba intentado decir? ¿Que aún no se sabía si ella podría vivir?- ¿como, a que se refiere?
Miguel: es así, la señorita Zampini se ah salvado gracias al cinturón de seguridad, lo cual permitió que no saliera despedida del vehículo, pero el impacto del choque golpeó su cabeza, según los análisis que hemos realizado  -abrí el sobre y le mostre unas radiografías las cuales representaban la parte del cerebro de mi paciente- mire -mostre- aca se puede notar una lesión, provocando un traumatismo cráneoencéfalico que puede causar graves problemas en la condición de Carina.
Sebastian: ¿como? ¡A que se refiere! -dije con temor, nunca había escuchado esa palabra ¿a caso era muy grave?-
Miguel: bien, lo veo perdido. Quiero decir que  es la alteración en la función neurológica u otra evidencia de patología cerebral a causa de una fuerza traumática externa que ocasione un daño físico en el encéfalo, debemos operar señor Estévanez, y para eso necesitamos de su autorización.

Cerré mis ojos y oculte mi cabeza con mis manos. Estaba aturdido todo esto me tenía así, es el medio estaba mi hija y Carina era la protagonista de todo. Nunca permitiría que nos dejara, pero ¿que podría pasar en la operación o que podría pasar si no operan? ¡MIERDA! ¿que se supone que debo hacer en estos casos? No me siento preparado para tomar semejante decisión, siento que en estas ocasiones el líder es el miedo.
No puedo.

CONTINUARA...

lunes, 3 de agosto de 2015

Capítulo ciento veintiuno

SEBASTIAN

Estaba desesperado, pude notar que Carina estaba con Pablo, o eso creía, en fin eso me daba miedo, claro no es para menos

¡Pablo es un sicópata, estaba loco!

Intente llamar a Carina pero su teléfono ya me daba al contestador, disculpen en comentario pero tenía los huevos en la garganta, agarre las llaves del auto alce a mi hija y salí de mi casa tan rápido que pude, me conduci a la casa de mi madre.

Francesca: ¡pa! ¿Donde vamos? ¿Y mama?
Sebastian: mamá esta con demora, tengo que hacer unos trámites, por eso te dijo en lo de tus abuelos -mentí-
Francesca: pero yo quiero estar con vos y mama. -dije triste-
Sebastian: vamos Fran, no la hagas difícil.
Francesca: oh.

Cuando llegamos trate de hacer todo lo más rápido que pude, le explique a mi mama un poco y me dejó tranquilo al saber que  Fran podía quedarse ahí hasta que se componga la situación, me dirigí a la casa de Gabriel, salude a Sofi y a Benja.

Gabriel: ¿que paso?
Sebastian: necesito tu ayuda -dije de inmediato-
Gabriel: decime ¿paso algo con Fran o Cari?

Le conté lo sucedido, estaba igual que yo y dispuesto a ayudarme, la búsqueda tenía que empezar.

Sofia: -dije el café sobre la mesa- ¡que horror!
Gabriel: ¿que cosa amor?
Sofia: mientras preparaba el café en la televisión hablaban sobre un accidente, saliendo de capital, un auto se llevó puesto un camión. Parece que hay un muerto.
Gabriel: ¡que feo!
Sebastian: pobre los que iban en ese auto.
Sofia: totalmente, bueno ¿saben algo de Carina?
Sebastian: no, -dije cambiando el tema- estoy esperando que se comunique conmigo, intente llamarla y su teléfono me da al contestado. Apuesto mi vida que iba con Pablo.
Sofia: pero ¿escuchaste su voz?
Sebastian: si, bueno... No pero ¡mierda! Era un hombre y Carina lloraba estoy seguro, se escuchaba mal la comunicación, había interferencia.
Gabriel: tal vez escuchaste mal, ¿hablaste al trabajo?
Sebastian: no, no hable.
Sofia: ¡y que esperamos! -fui a buscar el teléfono- toma -se lo entregue a Sebastian-

Estaba por marcar el número, pero mi celular empezó a sonar "Diego" que raro.

LLAMADA TELEFINICA
Diego: Sebastian -dije seco-
Sebastian: Hermano. Te llamó dentro de un momento, necesito hacer algo importante.
Diego: no, lo que tengo para decirte es importante.
Sebastian: estoy seguro que es más importante lo que tengo que hacer, de ver... -me interrumpió-
Diego: Es Carina.
Sebastian: ¿ah? -un balde de agua cayó sobre mí, me pare de inmediato- ¿que sabes? ¿Que paso? -deje desesperado-
Diego: necesito que te tranquilices antes de hablar.
Sebastian: ¡habla de una vez! -grite llamando la atención de Gabriel y Sofia-
Diego: esta bien, -tome aire- necesito que vengas al hospital del Sol.
Sebastian: ¿ah? -dije sin comprender-
Diego: encontraron a Carina, tuvo un accidente y... Esta muy grave -dije al final-

Mi cuerpo me fallo, empezó a templar no tuve fuerza ni siquiera para sostener el teléfono, el cual cayó al suelo, mis piernas de debilitaron y caí de rodilla, tape mi rostro y sólo sentía gritos, preguntas, llamadas de Gabriel y Sofia, estaba aturdido ¡Carina! ¡Mi amor! Lágrimas empezaron a caer de mi rostro y se escuchaban sollozos, necesitaba correr, ir hasta ella pero no podía, me sentía estancado, sin fuerza, sin aliento, sólo quería que ella este bien... Sólo eso.

