lunes, 10 de agosto de 2015

Capítulo ciento veinticinco

Miguel: bien Sebastian. Hoy la operáremos a las 15:00hs.
Sebastian: ¿cuanto puede durar la operación?
Miguel: dos horas. Sabes que no es algo sencillo, vamos a tocar una parte delicada.
Sebastian: ¿no le pasará nada verdad? -dije con miedo-
Miguel: haremos hasta lo imposible para que todo salga bien, no te puedo brindar una respuesta segura.
Sebastian: esta bien.

No me quedaba otra opción, era sólo esta, su única salvación. Salí del consultorio y me dedique a comunicar tanto a su familia como a la mía su operación, mi hija sólo imaginaba que su madre estaba de viaje, eso de algún lugar llegaba a darle calma... Esta pesadilla debería terminar de inmediato, cuanto antes.
Todo paso más rápido de lo que imagine hasta el momento de la operación, pude ver a Carina antes que entre al quirófano, sólo le pedí que fuera fuerte y que acá la estábamos esperando con alegría y amor.
Dos horas, esas dos malditas horas fueron las más eternas que eh vivido, debo haber tomado unos 5 cafe's, estaba acompañado por Ronald, Gabriel, Sofia, mi padre y Anabel. Mi madre y Sol estaba con mi hija y Benjamín, ellas se habían ofrecido a  cuidarlos, no se imaginan cuanto se lo imagine.
La puerta doble se abrió y de ella salió Miguel ¡wou! lo había pensado tanto, digo él hablar con Miguel ese momento de su salida que en este momento me sentía estancado como una piedra sin poder reaccionar, Gabriel me empujó para hablar ¡se lo agradecí!

Sebastian: ¿como está?
Miguel: la operación a salido bien, Carina esta fuera de peligro, se nos complicó en un momento pero es una mujer muy fuerte ¡admirable!
Sebastian: ¿en que momento va a despertar?
Miguel: eso no te lo puedo responder Sebastian, tal vez hoy, mañana o en días. Esto es parte de la misma operación.
Sebastian: pero ella ya no va a... -suspire-
Miguel: No.

Nos quedamos un momento hablando con Miguel pero ya estábamos todos de algún momento tranquilos. Todo estaba bien, o mejor que hace unas horas.

CARINA.

Estaba en auto, pensaba en bajarme ¡no importaba que podría pasarme, sólo quería salir de ahí! Mire al frente y vi el camión, lo vi venir sobre mí en cámara lenta ¡grite! En ese momento por mi cabeza paso mi hija, Sebastian, mi familia... Grite tan fuerte que pude y es ese momento cuando crees que un simple grito va a detener todo, pero no, esta vez no había nada ni nadie para salvarme, el choque fue tan fuerte que me dejó tan aturdida como pudo, mi cuerpo salió despedido del parabrisas causando un golpe con el asfalto.
El dolor de mi cuerpo se hacia tan presente como podía, un líquido bajaba por mi nariz, podía sentirlo. Mi vista se torno nublada y pude ver a un hombre correr hasta mi gritando desesperadamente, no lo conocía, ¡mi cabeza! Intentaba decir, era inútil, todo estaba en cámara lenta, me sentía mal, mi vista se hizo completamente negra y ahí no senti más, todo había desaparecido, el dolor, los gritos, todo.

CONTINUARA...

No hay comentarios:

Publicar un comentario