sábado, 15 de agosto de 2015

Capítulo ciento treinta

CARINA
Me habían dado el alta unos días después, todo seguía igual, no había cambios, los dolores de cabeza cesaron, pero el olvido de mi hija seguía tan intacto como imposible. Sebastian me acompaño cada segundo, confiaba en mi y que pronto iba a recordar a Francesca, pero al pasar los días senti traicionarlo, no podía recordarla.
Él se puso de acuerdo con mi padre y por eso estoy acá, en mi habitación, viviendo junto con mi padre y Bety, Sebastian viene de vez es cuando, se que es difícil el repartiese, su trabajo, sus actividades, Fran y luego esta la carga... Yo.
Hace unos dos días atrás me entere de la muerte de Pablo, todo me había dejado un vacío horrible, el era mí mejor amigo, mi confidente y yo sólo quería recordarlo así, no como la bestia que me arruinó la vida haciendo olvidar a mi hija, no así.

Soy como una niña que estaba aprendiendo a caminar nuevamente, el accidente y la operación dejaron algunas secuelas en mi cuerpo como en mi cabeza, tenía que hacer rehabilitación por un mes, segundo Miguel, mi médico. Pero todo dependería de mis avances.
Anabel viene a visitarme cuando puede, dice que vio poco a Sebastian, y que me extraña.
Sofia y Gabriel se hacen siempre presentes acá, en casa. Me mantienen al tanto de todo e intentan ayudar a recordar las cosas que se me olvidaron.
Papá, dice que tengo pesadillas por las noches, que grito y al final término llorando... Dice que me abraza por las noches me susurra cosas lindas y así me calmó.
Estaba en el living escuchando un poco de música, la puerta sonó y fui por ella, ya que Bety estaba de compras y papá en reuniones.

Carina: ¿quien?
Sebastian: soy yo... Sebastian -susurro-
Carina: ¡Hola! -dije con una inmensa sonrisa-
Sebastian: ¿puedo pasar?
Carina: claro -él estaba raro, frío, distante-

SEBASTIAN
El clima en casa de los Zampini era cálido, contenedor pero todo eso resbalaba en mi presencia, estaba decidido a decile a Carina lo que pensé en estos días, creó no poder soportarlo más. Había música sonando.

Carina: ¿estas bien?
Sebastian: Carina -tome el poco coraje que me quedaba- necesitamos hablar.
Carina: ¿paso algo?
Sebastian: me voy.
Carina: ¿como? -¿de que hablaba? No comprendía que estaba pasando ¿a donde se iba?-
Sebastian: me vuelvo a Europa. Con mi familia y con Fran.
Carina: ¿como? -pregunte aturdida- no podes hacer esto, no me podes hacer esto Sebastian. -dije con lágrimas en mis ojos-
Sebastian: ¿que no puedo? Y vos ¿sos consciente de como me siento, como estuve remando toda esta situación sin respuestas?
Carina: no podes alejarme de mi hija...
Sebastian: ¿que hija? Ni siquiera la recuerdas.
Carina: -eso me dolió, y más aún saliendo de la boca de Sebastian- no es mi culpa -grite- no puedes hacerme esto ¡por favor! Sólo necesito tiempo, confiaste en mí, dijiste que podría recordarla, sólo tenía que tener fe. Y si estoy acá es sólo por nuestra hija y por vos.
Sebastian: perdón pero... Ya no puedo sostener esto.

No quería llorar delante de Carina y tampoco quería verla llorar, esta situación era más fuerte que yo y... Ya no podía.

Sebastian: estarás bien... Estaremos bien.

Fue lo último que dije para desaparece por la puerta delantera, no podía seguir con esto, tal vez el destino lo quiso así, tal vez esta situación ya no merecía seguir y había que buscar un camino de salida, podía encargarme de mi hija, mi familia iría a ayudarme.
Tal vez la distancia mejores las cosas, tal vez decir adiós era lo mejor.

CARINA
No podía entender lo que acaba de pasar, estaba en frío, no reaccionada ¿a caso se iba a llevar a mi hija sin dejar ni siquiera conocerla o recordarla? Todo esto me tiene desconsentrada, él no era Sebastian, no era el Sebastian que me enamoró y prometió cuidarme siempre.
Estaba sobre el sillón del living en posición bolita, tapando mi rostro con mis rodillas, no podía permitir que se llevase a mi hija, pero... Tal vez era lo mejor, para Sebastian, para ella, para mí...
La música invadió el ambiente, solo se escuchaba ella acompañada de mis sollozos y la tortura de mis pensamientos.

SEBASTIAN
Llegue a mi casa no había nadie, por suerte. No quería que me vieran en este estado, estaba perdido, ya nada tenía sentido ya le había comentado a Carina mi decisión, ojala sea lo mejor.
Subi a mi habitación pero el largo pasillo me llevó hasta esa puerta, la abrí ¡no se por qué! Todo seguía igual, ahí esta el gran piano, csmine a el y lo acaricie ni se en que momento paso esto pero ya estaban mis manos jugando con sus hermosas y frías teclas.

What do i do - Jisun 🎶

Me preguntas cómo fue mi dia, si diariamente es igual 
digo que estoy bien, pero tu realmente no sabes cómo me siento 
¿Crees que estoy bien sin ti? 
¿Tu estás bien sin mí? 
El mundo sin ti es tan dificil, que me culpo a mi misma por seguir respirando 
¿Qué debo hacer?, Incluso ahora, 
Vivo cada día dolorosamente a causa de tus palabras 
Dime si estoy haciendo algo malo 
¿Estás viviendo cada día con dolor como yo? 
¿Es demasiado tarde para nosotros? ¿No tenemos alguna oportunidad? 
Todavía pienso en ti y tu tenias que saberlo 
¿Al final esto es todo? 
¿Vamos a terminar así? 
¿Está bien para ti? 
No creo que pueda hacerlo. 
El amor que encuentre contigo, no lo encontrare en otro lado, incluso si yo muero 
¿Qué debo hacer? Si no hay nadie más que puede sostener mi corazón 
Por favor, abrázame. 
Y sabes que a pesar de que todo el mundo entero trate, nadie podra borrar tus recuerdos. 
Así que por favor abrazame 
¿Qué debo hacer? Incluso ahora, vivo cada día dolorosamente a causa de tus palabras 
Dime si estoy haciendo algo malo 
¿Estás viviendo cada día con dolor como yo? 
¿Es demasiado tarde? ¿No tenemos una oportunidad? 
Pero yo, sigo pensando en ti, y tu tenias que saberlo.

No puedo soportarlo, bajo la tapa del piano y desaparecí de esa habitación, camine hasta mi dormitorio pero la misma me invadió de recuerdos, son con ella con Carina, con mi amor.
Siento que el aire me falta, necesito salir pero no puedo, caigo de rodillas al piso y lloró, dejo liberar esta angustia que me consume poco a poco, dejó ahogarme por mis propios recuerdos, dejó mis lágrimas caer con permiso y con deseó que esta tormenta termine pronto, muy pronto.

CONTINUARA...

No hay comentarios:

Publicar un comentario