Gabriel: ¡mierda Sebastian que paso! -grite-
Sebastian: Carina -susurré- ¡Carina tuvo un accidente! -grite sacando toda mi irá- ¡no! Mi amor, no puede ser -llore aún más-
Gabriel: ¿mi hermana? No puede ser, no.
Sebastian: me voy
Sofia: -estaba en shock- ¿donde pensas ir así?
Sebastian: al hospital.
Gabriel: vamos, ya.

Subimos al auto, Gabriel manejaba yo sólo estaba tenso y en shock esto no podía ser verdad, no podía estar pasando esto ¡no!

Sebastian: si a tu hermana le pasa algo juró que me muero.
Gabriel: tranquilo, todo va a estar bien
Sebastian: me muero -susurré-
Gabriel: tenes que pensar en Fran, va a estar bien ¡te aseguro!

CONTINUARA...

domingo, 2 de agosto de 2015

Capítulo ciento veinte

CARINA
Sentía una angustia tan fuerte que no podía pensar en otra cosa que en mi hija, sólo por mí cabeza estaba ella, su rostro, pero a la vez imágenes donde ella estaba sufriendo ¡no me lo permitiría nunca! Mi cuerpo estaba tenso, sólo miraba a un punto fijo y mis ojos derramaban lágrimas las cuales mojaban mis mejillas. El ruido del motor se juntaba a la vez con la musica que salia de la radio, ¡estaba aturdida y a la vez aterrada! No reconocía el camino estaba segura que nunca había venido por estos lados, estaba frío, las nubes grises, la lluvia goteaba fuerte en el parabrisa tapando la visión de la ruta, era un día triste y no ayudaba en este momento, ¡mi hija! ¡Mi pequeña! ¡Mi princesa! Estaba en peligro, y yo iba a hacer hasta lo imposible para rescatarla, estuve un tiempo largo en el auto de Pablo, no había largado una palabra, no quería, solo quería a mi hija.

-Mi hija-

Pablo: estas muy callada amor.
Carina: ¿a donde esta mi hija?
Pablo: -rei tan fuerte que pude- sos tan inocente.
Carina: ¿que estas insinuando? -lo mire fijo, pero mi teléfono interrumpió, atendí de inmediato "Sebastian" ¡ai dios! ¡Que estúpida soy! Ni siquiera tuve cabeza para llamarlo- ¿hola? -dije con un nudo en la garganta-
Sebastian: amor, ¿donde estas? Me llamaron del jardín y fui por Francesca, ¿que paso que no fuiste por ella?
Carina: ¿que? Pero... Si... -no entendía nada, pero no pude evitar llorar, llorar de la emoción al saber que mi hija no estaba en peligro y de la inseguridad de mí, del que estaba haciendo con Pablo, a donde íbamos y el miedo de el "que pasará conmigo"-
Pablo: ya sabes la verdad, Tu hija debe estar esperando -rei fuere-
Sebastian: ¿carina con quien estas? ¿Que pasa?
Carina: pero... ¿Francesca esta con vos? -dije largando en llanto-
Sebastian: si, acá estamos los dos ¡que pasa por dios! No me preocupes.
Carina: sos un hijo de puta -le grite a Pablo- ¡detene el auto! -grite- ¡PARA! -sentía que el aire me faltaba-
Pablo: ni lo creas Carina, dame el teléfono.
Sebastian: ¿hola? ¿HOLA? -grite desesperado- ¡Carina que esta pasando?
Carina: SEBASTIAN... -grite al final, ya que Pablo había agarrado mi teléfono- ¿Que haces? ¡Por dios! Estas loco Pablo, estas loco.
Pablo: ¡Te callas! -grite y revolee el teléfono al bajar la ventanilla- me cansaste, me artaste. -sonrei de inmediato- amor, nos vamos... ahora vamos a poder ser felices.
Carina: ¡frena! -dije al asustarme por la velocidad que el vehículo iba tomando- ¡detene el auto de una vez!

Intente abrir la puerta y salir del auto ¡que estaba pensando! Pablo se lanzó sobre mí para que no intente saltar, entonces fue cuando vi al frente, ¡un camión! Sólo grite a la misma vez que escuche su bocina, fue lo último que recuerdo hasta lanzarnos sobre el gran camión que estaba en frente nuestro.

CONTINUARA...

jueves, 30 de julio de 2015

Capítulo ciento diecinueve

Carina: ya esta el desayuno -grite desde la cocina-
Sebastian: ahí vamos

Sebastian y  Fran ya sentados empezaron a desayunar, una vez listo le coloque el delantal de jardín a mi hija, para hacerle las dos colitas en el cabello, agarre su pequeña mochila y se la entregue.

Sebastian: amor ¿vos vas por Fran?
Carina: si, yo la buscó y de ahí venimos a casa.
Sebastian: Bien, ¿vamos? -mire a mi hija-
Francesca: ¡si! -dije contenta-
Carina: salgo con ustedes -busque mi cartera y la llave de mi auto, salimos y cerré la puerta de casa- adiós -dije mirando a mis amores-
Francesca: chau ma, te amo
Carina: -baje para quedar en su estatura- chau princesa, cuidate, nos vemos al mediodía mucha suerte en el jardin, divertite mucho ¿si? ¡Te amo mucho, mucho más! -bese su mejilla y respondí su abrazo-
Sebastian: chau amor, suerte en el trabajo. Nos vemos para almorzar cuidate y avisame cuando llegues a la oficina.
Carina: okey -sonrei- vos también cuidate y suerte -bese su labio- te amo
Sebastian: te amo

Una vez después de la despedida cada uno partió a su destino, Sebastian llevó a Fran al colegio para luego ir a si trabajo y yo parti a mi oficina, tal como lo dije le mande el mensaje a Sebastian.
Fue un día bastante cansador, amaba mi trabajo pero llegaba un momento que me saturaba, mire el reloj 12;00hs en veinte minutos salía Fran, tome mis cosas y fui al estacionamiento, me despedí de mi secretaria para ir en busca de mi hija.

- ¡ALTO! -

dijo una voz antes de entrar en mi auto, la conocía... ¡Claro que si! Un miedo círculo por mi cuerpo dejándome sin oxígeno y literalmente dura por unos segundos, los cuales parecían una eternidad

- Dije que pronto volveríamos a encontrarnos Carina

¿Cual es la salida? ¡ayuda! Gritaba por mis adentros, gire delicadamente para encontrarme con él, esta tan distinto a la última vez que lo vi.

Carina: Pablo, ¿que querés?
Pablo: eh, ya de por si me tratas mal, fueron unos largos cinco años ¿o te olvidas? ¿Donde ibas?
Carina: no me molestes, ¡no tengo que dar explicación de lo que hago o dejó de hacer y menos a vos.
Pablo: ¡error! -rei- pero bueno, como digas... Aún que lamento comunicarte que dudó que encontres a esa nena -rei triunfador al ver la cara de Carina- ¿Faustina? ¿Francisca? O ¿Fracesca? Si... Francesca Estévanez Zampini, muy hermosa por cierto... Tu hija, mejor sonaría un "nuestra hija" ¿no?
Carina: - ¿que estaba diciendo? A que se refería con eso- ¿que hiciste Pablo? -dije con un nudo en la garganta-. ¡Que sabes de hija!
Pablo: tranquila, ella esta bien... Pero para volver a encontrar a su mamá -reí- tendrías que venir conmigo.
Carina: ¿donde esta? -grite- ¡estas loco!
Pablo: ¿venis conmigo o te olvidas de tu hija? -fueron mis últimas palabras para dirigirme a mi auto-

¡Mi hija! No puede ser, una nueva pesadilla, mis lágrimas no tardaron en caer, tenía miedo no sabía que era capas de hacerle, corri tras el y me metí en su auto, necesita encontrar a mi hija, ¡urgente!.

CONTINUARA...

Capítulo ciento dieciocho

Sebastian: te amo --susurré- te amo como nunca ame a nadie.
Carina: también te amo mi amor -uní nuestros labios-

Sebastian quitó mi remera dejándola caer en el piso, me observó por un minuto para atacar mi cuello, sabía que esa era una de mis máximas debilidades. Empezó a caminar hasta el living sin dejarme caer al suelo, me reposo sobre el sillón, para empezar una noche distinta, nuestra reconciliación. Quitó todas mis prendas hasta dejarme completamente desnuda, me observó con lujuria y amor en sus ojos, sólo el me hacia sentir tranquila y dejar la vergüenza de lado en esos momentos, quite su ropa y nos unidos en alma y cuerpo, dejando que nuestro amor y deseo fluya, sintiéndonos, en cada segundo.
Era tan satisfactorio sentirlo dentro mío.

Sebastian: creó que me voy a pelear más seguido -reí-
Carina: -abrí los ojos de par en par-
Sebastian: no te asustes, digo... Por más reconciliaciones como esta.
Carina: -Morfi mi labio- creó que no va a ser necesario pelear para tener una noche así, somos nosotros... juntos, el fuego que hay acá, el amor, eso es lo que nos lleva a esto.
Sebastian: hermosa
Carina: hermoso
Sebastian: estaba pensando una cosa
Carina: ¿que?
Sebastian: estaría bueno regalarle un hermanito a Francesca ¿no crees?
Carina: estas queriendo decir...
Sebastian: agrandar la familia
Carina: -sonrei- me encantaría
Sebastian: te amo.

Luego de esa hermosa charla nos quedamos dormidos, Sebastian me amaba de verdad, quería tener otro hijo conmigo, quería seguir sosteniendo esta familia, por siempre.
El timbre sonó, haciendo que despertara, estábamos en el sofa los dos juntos y ¡desnudos! ¿Quien se atreve a molestar a esta hora de la mañana? Mire el reloj 10:00am bueno, no era tan temprano. 

Carina: amor, Sebastian -llamé-
Sebastian: mmm... Un ratito más
Carina: -rei y bese sus labios- el timbre. Tenemos que ir a cambiarnos
Sebastian: no abras -susurré-

Hice el intento pero volvió a sonar por un rato más largo ¡mierda!

Carina: ¡va! -grite- dale amor, vamos a cambiarnos.
Sebastian: ¡que molesto!

Así fue, sin ganas nos cambiamos y fui hasta la puerta ¡valla sorpresa me lleve!.

Carina: ¡ei! ¿Que hacen ustedes por acá?
Sol: perdón Cari -entregue a Francesca a sus brazos- Fran se despertó y no quería saber nada de estar en casa, sólo quería estar con ustedes.
Carina: ei amor -mire a Fran- ¿que paso? No hay problema Sol ¿queres tomar algo?
Sol: ¡no, no! Esta bien, muchas gracias, me tengo que ir, chau.

Nos despedímos de sol y entramos a casa, Fran seguía en mis brazos.

Carina: ¿que paso amor?
Francesca: quería estar acá, con vos.
Carina: -sonrei- mamitis aguda -bese su mejilla-
Sebastian: ¿quien era? -baje las escaleras y me encontre con Fran- ¡princesa!
Francesca: papi -sonrei-
Carina: estamos con extrañitis aguda por acá.
Sebastian: -alce a Francesca- así que nos andas extrañando -bese su mejilla-

Con la llegada de Fran a casa pasamos un domingo muy familiar, sólo nos encargamos de nuestra hija, jugamos, vimos sus películas de princesas hasta que la noche llegó, prepare fideos con manteca para comer, sinceramente no tenía ganas de cocinar, luego bañe a Fran para acostarnos a dormir.

CONTINUARA...

martes, 28 de julio de 2015

Capítulo ciento diecisiete

Francesca: ¿vamos a ir a lo de la abuela?
Sebastian: si princesa
Francesca: ¡si! -festeje-
Carina: pero primero tenemos que ir casa a bañarnos.
Francesca: no quiero -dije cruzando los brazos-
Carina: ¿como es eso? Vas a ser una nena sucia y nadie se va a acercar a saludarte por que vas a tener un olor tan pero tan feo.
Francesca: -mire a mamá con miedo- ¿en serio?
Sebastian: si, mamá tiene razón.
Francesca: primera para bañarme -levante los brazos-
Sebastian: así me gusta -reí-

CARINA
Fuimos a casa, separe la ropa de Fran y así la lleve a bañarse, jugamos un rato en el agua hasta que decidió salir, ayude a que se cambiará para luego peinarla, una vez lista le puse perfume y quedó en su habitación viendo dibujitos hasta que sea la hora de irnos a lo de su abuela. 
Me conduci hasta mi habitación donde encontre a Sebastian, la mire con pena, bueno sinceramente sabia que las cosas no estaban bien pero, ¡mierda! Los extraño tanto.

Sebastian: ¿Fran esta lista?
Carina: si, quedó en su habitación viendo tele.
Sebastian: bien -sonrei- Carina -suspire-
Carina: - ahora si se arma, pensé- ¿si? -dije dudosa-
Sebastian: -me levante de la cama para ponerme frente de ella, estaba nerviosa, lo podía notar- creo que tenemos  que hablar.
Carina: yo.. -suspire- no creó que sea el momento me tengo que bañar, vos igual, arreglar y tenemos que ir... -no termine de completar la oración ya que los labios de Sebastian se posaron en los míos, comenzando un juego de lengua entre los dos, lo necesitaba tanto, lo amaba tanto, agarre su rostro con mis manos dejándome llevar en ese beso lleno de lujuria-
Sebastian: mmm... -corte el beso- lo necesitaba -sonrei-
Carina: -sonrei- yo también -suspire- esto...
Sebastian: ¿esto?
Carina: digo, ¿esto significa que estamos bien?
Sebastian: nuestro periodo de reconciliación esta empezando.
Carina: -Sonreí- perdón, por todo.
Sebastian: el que tiene que pedir perdón soy yo, pues yo estuve mal, al abandonar a mis mujeres.
Carina: ¡ei! No nos abandonaste, sólo te distanciaste.
Sebastian: bueno, me distancia por imbécil. Te amo -le dije penetrándola con la mirada-
Carina: también te amo.

Sin más Sebastian volvió a posar sus labios en los míos, encontrandonos una vez más en ese juego, una pequeña "tos" interrumpió el momento, nos despegamos y miramos a la puerta: Francesca.

Carina: ui ui que fue esa tos -reí-
Sebastian: alguien nos esta interrumpiendo.
Francesca: -rei y corri hasta mis padres- ¿cuando nos vamos?
Sebastian: cuando mamá este lista.
Carina: mala mía -dije levantando los brazos- me baño y vamos ¿si?
Francesca: ¡si! Pa ¿vemos dibujitos?
Sebastian: -alce a mi hija- a las una.. A las dos.. Y a las tres -revolee a mi hija hasta la cama y ella río a carcajadas-
Carina: ¡Sebastian! Por favor, me vas a matar de un infarto. -dije con el corazón en la boca al ver a mi hija por el aire-
Francesca: ¡otra vez, otra otra!
Sebastian: -reí- no, mama se enoja... Veamos dibus hasta que mama este lista.
Francesca: Oh -dije apenada- bueno.

Así fue, me bañe, me aliste y una vez todo en orden partimos a la casa de mis suegros, pasamos por una repostería y compramos una deliciosa torta, era una ¡bomba!.

Mónica: ¡princesa!
Francesca: ¡abu! -corri a sus brazos-
Mónica: hola, ¿como están?
Sebastian: muy bien mamá, dejó la torta en la heladera.
Carina: muy buen Moni, ¿ustedes?
Mónica: bien, esperándolos. ¿Pasamos a cenar?
Carina: claro -dije dejando mi cartera sobre el sillón-

Cenamos todos juntos, Quique, Mónica, Sol y mi familia. Fue una comida cálida y divertida, la familia de Sebastian era tan sencilla, eso era lo que más me gustaba de él.
Sol invitó a Francesca a dormir, imposible decirle no a su madrina, al rato optamos por regresar a casa, el cansancio nos ganó, necesitábamos descansar.

Sebastian: -entramos a casa- ¿a que se debe tanta felicidad?
Carina: nada, sólo me siento bien. Me gusta juntarme con tu familia son ¡divertidos!
Sebastian: también es tu familia, y también me gusta que pasamos tiempo todos juntos. -sonrei- me gusta verte feliz a vos, a Fran... Me hacen más feliz a mí -sonreí-
Carina: -arruge la nariz, aclare mi voz- y usted cree Señor Estévanez que tal vez podríamos ser un poco más felices? Digo... -mire la casa- estamos solos... No hay nadie al rededor y sinceramente tengo miedo y necesito que mi guardaespaldas me cuide y acompañe a todos lados, ¿no?  -dije divertida-
Sebastian: -reí- al parecer me leyó la mente señorita Zampini, por supuesto que no la voy a dejar sola, aparte tenemos un temita pendiente jefa -reí-
Carina: ¿a si? Y digame... ¿Cual seria ese temita?
Sebastian: ¿me permite? -me acerque a ella-
Carina: por supuesto.

Sebastian no tardó en besarme, beso que se convirtió en una pasión sin límite, subi arriba de el entrelazando mis piernas sobre su cintura, me encontraba entre la pared y él sin despegar nuestros labios por un segundo.... Creó que el "necesitábamos descansar" quedó y quedara pendiente, nos espera una noche distinta como hace un tiempo... Sólo Sebastian y Yo.

CONTINUARA...

sábado, 25 de julio de 2015

Capitulo ciento dieciséis

CARINA
Me desperté cerca de las 9:30am la luz que entraba por el gran ventanal interrumpió mis sueños obligándo a abrir mis ojos, gire y me encontre con la sorpresa de la ausencia de Sebastian, me coloque mi bata y baje, no estaba, fui a su escritorio y tampoco, sobre la mesa del comedor había una pequeña nota, me acerque y la leí.

"Carina, me fui a comprar para el almuerzo. Erika."

¿Y Sebastian? ¿Se puede saber donde se metió mi marido? Respire profundo, no iba a llamarlo, demasiado molesta estaba, en fin es libre ¿no?.
Preferí dejar ese tema por un lado o bueno, hice el intento, en algún momento iba a aparecer.
Subi a despertar a mi hija para desayunar, bajamos juntas y prepare su leche, puse agua para tomar un café, necesitaba despejarme y el mismo me iba a ayudar, "ja" como diría mi amiga Ana: es todo psicologico.
Serví el desayuno en la mesa y escuche la puerta, pensé que era Erika pero valla sorpresa, Sebastian.

Sebastian: ¿como están las mujeres más hermosas del mundo?
Francesca: ¡papi! -grite y el me alzó-
Sebastian: hola princesa, ¿como dormiste?
Francesca: re bien, ¿donde estabas?
Sebastian: fui a hacer unos trámites -dije a mi hija sobre el piso- Hola mi amor -me acerque a Carina para besar sus labios pero de inmediato me puso su mejilla, estaba peor de lo que pensé-
Carina: Hola -dije aún molesta- ¿desayunas ahora o ya desayunaste?
Sebastian: ¡ahora! Acá traje medialunas -apolle la bolsa sobre la mesa- tus preferidas -mire a Carina-
Carina: bien, ¿cafe? -tenía que hacerme la difícil no me iba a rendir fácilmente-
Sebastian: si, -mire a mi hija- hoy tengo una día planeado hermoso.
Francesca: ¿que? -dije ansiosa-
Sebastian: sorpresa.

Desayunemos los tres juntos, luego llegó Erika, me dedique a la cocina mientras Fran jugaba y reía con su papá, me llenaba el alma saber que estaban juntos,  decidí ir a espiar lo que hacían.

Sebastian: ¡yo te dije!

Le repetía a mi hija mientras ella reía a carcajadas con las cosquillas de su padre, los ojos se me llenaron de lágrimas, ese era el Sebastian que quería y extrañaba.

Francesca: ¡basta papa! -repetía mientras reía- ¡mama! -llame a mi socorro-
Sebastian: mamá no te va a salvar de esto -rei mientras le hacia cosquillas-

No estaba mal de participar en la escena, me acerque sin hacer mucho ruido y me coloque atrás de Sebastian, mis manos empezaron a atacar su cuerpo a cosquillas.

Carina: te la vez con mi hija y te la vez conmigo, ¡dale Fran ayudame!
Francesca: ¡si! Cosquillas a papá.

Las dos empezamos a atacar a Sebastian mientras el no paraba de reír y suplicaba que lo dejáramos. Pasamos un hermoso mediodía, aunque por dentro seguía algo molesta almorzamos y luego Sebastian dijo de ir al parque los tres, Francesca estaba tan feliz que sin duda nos llenaba de felicidad a nosotros.

Francesca: pa, ¡helado! - dije apenas vi al heladero-
Sebastian: ¿querés un helado? -le pregunte a Carina-
Carina: granizado -sonrei-

Sebastian al ratito volvió junto a Fran con los helados, parecía que mi hija se lo había volcado sobre su remera y todo su rostro, reí al verla.

Carina: ¡Gracias! -dije al agarrar el helado- ¡Fran mira como te ensuciaste!
Francesca: ¡perdon! -dije apenada-
Carina: esta bien amor.

La tarde se terminó con Fran sobre los brazos de Sebastian, dormida totalmente cansada, ¡esto era lo que quería y tanto necesitaba!

Carina: gracias por este día.
Sebastian: gracias a vos por hacerme saber mis errores, te amo... Las amo, y no permitiría perderlas -susurré-
Francesca: nosotras también te amamos papi.
Carina: ¿no dormías vos? -le hice cosquillas en la panza-
Sebastian: buena actriz nuestra hija -rei pero mi teléfono interrumpió el momento-

LLAMADA TELEFÓNICA
Sebastian: Hola
Mónica: ¡Hijo! ¿Como están?
Sebastian: bien ma, ¿ustedes?
Mónica: todo bien, llamaba para invitarlos a cenar a casa.
Sebastian: ¿hoy?
Mónica: si -dije de inmediato-
Sebastian: haber, esperame... -mire a Carina- Mi mama nos invita a cenar-
Francesca: ¡siiiii! Con la abuela -dije feliz-
Carina: -sonrei- Fran ya respondió.
Sebastian: bien -volvi a la llamada- Ma, a las 21:00hs estamos ahí, llevó el prostre.
Mónica: ¡los esperó! Besos.

FIN LLAMADA TELEFÓNICA

CONTINUARA...

jueves, 23 de julio de 2015

Capítulo ciento quince

Sebastian: -deje un momento lo que estaba haciendo y mire fijo a Carina, tenía razón- es mi trabajo Carina, lo hago para poder vivir bien.
Carina: también es mi trabajo y sin ir más lejos tengo tiempo para mi familia, mi casa y más
Sebastian: es distinto.
Carina: no, sabes que no es así. Hoy Fran quería pintar con vos pero no estabas, cada vez te siento más lejos, de fran, de casa... De mí -suspire- no siento tu presencia, no estoy acompañada -mis ojos se cristalizaron- ya no te tomas un tiempo para hablar, esta juntos... -sin más, deje caer mis lágrimas-
Sebastian: yo te amo Carina -fui hasta ella- no llores -intente secar sus lágrimas pero me lo impidió- esto lo hago por nosotros, por vos, por Fran. No me hagas esto.
Carina: ¿hacerte que?
Sebastian: no pongas distancia entre nosotros dos.
Carina: la distancia la pusiste vos sólo Sebastian.
Sebastian: sabes que no es así.
Carina: ¿no? -pregunte indignada- ¿acaso soy yo la que nunca esta en casa, la que no ve a Fran, la que no esta acá con vos para poder hablar? A caso yo me pase todo el día sentada en esa silla sin saber si mi familia estaba bien ahí -señale la puerta- afuera.
Sebastian: no -dije firme- pero yo soy el que esta en esa silla para que mi familia que esta afuera pueda vivir bien y no les falte nada -grite al final-
Carina: no estoy diciendo que no trabajes ¡por favor! -eleve mi voz- sólo intenta acomodar tus tiempos y pasar tiempo con nosotras, o con Fran por lo menos.

Un chillido se escuchó: Fran. Sin decir más fulmine Sebastian con la mirada y fui hasta mi hija.

Carina: eu amor, ¿que pasó?
Francesca: mamá -dije tirando mis brazos a ella- no te vallas.
Carina: -alce a mi hija- no me voy, acá estoy. Sólo estaba abajo hablando con papá, ¿si?. -calme a mi hija- ¿vamos a preparar la cena?
Francesca: ¡si! -dije sin dejar de abrazar a mamá-

No volví a hablar de tema con Sebastian en lo que quedaba de la tarde noche, el tampoco salió de su oficina, básicamente era lo mismo haber hablado. Me dedique a cocinar con mi hija, tarta de verdura.

Carina: y ahora, al horno
Francesca: ¡si! Mami, ¿a que hora va a estar?
Carina: ¿estas con hambre?
Francesca: ¡mucha hambre! -toque mi panza-
Carina: en unos 15 minutos comemos amor. Mientras tanto pongamos la mesa, ¿te parece?
Francesca: yo pongo el mantel sola
Carina: bueno, yo voy a decirle una cosa a papá.
Francesca: mandale besos y abrazos de oso.
Carina: -reí- bueno.

Camine hasta el escritorio y toque la puerta "pasa" se escuchó, respire profundo <no discutas Carina, calma> dijo la voz.

Carina: permiso, en 15 minutos esta la cena ¿vas a comer?
Sebastian: -mire a Carina, esta bien que no haya merendado pero ¡joder! Siempre cene con mis mujeres- claro
Carina: bien, -abrí la puerta para retirarme, pero algo me detenio- ah, antes que lo olvide -gire a verlo- Fran te manda, besos y abrazos de oso. -ni si quiera me detuve a ver su rostro, ni recibir una respuesta, sólo salí de la habitación-

Así como dije, en 15 minutos estaba la cena servida, corte la tarta en porciones, mi hija estaba a mi lado mirando detalladamente mi acción.

Carina: Fran, vas a buscar a tu papa y le decís que la cena esta lista.
Francesca: ¡si, si!
Sebastian: no va a ser falta, ya estoy acá -alce a mi hija- ¡epa!
Francesca: ¡papi, papi! Mira lo que cocinamos con mamá.
Sebastian: pero que rico, haber vamos a probar. -senté a mi hija en su silla, y cuando fui al mío pase por el lado de Carina, sin que ella se diera cuenta la abrace por detrás y susurré en su oído- te amo más de lo que te imaginas - bese su mejilla-
Carina: -no llores, no llores, ¡esta tu hija!- bien, ¿quien va a comer?

Dije para evitar el tema, Francesca y Sebastian levantaron la mano, les serví y la cena comenzó, Fran le contó a su papa cuantas cosas hicimos en su ausencia, bueno... En realidad estaba presente pero encerrado en su escritorio, da igual. El sólo me miraba fijo, sin decirme nada.
Levante los platos, y Sebastian me acompaño a dejar a Fran a su dormitorio, esto lo hacíamos todas las noches, por lo menos eso no había cambiado.
Me dirigí a mi habitación, me coloque mi camisón y sin decir más me acosté, apague el velador y esperar un nuevo día.

CONTINUARA...

Capitulo ciento catorce

Carina: ¿quieren que tomemos el té?
Francesca: ¡si! -dijo mi hija repleta de felicidad con su muñeca en brazos-
Sebastian: -estaba en el computador pasando unos datos del trabajo- eh no, yo no.

Me dirigí a la cocina y me prepare un café con una leche tibia para Francesca, puse la mesa con distintas galletas y masitas. Una vez todo listo nos sentamos a merendar, Sebastian se había ido al estudio, así que me dedique a hablar con mi hija de su jardín.

Francesca: Mami ¿queres jugar?
Carina: bueno
Francesca: vos sos la abuela de mi bebé.
Carina: ¿tan temprano me querés hacer abuela? -rei-
Francesca: Oh. -dije pensando- es sólo un juego.
Carina: ¡esta bien, esta bien! No digo nada.

Por un largo momento jugué con Francesca, Sebastian estaba en su escritorio, no habíamos tenido una charla sobre el día, ya que tenia su cabeza muy ocupada en el trabajo. Hace ya un tiempo me había recibido pero lograba acomodar mis tiempos, estar con mi hija, mi trabajo, mi casa y mi esposo, aunque últimamente eso no estaba funcionando.

Francesca: ¿y papa?
Carina: en el escritorio trabajando amor.
Francesca: ¡oh! Yo quería pintar.
Carina: bueno, pintamos juntas.
Francesca: no, quería con papa.
Carina: esta ocupado amor, ya va a salir y va a poder pintar ¿si?
Francesca: bueno -dije sonriente-
Carina: -mi hija era tan hermosa- querés que vamos a ver algo de dibujitos.
Francesca: ¡si! -grite feliz, extendí mis manos para que mama me suba en sus brazos- ¿puede ser en tu cama?
Carina: por supuesto.

Subimos a mi dormitorio, acomodamos los almohadones y nos tiramos en la cama, programación: disney. 
En una hora mire a mi hija, que estaba a mi derecha, se había dormido, era tan hermosa, tenía tanto de mí como de Sebastian, rubia con una sonrisa torcida, mi nariz y sin duda la mirada de su padre, era delgada y con una felicidad radiante.
Cada momento que detengo a verla recuerdo cuando la tuve en brazos por primera vez, tan pequeña, tan inofensiva.

FLASHBAK
Carina: Sebastian -dije sosteniendo mi veinte- rompí bolsa.
Sebastian: ¿como?
Carina: Fran esta en camino.
Sebastian: eh eh -dije nervioso- vamos al hospital.

Recogimos todó lo necesario para luego partir al hospital, me atendieron increíble, a los pocos minutos ya estaba en mi habitación esperando a que me llevaran a la sala de parto, Sebastian se colocó el atuendo y juntos fuimos a esperar y recibir a nuestra hija.

Doctor: ¿estas lista Carina?
Carina: si -dije respirando con dificultad-
Doctor: bien, vamos. Voy a necesitar que hagas todo lo que te pida
Carina: bien. -aprete la mano de Sebastian-
Sebastian: todo va a estar bien amor -bese sus labios- te amo
Doctor: aquí vamos. A las cuenta de tres pujas, ¿bien? Uno... Dos... Tres...

Y así comenzó, perdí la cuenta de las veces que puje, pero creó que en un momento llegó a ser un infierno, sentía que mi hija no salía mas y yo me iba a morir en ese momento, ya no tenía Fuerzas pero todo cambio cuando escuche un pequeño chillido, era ella... Ya estaba acá, conmigo, con Sebastian, juntos los tres.
El médico le hizo entrega de mi hija a Sebastian y el la acercó a mí, no paraba de llorar, la tome en mis brazos y de inmediato se calmo, tan  pequeña, tan hermosa y era mía.

Sebastian: se calmo, es hermosa. Hola Fran.
Carina: Hola mi amor, acá estamos mamá y papá, para cuidarte y hacerte muy feliz.
Sebastian: te amamos, mucho. Gracias -dije mirando a Carina- soy el hombre más feliz del mundo con ustedes dos, las amo.

FIN FLASHBAK

"Soy el hombre más feliz del mundo con ustedes dos, las amo" volvió a repetirse en mi cabeza, yo también sentía lo mismo y lo siento desde luego, pero nuestra relación estan tan... No se como explicarlo, tape a mi hija con una manta y fui hasta el escritorio de Sebastian, entre con cuidado y ni siquiera notó mi presencia, aclare mi garganta.

Sebastian: -levante mi mirada- ei -dije al ver a Carina- ¿todo bien?
Carina: mjj - mentí- ¿tenes para mucho?
Sebastian: sólo cinco minutos más
Carina: siempre igual -suspire cansada-
Sebastian: ¿como?
Carina: eso, esto ya no parece una familia. Nunca estamos juntos, nosotros dos... -suspire- ya no se si existe un nosotros dos, tu trabajo siempre esta en el medio Sebastian, no se si te diste cuenta, pero hoy no cruzamos una palabra en todo el día.

CONTINUARA...